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¿Son los videojuegos la causa de los tiroteos? No, según las investigaciones

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Fecha Actualización
El expresidente y ahora oficialmente candidato, Donald Trump, sobrevivió de milagro a un atentado contra su vida durante una de sus presentaciones en vivo. Un joven tirador se encontraba sobre un tejado cercano al evento con la intensión matarlo, pero su disparo solo hirió la oreja del líder republicano. Ante esta situación, el joven fue inmediatamente ubicado y abatido en el acto.
No tardo mucho tiempo en conocerse que el tirador fue Thomas Matthew Crooks, un joven “antisocial” que había recibido “bullying en la escuela” y era “adicto a los videojuegos”, características que son resaltadas siempre que se da un hecho como el ocurrido, atribuyendo a los videojuegos o alguna enfermedad mental como las razones que llevan a una persona a realizar un atentado. ¿Qué tan cierta es esta relación?
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LOS VIDEOJUEGOS NO SON LOS CULPABLES

Las investigaciones han desmentido hace tiempo la explicación común entre los políticos: que los videojuegos violentos están impulsando la crisis de tiroteos masivos. Una idea planteada incluso por el mismísimo Donald Trump cuando ejercía de presidente, y que en su momento habló de restringir los “videojuegos horripilantes y espeluznantes”.
Sin embargo, no existe un vínculo estadístico entre jugar videojuegos violentos y disparar a personas, refiere Jonathan Metzl, director del Centro de Medicina, Salud y Sociedad de la Universidad de Vanderbilt.
Un informe de 2004 realizado por el Servicio Secreto y el Departamento de Educación concluyó que solo el 12% de los autores de más de tres docenas de tiroteos en escuelas mostraban interés en los videojuegos violentos.Un estudio realizado por la profesora Whitney DeCamp de la Western Michigan University concluyó que jugar videojuegos, por muy gráficos que sean, no predice un comportamiento violento. El estudio utilizó datos de una encuesta escolar de Delaware de 2008, que incluía respuestas de más de 6.000 estudiantes de octavo grado.Un estudio separado publicado en la revista británica Royal Society Open Science reveló que los adolescentes que juegan videojuegos violentos no exhiben un comportamiento más agresivo en comparación con los adolescentes que no los juegan en el Reino Unido.
A pesar de que sigue sin existir un vínculo, los legisladores y las figuras públicas siguen culpando a la industria de los videojuegos. “Cuando políticos como el presidente Trump perpetúan esta narrativa, para mí es el colmo de la irresponsabilidad, porque están perpetuando una falsedad”, dijo Metzl.
El afán por culpar a la salud mental y a los videojuegos significa que la sociedad está buscando respuestas en los lugares equivocados, dicen los expertos.
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LA MASACRE DE COLUMBINE
La culpabilización de la violencia en los videojuegos se hizo más frecuente después del tiroteo de Columbine en 1999, cuando se informó ampliamente que los dos adolescentes que mataron a 12 de sus compañeros habían jugado el juego de disparos ‘Doom’.
Menos de un mes después de ese tiroteo, el expresidente de la Cámara de Representantes, el republicano Newt Gingrich, dijo que “Hollywood y los juegos computarizados han socavado los valores fundamentales de la civilidad”.
El presidente demócrata Bill Clinton pidió entonces al gobierno una investigación sobre cómo las empresas de medios de comunicación, incluida la industria de los videojuegos, estaban comercializando contenidos violentos para los jóvenes.
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Tras el tiroteo en la escuela secundaria de Columbine, una encuesta de Gallup concluyó que el 62% de los adultos de todo el país creía que el entretenimiento era el principal catalizador de la tragedia y que el 83% apoyaba las restricciones a la venta de medios violentos a los niños.
Con el tiempo, y tras los resultados de diversos estudios que no encuentran relación entre estos trágicos hechos y el consumo de videojuegos violentos, los expertos advierten que señalar esta relación distrae del verdadero problema que permite que ocurran tantos tiroteos masivos, extrañamente, en los Estados Unidos: las leyes de seguridad de armas.
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En 2018, la fundadora de Moms Demand Action, Shannon Watts, dijo a CNN que los videojuegos no son la razón por la que en Estados Unidos siguen ocurriendo tantos tiroteos masivos. Moms Demand Action es un grupo de defensa de la seguridad con las armas.
“Los estadounidenses juegan a los mismos videojuegos, ven los mismos programas de televisión y padecen enfermedades mentales en la misma proporción que nuestros pares en otras naciones de altos ingresos. Lo que diferencia a Estados Unidos son nuestras débiles leyes sobre armas y las inaceptables tasas de violencia con armas. Los estadounidenses quieren que se tomen medidas en materia de seguridad con armas, no en materia de videojuegos”, dijo Watts a CNN.
Además de eso, las ventas de videojuegos en otros países desarrollados no están vinculadas a la tasa de homicidios con armas de fuego de un país. Según los datos recopilados para el libro “Moral Combat”, al comparar los dólares per cápita gastados en videojuegos con los homicidios con armas de fuego, Estados Unidos es claramente un caso atípico, con una tasa de homicidios mucho más alta que cualquier otra nación desarrollada.
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¿Y LAS ENFERMEDADES MENTALES?
“La enfermedad mental y el odio son los que aprietan el gatillo, no el arma“, dijo el presidente Trump, después de dos tiroteos masivos en menos de 24 horas en 2019. ¿Entonces, las enfermedades mentales son las culpables de los tiroteos masivos en Estados Unidos? No, según las investigaciones.
Algunos autores de tiroteos masivos tienen antecedentes de esquizofrenia o psicosis, pero muchos no. La mayoría de los estudios sobre tiradores masivos han descubierto que solo una pequeña fracción tiene problemas de salud mental.
Y los investigadores han observado una serie de otros factores que son predictores más fuertes de que alguien se convierta en tirador masivo: un fuerte sentimiento de resentimiento, deseo de infamia, estudio imitativo de otros tiradores, violencia doméstica en el pasado, narcisismo y acceso a armas de fuego.
“Nos gusta pensar que cualquiera que mata a otros es de alguna manera un enfermo mental”, dijo Phillip Resnick, quien trabajó como psiquiatra forense en casos como el del terrorista de Oklahoma City Timothy McVeigh y el del Unabomber Ted Kaczynski. En una entrevista el año pasado, Resnick dijo: “Hay que recordar que la gente mata por todo tipo de razones. Matan por dinero, por amor o por codicia”.
Los defensores de la salud mental dicen que comentarios como el de Trump etiquetando a los tiradores como “monstruos mentalmente enfermos” pueden exacerbar estereotipos falsos sobre los enfermos mentales. “Resulta tentador intentar encontrar una solución simple y señalarla con el dedo”, refiere Jeffrey Swanson, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke. “El hecho de que alguien salga y masacre a un grupo de desconocidos no es el acto de una mente sana, pero eso no significa que tenga una enfermedad mental”.
Los investigadores señalan que otros países tienen tasas similares de enfermedades mentales, pero una pequeña fracción de las muertes por armas de fuego en Estados Unidos. De manera similar, los videojuegos están muy extendidos en Europa y Asia , pero sus tasas de muertes por armas de fuego son mucho más bajas que en Estados Unidos.
Los epidemiólogos dicen que lo que distingue a Estados Unidos del resto del mundo son las armas.

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