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Jorge Cárdenas: “Veo, con mucha pena, que se ha perdido la mística en la Policía”
El general de la Policía Nacional del Perú en retiro Jorge Cárdenas Sáez publicó el pasado mes de agosto “Encuentros con la muerte” un libro en donde narra la investigación de tres crímenes como parte de la división de homicidios en la década de 1980.
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El general de la Policía Nacional del Perú en retiro Jorge Cárdenas Sáez publicó el pasado mes de agosto “Encuentros con la muerte", un libro en donde narra la investigación de tres crímenes como parte de la división de homicidios en la década de 1980.
Cárdenas nos comenta sobre las razones que lo llevaron a escribir este libro y opina sobre la situación actual de la PNP, en la cual sirvió por 38 años. Consideró que los actuales cadetes deben darse cuenta de que los policías “somos parte de la solución, no parte del problema”.
¿Cuánto cree usted que la escritura de este libro lo ha ayudado a reconciliarse con estos sentimientos y emociones fuertes que puede haber sentido en la investigación criminal?
En líneas generales, podría comentarle que sí tienen un impacto bastante elevado el hecho mismo de sangre, el hecho mismo de la violencia, el hecho mismo de conocer el sufrimiento de las personas que son afectadas por el delito en sí, el ver la vida bastante baja del submundo de quienes ejecutan el hecho. Todo esto tiene un impacto psicológico en cada uno. Si en el momento de escribir el libro se ha podido hacer una especie de catarsis, no era el objetivo en sí, porque ya uno a través de los años ha empezado a ver otros hechos y muchas formas de violencia que se dan en la sociedad, entonces, aunque duela decirlo tiene que acostumbrarse a vivir con esas formas de violencia que son propias del ser humano.
¿Cuánto cree que influya que un caso caiga en las manos de un buen equipo policial para que pueda ser resulto? ¿Cuánto influye el contexto?
En ese tiempo [década de 1980], no teníamos la modernidad que hoy tenemos, no había comunicaciones del celular, no teníamos internet, no teníamos acceso a información, todo era presencial. Las vías de comunicación eran muy malas, nuestra infraestructura era pésima, no teníamos equipamiento y hasta ahora, lamentablemente, es duro, difícil decirlo. Hay muchos casos que se quedan pendientes, hemos tenido una suerte muy, pero muy grande, de tener un año sin un caso pendiente, pero yo he estado 6 años ahí [en la División de Homicidios], en los otros años he tenido casos pendientes. Hay muchísimos casos, y hoy día, pese a la modernidad muchos casos que quedan sin resolver
¿Cómo se puede manejar la frustración de los casos que pueden haber resuelto adecuadamente, pero decisiones fiscales o judiciales terminan por beneficiar al delincuente?
Esa frustración, lamentablemente en ese tiempo, era menor. Hoy es peor. Yo lo cuento y algún día si usted gusta le puedo pasar estadísticas, en ese tiempo casi todos los casos que nosotros pasábamos eran bienvenidos por la fiscalía, después pasaban al juez y yo le aseguro que un 90%, 95% estaban denunciados penalmente, ingresados a los establecimientos penales y seguramente sentenciados. Hoy en día, tengo estadísticas en donde entre el 92% y 95% son liberados. Solamente un 5% pasan a disposición del juez y de ahí pasan a ser procesados penalmente. Entonces, la situación es mucho más grave y la verdad es que es frustrante lo que sucede.
¿Sería bueno, entonces, que se replantee esa figura del fiscal y que el detective policial sea quien lleve la investigación?
Pienso que en las sociedades en donde se ha puesto en práctica el modelo acusatorio garantista, potencian la dinámica del trabajo del binomio fiscal-policía. El policía no puede actuar libremente a su antojo y a su libre albedrío, tiene que tener la supervisión de un fiscal y el fiscal no puede meterse a investigar, si no sabe investigar. Acá no, acá al fiscal le han dado la prerrogativa de ser el dios y está por encima de todos. Hay que hacer ajustes en el Código Procesal Penal, pero ajustes reales que sean beneficiosos para el pueblo y no para una institución u otra.
En su libro expone dos crímenes y su resolución, así como un caso pasado de un sentenciado a la pena de muerte. ¿Cuántos casos cree que se le quedaron en el tintero?
Hay muchísimos casos, el problema es que, por alguna razón, fui más minucioso en tomar nota de estos casos porque de alguna manera impactaron un poco más en mi vida. He visto casos muy fuertes, pero por la cantidad de trabajo que había no pude dedicarme un poco más a conocer el entorno de la vida de los protagonistas, del hecho mismo. Tengo muchos casos en mente que me hubiera gustado considerar porque han podido apasionadamente narrarse y sé que hubieran despertado algún interés, pero no tener una información completa, hubiera dado lugar a sufrir mucho con la imaginación que no era el caso. No solo busco narrar criminológicamente la cuestión del problema familiar de los muertos, de los asesinos y de la vida policial. Se debe haber percatado que, por la metodología de la investigación criminalística, trato de establecer una escuela para jóvenes cadetes.
¿Qué le diría a un joven policía que busca dedicarse a la investigación criminal en un contexto como el que se vive actualmente?
Veo, lamentablemente, con mucha pena que lo que se ha perdido es la mística. Le soy honesto, yo ingresé muy temprano a la Escuela de la Policía, pero yo entraba con el deseo y la pasión de servir al pueblo, de servir a la sociedad, será porque yo tuve mis orígenes en el campo, yo soy quechuablante, entonces, veía la injusticia, veía muchas cosas negativas, entonces decidí servir y servir especialmente al que más necesita. Entonces, en mis 38 años de trabajo tuve la oportunidad de decir que estamos para ayudar, somos institucionalizados por el pueblo parar servir al pueblo y ese es el patrón de mi vida. Eso se ha perdido. Solamente les diría a los policías que si ya están en la escuela vivan con pasión, que solamente deben pensar que tienen muchas potencialidades para servir y hacer el servicio de manera exigente. El pueblo tiene tantas necesidades y somos parte de la solución, no parte del problema.
Ficha Técnica:
“Encuentros con la muerte” (Edición de Autor, 2020) 183 pp.
Para la mayor información o adquisición del libro comunicarse a los celulares 999917954, 998752895 y 934070501.
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