PUBLICIDAD
Milton Humason: el mulero que se convirtió en una leyenda de la astronomía
Llegó al observatorio astronómico Monte Wilson por el amor de una mujer y años después se volvió un reconocido astrónomo, haciendo equipo con el nobel de Física, Edwin Hubble.
Imagen
Fecha Actualización
¿Puede la voluntad de un hombre llevarlo de ser un adolescente guía de mulas a un reconocido astrónomo? La historia de Milton Humason es prueba de ello, una que nació en California, cuando se construía, hace 120 años, el observatorio astronómico Monte Wilson. Así inicia la aventura de un joven mulero que había dejado la escuela recientemente.
Humason tenía 14 años cuando, dejando sus estudios básicos, se dedicó a conducir a las mulas que transportaban provisiones y el equipo para el observatorio a lo más alto de las montañas. Estos animales eran el confiable medio de carga de esta época, en la cual la astronomía daba sus primeros pasos para mostrarnos el imponente universo que se nos ocultaba en la inmensa oscuridad.
El joven era diestro en la guía de estos simpáticos cuadrúpedos, pero una persona captó su interés y su corazón. La hija de uno de los ingenieros llevó a que Humason no se conformara con ayudar a transportar los equipos para el observatorio, sino que empezó a tomar cualquier trabajo que le fuera posible.
Imagen
Helen Dowd, la fémina en cuestión, correspondía al joven Humason, pese a que su padre no veía con buenos ojos la relación de su hija con un cuidador de mulas, aunque accedió finalmente, apoyando a nuestro personaje en puestos laborales de bajo rango y tan alejados de la ciencia como sus escasos estudios le permitieron. Sin embargo, la curiosidad era potente en Humason.
Así empezó su trabajo como conserje, que a la vez era de velador, trapeador de pisos, ayudante de electricista y ayudante en el mantenimiento de las máquinas del observatorio.
La leyenda cuenta que una noche el operador del telescopio cayó enfermo, por lo cual, en un acto desesperado por continuar con su trabajo sin posponerlo, el astrónomo de turno le preguntó a Humason si podía hacer ese trabajo en esa ocasión. La respuesta fue positiva y su destreza hizo que el otrora mulero, luego de 3 años como conserje, se quedara en el puesto permanentemente.
Y es que Humason no era un conserje común y silvestre sin estudios pues por las noches estudiaba las intrincadas técnicas fotográficas de los astrónomos, incluso, le pidió a uno de los becarios que le brinde clases de matemáticas, una herramienta sumamente útil a la hora de observar nuestro gigantesco universo, plagado de estrellas y distancias irrisoriamente lejanas, más aún para la época.
Imagen
Dos años después de tomar el puesto, fue declarado asistente de astrónomo por méritos propios, pero no sería el primer cambio radical en la vida del buen Humason, pues la llegada de Edwin Hubble y su posterior trabajo en conjunto no solo cambió la historia del exconserje de Monte Wilson, sino la astronomía tal y como la conocemos.
Poco después de la Primera Guerra Mundial, Humason y Hubble se conocieron y en el acto empezaron a congeniar en el trabajo astronómico, formando un equipo científico comprometido a la perfección, pues el antiguo mulero lograba obtener las mejores imágenes posibles de los telescopios, mientras que Hubble tenía el gran talento de interpretar estas imágenes a la perfección.
El equipo conformado por estos grandes astrónomos llegó a una conclusión que marcó una era en la ciencia: Nuestra galaxia, la Vía Láctea, no era más que una de las tantas galaxias que pueblan el inconmensurable universo.
También escubrieron, en 1929, que las galaxias lejanas se alejan de nosotros y que la velocidad con la que se alejan es mayor para las galaxias más lejanas. Hubble llegó a la inevitable conclusión de que el Universo está expandiéndose y que debió tener un principio hace miles de millones de años. El impacto inmediato que tuvo este hallazgo le valió a Edwin Hubble recibir el premio Nobel de Física.
Imagen
La imagen de un Universo en expansión chocaba de lleno con el universo estacionario e inmutable que se creía entonces. También implicaba que, en un pasado muy lejano, las galaxias tuvieron que estar muy juntas, hasta el punto que todo el Universo habría estado comprimido en un espacio minúsculo.
Fue el primer indicio de una teoría que hoy llamamos Big Bang, la que explica, desde un punto de vista científico, el inicio de nuestro amplio universo.
En 1936 Humason había llevado el telescopio de cien pulgadas hasta sus límites, midiendo la velocidad de recesión de galaxias del cúmulo de Ursa Major II, las cuales se alejan a 42,000 kilómetros por segundo. Hubble y Humason estimaron que la distancia de estas galaxias era de 250 millones de años luz. Hoy las situamos a más de 1,700 millones de años luz.
Para poder observar más lejos tuvieron que esperar una década, hasta la llegada del telescopio de Monte Palomar. Humason utilizó este instrumento y, un año antes de su muerte, publicó un importante trabajo con Nicholas Mayall y Alan Sandage en el cual hicieron un estudio exhaustivo de todos los datos existentes acerca de la recesión de la galaxias.
Incluso, el buen Humason tuvo tiempo para descubrir un cometa que lleva su nombre, un astro no periódico hallado el 1 de setiembre de 1961, con un perihelio mucho más allá de la órbita de Marte con un periodo de 2940 años y un diámetro de unos 41 kilómetros, considerado un cometa gigante y muy activo para su distancia al Sol, cien veces más brillante que un comenta medio.
Imagen
Humason llegó a ser Secretario del Observatorio Monte Wilson que él mismo había ayudado a construir. La voluntad de un joven mulero bastó para crearse un nombre legendario en la astronomía, siendo reconocido y admirado por la comunidad científica tanto en vida como tras su fallecimiento, un 18 de junio de 1957, a la edad de 66 años con un legado increíble.
Perú21 ePaper, ingresa aquí y pruébalo gratis
VIDEO RECOMENDADO:
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD