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Carmen Mc Evoy: “Los derechos conquistados (por la mujer) están amenazados por los sectores ultraconservadores”
En el Día Internacional de la Mujer, una de nuestras más grandes historiadoras revisa el pasado y reflexiona sobre el presente. Perú21 entrevistó a Carmen Mc Evoy.
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No solo su madre y una profesora de secundaria influyeron en ella. También la abuela materna: Elena, nombre que lleva. La abuela recibió la educación del bordado, la costura, conocimiento que le ayudó a mantener a su familia cuando su esposo perdió el trabajo. La describe como una mujer fuerte que sufrió mucho; pero optimista, criada en el Callao, donde también se crio ella. “De estirpe de mujer chalaca”, me dice; tal vez como la nieta Carmen Mc Evoy Carreras.
Su abuela le decía “sigue tus corazonadas”. Y Carmen hasta hoy le hace caso. “Probablemente, los ojos del corazón pueden leer mejor la realidad que la razón pura”, me dice la historiadora. Parte de esa intuición y razón es la publicación de libros. El año pasado editó Patrias andinas, patrias citadinas con Gustavo Montoya. Mañana presenta la colección Historia del Perú, cinco tomos trabajados con el escritor Marcel Velázquez a partir de los 13 volúmenes manuscritos por el cajamarquino Juan Basilio Cortegana, preservados por la Biblioteca Nacional del Perú. La cita es en el CCPUCP, a las 7 p.m. Este año publicará otro libro más y ya alista su obra sobre Yma Sumac. No lleva la cuenta, pero estima que podrían ser más de 15 los libros editados hasta la fecha. “Así como hay gente que cuida plantas, yo escribo libros”, agrega y ríe.
Está sentada frente al mar. La Punta, Callao. Cuando mira a la izquierda, tiene la isla San Lorenzo; cuando mira a la derecha, ve el puerto. “Vivir frente al mar te da una visión muy amplia de la vida; el mar es lo eterno, te abre a múltiples mundos”, me dice. Ha vuelto pero retornará a su estancia en los bosques de Tennessee. Pero ha vuelto para llevarse la brisa chalaca, para bañarse con el sonido de las piedras cuando las olas llegan, el sonido de infancia que aún la arrulla.
-En el Día Internacional de la Mujer, ¿qué se puede decir sobre su rol en la República?
La primera república es de hombres letrados, algunos mercaderes, y es evidente, como ocurrió en otros lugares del mundo por ejemplo los Estados Unidos, la ausencia de mujeres, además de esclavos y de indígenas. Sin embargo, es interesante anotar que la primera bandera trujillana la confeccionó una mujer y fue Rosa Merino quien interpretó por primera vez el “somos libres”. Sin olvidar que las viandas, como el caso de la causa asociada directamente con la independencia, fueron preparadas por manos femeninas. A tono con dicha festividad veintiochera el general San Martín instituyó un reconocimiento para las mujeres patriotas, entre ellas la valiente espía Brígida Silva de Ochoa.
-Hablemos más de Brígida.
Una mujer estupenda. Es hermana de soldados. Se mueve en el mundo de la cárcel, visita a sus hermanos presos y va recabando información sobre los movimientos de los realistas. Se maneja en una esfera muy peligrosa de acopio de información. Había una red de espionaje donde las mujeres participan y van a ser cruciales, porque de esa información va a depender el movimiento y la llegada de la expedición libertadora.
-En el Perú “libre e independiente”, ¿qué primeros prejuicios enfrentaron las mujeres?
Los prejuicios tradicionales, es decir machistas, que por ser dominadas por sus emociones las mujeres debían de ser tuteladas por el padre, el marido o los hijos. Porque sin desconocer que existen mujeres que desempeñaron un papel importante en la política, como fue Francisca Zubiaga (conocida como la Mariscala), la percepción general sobre ellas es que carecían de la fortaleza mental y física para valerse por sí mismas. Por otro lado, resulta muy interesante la lectura alternativa que hace Flora Tristán de las mujeres de la elite limeña, que hacían lo que se les venía en gana, y de las devotas y sacrificadas rabonas, acompañando a sus maridos al campo de batalla.
-¿Qué mujeres (o momentos) merecen mayor exposición de la que han tenido?
Las mujeres son parte importante de esa mayoría silenciosa que ha sostenido al Perú en los momentos de crisis, que como bien sabemos son muchos. El caso de las madres de los comedores populares, quienes en la década de los 80 colaboraron en alimentar a miles de peruanos, es notable por el nivel de resilencia que exhiben. ¿Qué hubiera sido del Perú sin esas heroínas anónimas? Ahora sus descendientes claman nuevamente por ayuda para seguir con su misión, preservar la vida en medio de la profunda crisis sistémica que padecemos.
-¿Cuánto (y cómo) de esas omisiones fueron influencia en la construcción de un imaginario de la mujer?
A pesar de que contamos con una amplia bibliografía sobre la trayectoria de las mujeres en nuestra historia, todavía no reciben todo el crédito que merecen. El coraje demostrado por las Toledo (madre e hijas) cortando el puente para impedir la represión e incluso la destrucción de su patria chica (Concepción) es un ejemplo, entre otros, que todas nuestras niñas deberían conocer. Así como también la labor de las ilustradas, muchas de ellas escritoras y maestras, que lucharon por promover la educación como el instrumento para obtener la emancipación femenina. Existen historias de vida de mujeres científicas o, incluso, defensoras de los bosques y ríos, en sus respectivas comunidades, que deberían recibir mayor cobertura para que nuestras niñas las tengan como ejemplo a seguir.
-Se suele decir que la historia no ha sido escrita por mujeres. ¿Es cierto?
Hasta hace algunos años eso era lo que ocurría. Sin embargo, en la actualidad existen excelentes libros escritos por mujeres sobre la experiencia femenina a lo largo de la historia. Pienso, por ejemplo, en el excelente texto editado por Claudia Rosas, ‘Género y mujeres en la Historia del Perú: Del hogar al espacio público’ que recomiendo.
-Tener una presidenta, ¿ha tenido alguna reacción machista?
Más que una reacción machista pienso que lo que se le critica a la presidenta Boluarte es su mal manejo político (inauguró su mandato diciendo que se quedaría hasta el 2026) y el uso de la violencia contra la sociedad civil, que ha causado más de sesenta muertos.
-Como historiadora, ¿qué piedras encontró en el camino, ya sea en el mundo académico o en la cotidianidad?
Muchas y te diría que incluso me encontré con algunas rocas (risas). Debido a que colaboré en desbrozar un área de estudio, poco reconocida, la historia política e intelectual del siglo XIX, algunos colegas me acusaron de no tener suficiente base teórica e incluso de ser “romántica” e idealista en mi análisis. Cuando lo que hice fue reconstruir la logística, además de la ideolgía del primer partido politico de la historia del Perú: el Partido Civil.
-Pero podrían ser críticas en lo teórico.
Había el sesgo: “Tú no sabes de lo que estás hablando, infórmate mejor” (ríe). Se nota: te tratan de corregir en los coloquios y te ven por debajo del hombro.
-Ahora no se atreverían hacerlo.
Probablemente no, porque he ido añadiendo muchos libros a mi producción. No puede hablarse de idealismo o romanticismo de alguien que ha escrito un libro sobre la violencia política o de alguien que ha escrito sobre la Guerra del Pacífico desde el punto de vista de Chile, con documentos chilenos.
-¿Usted carga con la responsabilidad de alumbrar lo que no se ha dicho sobre la mujer en la historia?
Aunque no hago historia de mujeres, pienso dedicarme a ello en mi próximo proyecto sobre Yma Sumac; me enorgullezco de un artículo sobre la feminización de Lima durante la Guerra del Pacífico. Pienso que ese artículo (“Bella Lima ya tiemblas llorosa”) ha colaborado en iluminar los imaginarios de la guerra en la cual las mujeres son usualmente degradadas antes de ser violentadas. Por otro lado, mi trabajo como historiadora es un aporte que se suma a la labor de millones de mujeres en bien del Perú.
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-¿Qué alista sobre Yma Sumac?
La historia de dos provincianos (Moisés Vivanco, de Ayacucho, e Yma Sumac, de Cajamarca) que salen en la década del 40 a conquistar el mundo, y que lo logran. Y lo hacen: llegan a Hollywood, logran hacer películas, establecer el nombre del Perú, porque llevan con ellos una suerte de Perú portable y viajan por el mundo, llevan el Perú a la Unión Soviética, a Gran Bretaña, Irlanda, Europa, EE.UU. Fue una épica de la choledad.
-Que en su momento no fue entendida.
Fue cuestionada por Arguedas, que no los ve auténticos.
-¿Yma Sumac fue víctima del machismo?
Yo pienso que sí. Hay una crítica del poeta Eielson, que no la apreciaba. Igor Stravinsky le dice: “Usted es peruano, de la tierra de Yma Sumac”. Eielson le contesta: “Yma Sumac no representa al Perú. Esos sonidos guturales, esos sonidos de pájaros no son el Perú”. La invalida.
-¿Pero eso es machismo o crítica estética?
Yo creo que hay un tema clasista. Pero la critica a ella y no critica a Vivanco, lo mismo que hace Arguedas. Es una mezcla de clasismo, de machismo. Pero ella sigue su camino y se convierte en una peruana universal.
-Y probablemente la peruana más universal.
Lo es, tiene su estrella en Hollywood. En Rusia hay concursos de Yma Sumac hasta ahora. El astronauta ruso Gagarin le regaló sus medallas.
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-¿Qué toca reflexionar hoy?
Los derechos conquistados están amenazados por los sectores ultraconservadores, quienes quieren retroceder el tiempo. Y esto no solo está ocurriendo en el Perú sino también en EE.UU., donde se está dando un ataque frontal al derecho, ganado hace décadas, de abortar de manera segura. Es importante recordar que cada dos días una mujer muere en el Perú por violencia de genero. A la fecha ya tenemos 32 feminicidios en dos meses. Sin embargo, lo peor ocurrió durante el confinamiento y los meses siguientes. En el 2022 se reportaron 11,000 mujeres desaparecidas de las cuales solo la mitad han regresado a sus hogares. El tráfico de mujeres y niñas a los campamentos mineros ilegales es una verdadera tragedia nacional que ocurre ante nuestros ojos y sin que el Estado haga algo al respecto. Hace poco apareció un reporte sobre 137 mujeres eliminadas por sus parejas y ni qué decir de la violación que ocurrió en el Congreso de la República y el apañamiento posterior de los mal llamados padres y madres de la Patria. En la muestra ‘Peruana’ se intenta evidenciar la opresión de espacios de poder que, como bien señala Ainai Morales, se apropian de los cuerpos, las historias, las memorias y los trabajos de las mujeres. En un sistema aún patriarcal que las usa y luego las descarta sin compasión. Todo eso debe de cambiar y por ello hay que educar a nuestras niñas para que defiendan su derecho a ser libres, autónomas y felices.
-¿Sus nietas vivirán en un mundo mejor para las mujeres?
Hay que fortalecerlas para los desafíos de esta etapa, que es muy difícil, porque es una etapa de transición y no sabemos hacia dónde. Fortalecerlas en el amor propio, defensa de su libertad, de sus sueños, porque serán desafiadas; el mundo que se nos viene será duro para todos, pero especialmente para las mujeres.
AUTOFICHA:
- “Soy Carmen Elena Mc Evoy Carreras. Yo quería ser maestra de colegio, y la vida me fue llevando a la historia; y bueno, soy profesora, pero específicamente me doctoré como historiadora, investigadora. Pienso que las lecturas me estimularon a irme por el camino de la historia”.
- “Tengo 66 años. Nací en Bellavista, Callao. A los tres días de nacida me llevaron a una casa frente al mar. El mar es una parte importantísima de mi vida y la extraño mucho porque vivo en un bosque desde hace 30 años, en Sewanee, en Tennessee, EE.UU.”.
- “Cada vez que puedo me escapo para poder oler la brisa marina. Me llevo esa brisa conmigo y con eso vivo un par de meses y después tengo que volver para llevarme de nuevo la brisa chalaca. Tengo mis momentos de mar encrespado, pero estoy tratando de que sean los menos posibles (risas)”.
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