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El día que Carrie, Samantha y Charlotte derrotaron a los dinosaurios
Debemos entender a las producciones fílmicas como una gran vitrina para promover nuestro turismo.
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Por: Erick Valderrama, socio del estudio Miguel Mur & Abogados
Recuerdo como si fuera ayer mi primer viaje a Nueva York con Vale. Como devoto esposo decidí regalarle un viaje a la ciudad de la Gran Manzana para festejar nuestro aniversario de matrimonio, que sería suspendido por una impensada pandemia.
Mientras la veía saltar de emoción y sonreír con los pasajes del avión en su mano, yo iba alucinando con una mañana en el MOMA, una tarde en la biblioteca pública y un día por el Museo de Historia Natural (AMNH), cuando, de pronto, escuché su voz muy emocionada y casi gritando: “Podremos ir a la casa de Carrie, iremos a comer a Magnolia Bakery, y por las oficinas de Runway”, a la par que describía diversas escenas de la aclamada “Sex and the City” y “El Diablo viste a la Moda”, que ansiaba recorrer e iban ocupando cada día del itinerario.
En ese momento, veía en mi mente cómo los dinosaurios del Museo Americano de Historia Natural, las señoritas de Picasso del MOMA y las obras de Warhol, iban derritiéndose, como la persistencia de la memoria de Vang Gogh, y se hacían polvo, como los restos del meteorito que acabó con los dinosaurios, mientras veía atónito cómo el clásico viaje a Nueva York era reemplazado por uno en donde primarían los lugares donde se filmaron “Sex and the City”, “El diablo viste a la moda”, “Mi pobre Angelito”, “Friends”, entre otros.
Mi mente no había procesado lo que había sucedido, pero hoy -luego de haber disfrutado ese viaje a Nueva York como ningún otro, de haber estado en Bali haciendo el recorrido de la recordada película de Julia Roberts “Comer, Reza y Amar” y haber tomado el tour de “Qué pasó ayer parte 2" en Bangkok- recién puedo entender cómo las producciones cinematográficas y fílmicas están cambiando el concepto del turismo en el mundo.
Las películas crean vínculos emocionales únicos, ya sea con los lugares en donde se filman o con los personajes que los desarrollan. Son la pantalla perfecta para que idealicemos lugares exóticos, descubramos nuevas playas, y nos genere la necesidad de visitar nuevas ciudades para poder experimentar esas sensaciones que nos transmiten. Esto se condice con la última encuesta de American Express Travel, en la cual el 64% de los encuestados confirma que ha sentido inspirado a viajar a un destino, luego de haberlo visto en una película o serie.
Pocos tenían a Nueva Zelanda en su lista de próximos destinos de viaje y por ello, este país recibía poco más de un millón de turistas al año, pero luego del estreno del “Señor de los Anillos”, los turistas superaron los 2 millones de visitantes, y algo similar le sucedió a Croacia e Islandia, quienes luego del estreno de Juego de Tronos vieron incrementado en 64% y 164% los viajes de destino a sus países, respectivamente.
Nuestro país no puede ser ajeno a esta nueva forma de turismo y para eso debemos de entender a las producciones fílmicas como una gran vitrina para promover nuestro turismo, por lo que debemos incentivar estas producciones en nuestro país.
A fin de lograr esto, el Gobierno tendrá que realizar un trabajo conjunto entre la agencia de promoción del turismo y los actores del sector fílmico del país para desarrollar un plan único de incentivo fílmico turístico que permita posicionar al Perú como un país atractivo para el desarrollo de estas producciones.
Este trabajo conjunto debería iniciar desde la identificación de las zonas del país con un alto potencial fílmico turístico, pero poco promocionadas, a fin de crear nuevos polos de desarrollo turístico en el país, y deberá venir acompañado de un atractivo paquete de incentivos fiscales, como podría ser un impuesto a la renta diferenciado en función a si la producción fue desarrollada en colaboración con productoras locales, puestos de trabajo locales desarrollados, y/o activos que puedan permanecer en la localidad luego de la filmación, a fin de incentivar este nuevo polo turístico, el pago de un IGV diferenciado y tasas de impuesto a la renta reducidas para las personas naturales que colaboren en la producción.
Esto deberá ir de la mano de las autoridades locales y regionales, que deberían ser las encargadas de construir el marco regulatorio para otorgar de manera más eficiente los permisos y autorizaciones para las grabaciones y uso de los espacios públicos para dichas producciones; así como el gobierno central que deberá proveer de la infraestructura adecuada para la llegada de los turistas a dichas zonas.
Si somos capaces de articular un plan conjunto, escuchando a los actores del mercado e involucrándonos de manera comprometida, podremos posicionar a nuestro país en el turismo fílmico que año tras año, permitirá a los turistas visitar locaciones distintas a nuestros hermosos Machu Picchu, Paracas o Líneas de Nazca.
Estoy terminando de organizar el viaje familiar de fin de año, y este será especial por ser el primer cumpleaños de mi hija, y mientras le explicaba a mi familia lo maravilloso de las rocas Karst de las playas Tailandia y la importancia histórica de los templos de los Khmer en Angkor Wat, iba viendo que perdía la batalla, así que decidí recurrir a la “vieja confiable”, y les comenté que iríamos a donde filmaron una de las películas de James Bond, nadaríamos en la famosa “The Beach” de Leonardo Di Caprio, y visitaremos los templos de Cambodia, que fueron el escenario para las mejores escenas de Angelina Jolie en “Tomb Raider”. No terminaba de decirlo y ya veía en sus rostros su aprobación con una sonrisa.
Había sucedido de nuevo, los actores y las películas pudieron más que mis explicaciones históricas y culturales.
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