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Antonio Llombart, médico español: “El cáncer no se va a curar nunca; es un proceso innato”
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Durante casi cinco décadas tuvo que informar a las familias sobre los pacientes que presentaban un cáncer. Hace cinco años le tocó por primera vez ser el que recibía la mala noticia. Su esposa Nadine, arquitecta de origen francés, fue diagnosticada con cáncer al ovario. Antonio Llombart afirma, con serenidad, que no hubo ni miedo ni rabia, pero sí preocupación.
El patólogo oncológico, de origen vasco y orgullosamente español, visitó el Perú semanas atrás. En sus más de 50 años de experiencia, creó y dirige la Fundación del Instituto Valenciano Oncológico, líder en Europa en la lucha contra el cáncer. Y hoy, precisamente, es el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama.
A lo largo de su vida profesional ha realizado unas seis mil autopsias. “A la muerte la conozco bastante”, dice el doctor que tiene ocho nietos y cuatro hijos, dos de ellos médicos y uno, oncólogo. Médicos como el padre de Antonio. “Aprendí de la carrera que vi ejercer en él”, agrega el especialista de 80 años de edad.
Cuando usted empezaba, del cáncer no se hablaba como ahora.
Era una enfermedad desconocida, que había que ocultarla al enfermo porque era diagnóstico de muerte. Pero eso ha cambiado radicalmente. Hemos pasado de un índice de mortalidad de 90% a 95% a un índice de mortalidad de un 50% a 55%; y ese alrededor de 40% que queda lo sufren personas que pueden vivir con el mal durante varios años.
Pero recientemente un ser querido suyo fue diagnosticado con cáncer. ¿Cómo se dio?
A mi esposa le diagnosticaron cáncer en un estadio relativamente avanzado. Hubo que hacer una cirugía muy agresiva y darle quimioterapia dura durante varios meses. Afortunadamente lleva cinco años de vida después de haber pasado el cáncer.
A veces es más dramático el momento de recibir la noticia que la enfermedad en sí.
Sí, porque la palabra cáncer para muchas personas es sinónimo de muerte. Eso no es real hoy. Si no te pones con un carácter positivo a luchar contra la enfermedad, entonces la batalla está perdida.
Dicen las cifras que en el mundo hay unos 20 millones de casos de cáncer.
Y el crecimiento es progresivo, la perspectiva es que seguirá creciendo hasta los 30 a 40 millones.
Hoy existe mayor conciencia alimenticia y de estilo de vida, hay más información y la ciencia tiene avances. ¿Por qué la curva es ascendente?
Porque vivimos más, hay más personas mayores. La vida media de las personas ha pasado incluso hasta los 80 años. La vida media era 50 a 60 años. Otra razón es que somos más población. Y en tercer lugar, hay una serie de hábitos que estamos adquiriendo progresivamente con la vida moderna que hace que la presencia de sustancias tóxicas aumenten las posibilidades de cáncer, como son los hábitos de salud, comida, bebida, el tabaco, la contaminación ambiental, el sedentarismo. Todos esos son factores que contribuyen a la transformación de las células en cáncer.
Actualmente, ¿qué factor directo incide más?
El tabaco. Si consiguiéramos erradicar totalmente el tabaco, el cáncer disminuiría en 25%. Y sumaría la contaminación ambiental.
Aunque las cifras más altas tienen que ver con cáncer al estómago, mama y próstata.
Indudablemente. En la alimentación, en el ahumado producimos sustancias cancerígenas. Me refiero a las parrillas. Son tóxicas desde el punto de vista cancerígeno, porque el carbón tiene hidrocarburos policíclicos que se depositan sobre la carne. Por otro lado, la refrigeración de los productos alimenticios ha representado una baja importante del cáncer de estómago. Un desequilibrio en la alimentación, un desequilibrio en el sueño, un desequilibrio sicológico influencian en que el contexto biológico del organismo se deteriore y facilita las enfermedades cardiovasculares, el infarto de miocardio, el cáncer, la obesidad, la diabetes. Somos un reloj complejo que se desgasta con la edad. A un carro de 12 años le decimos que es viejo, pero una persona de 12 años es un niño. ¿Tendrían un carro de 70 años? (risas).
¿El tercer mundo es la región más golpeada por el cáncer?
No. Es donde el cáncer se trata y se diagnostica peor. El mundo que tiene más cáncer es el mundo desarrollado. Los factores cancerígenos están más relacionados con el desarrollo económico.
¿Cuán cierta es esta teoría que dice que la industria no quiere que se halle la cura?
Al contrario. La primera interesada es la industria, porque va produciendo nuevas drogas. Ahora, el cáncer no se va a curar nunca.
¿No se va a curar nunca?
Esto no es una mala noticia. Es una realidad. El cáncer es un proceso inherente, innato dentro de nuestro organismo. Nuestro reloj biológico comete errores: se atrasa, se adelanta, se para. Si usted fuma mucho, acelera que se produzcan esos errores. Podrás combatir el cáncer y que haya menos incidencia, pero no podrás evitar que haya cánceres. El cáncer no va a desaparecer, lo que vamos a poder conseguir es que el cáncer que aparezca se cure sin que se extienda, evitando las metástasis o prologando la vida.
Me dice que a la muerte la conoce bastante. ¿Es señal de insensibilidad o lo contrario?
Pues las dos cosas. Uno se da cuenta de que la muerte es un hecho tan fisiológico como la vida.
¿Le dijo algo particular a su esposa cuando reflexionaron sobre el cáncer que le habían detectado?
Ella lo afrontó con una gran entereza y toda la familia igual.
Quizás sea un cliché, pero ¿cuánto hace el amor?
Si existe, ayuda. Si no existe, es un factor negativo. El amor es ambivalente. Pero no solo es el amor físico, sino es el amor de pareja, de la convivencia, el amor espiritual, que es un amor distinto y que lo producen los años. Estoy casado con ella 50 años. El amor no cura, pero ayuda a curar.
AUTOFICHA:
-“Nací en el País Vasco, en España. Aunque he vivido la mayor parte de mi vida en Valencia. Y estoy muy orgulloso de ser español, lo llevo dentro del corazón. Creo que es una gran equivocación el pensar, como algunos vascos y catalanes, en querer separarse. España ha hecho muchas cosas para estar orgulloso”.
-“Estudié Medicina, que la terminé en Alemania. Seguí especializándome casi 4 años. Luego estuve en Inglaterra y Francia, y volví a Valencia. Fui profesor en Murcia. Estoy jubilado, pero soy profesor emérito de la U. de Valencia. Y siempre unido a la lucha contra el cáncer”.
-“Colaboré en la puesta en marcha de la Asociación Española de Lucha Contra el Cáncer en Valencia. Ahí he sido presidente del comité técnico nacional y vicepresidente de la liga en Valencia. Se construyó un hospital de cáncer en Valencia que lo puso en marcha mi padre. Es una fundación que presido”.
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