PUBLICIDAD
Christina Rosenvinge: “‘Que me parta un rayo’ rompió clichés y tabúes” | Movida21
Christina Rosenvinge canta esta noche en Lima, en el Anfiteatro del Parque de la Exposición. Perú21 la entrevistó.
Imagen
Fecha Actualización
Christina Rosenvinge trabaja a contrarreloj para una banda sonora. Compone un disco. Ya tiene grabado el próximo álbum que publicará con canciones que creó para la obra de teatro Safo, donde también actuó. Y bocetea un proyecto literario, siempre en intersección con la música.
A la vez, mira 30 años atrás y lleva adelante una gira que celebra el lanzamiento de Que me parta un rayo, el disco con el que debutó como Christina y Los Subterráneos, la producción con la que trascendió más allá de su natal España con éxitos como “Tú por mí”, “Voy en un coche” o “1,000 pedazos”. Canciones que interpretará esta noche en el Anfiteatro del Parque de la Exposición.
Está en su casa, en Madrid. Allá son las 5 de la tarde y en Lima, las 10 de la mañana. Acaba de almorzar. “No tengo un horario regular, cada día hago una cosa distinta”, me dice, pero siempre reincide en lo esencial: dar un paseo largo, leer, tocar un rato, revisar los periódicos y juntarse con alguien para comer; y cuando es necesario, dar entrevistas, como ahora.
-Vives la vida y horarios del músico...
No te creas, a veces pienso que me habría gustado tener un trabajo con horario normal, como en una oficina.
-¿Por qué?
Porque cuando tu horario no depende de nadie más que de ti mismo, depende mucho de tu capacidad de autodisciplina. Y bueno, todos tenemos tendencia a procrastinar y tienes que levantarte y obligarte a ti mismo, lo cual es complicado, es mucho más fácil que te obligue otro (ríe).
-¿Cómo eres siendo jefa de ti misma?
Depende. Si tengo un objetivo, soy bastante rígida y lo hago bien. Cuando lo hago de una forma difusa, porque estoy escribiendo un libro o porque estoy componiendo un disco que no tiene fecha, es mucho más complicado.
-Hace 30 años, cuando nacía Que me parta un rayo, ¿quién eras?
(Se queda en silencio y ríe). En lo esencial era la misma persona, pero mucho más insegura, también con una energía desbordante a veces mal utilizada y la recuerdo como una época inmensamente feliz. Es la primera época de mi vida que recuerdo como muy feliz, casi ideal.
-¿Eras la chica de “Voy en un coche”?
Totalmente. No era tan joven, eh, tenía más de 25 años, pero acababa de darme cuenta de que yo era capaz de componer canciones sola, me había dado cuenta de que era autosuficiente; y claro, esa canción es un himno a la independencia.
-¿Y también eras la chica de “1,000 pedazos”?
No está basada en la propia experiencia, pero era más el miedo a perder una relación que tienes.
-¿Y quién ha sobrevivido al tiempo?
Las dos siguen aquí (risas). ¿No somos todos un poco así? Por un lado, una persona adulta; y por otro lado, somos todos como una niña asustada.
-¿En qué eres adulta?
Bueno (risas)... He desarrollado la capacidad de meterme en proyectos muy complejos, donde tengo que aprender cosas nuevas. Nunca he dejado nada a medias. También en que tengo dos hijos, ese trabajo de crianza lo he hecho muy bien.
-Con uno de ellos tocaste hace unas semanas.
Sí, sí... Con Willem (su padre es el escritor Ray Loriga), el mayor, que empezó a tocar desde pequeño. Pero él ha elegido la Arquitectura.
Imagen
-¿Y en qué eres una niña asustada?
Creo que hay un miedo ancestral que tenemos todos a ser abandonados en la oscuridad, en la cueva. El miedo a la soledad. Hay mucha gente que dice que le gusta estar solo, sabes; yo paso mucho tiempo sola por trabajo, pero desde luego todo mi tiempo de ocio prefiero pasarla acompañada. Me gusta estar con gente, me gusta conversar, incluso me gusta conversar con gente que no conozco por la calle. Si le tengo miedo a algo, es a la soledad.
-Cuando creabas las canciones de Que me parta un rayo, ¿fantaseabas con la figura de ser una estrella de rock?
No, qué va, fue toda una sorpresa. Si cuando hice esas canciones, ni siquiera sabía si las iba a grabar. Costó convencer a la compañía de discos. Tampoco imaginé que las iba a tocar alguna vez en Perú y que las iba a tocar 30 años después. Eso es impresionante, nunca me he acostumbrado a esto, me parece algo milagroso.
-¿No te pasó que te dijeron “esta canción es mala, no funcionará”?
No. En las primeras maquetas había como 14 canciones y cuatro no se grabaron. Hubo consenso en las que elegí.
-¿Tienes eso que llaman ‘sexto sentido’?
Me puedo equivocar, pero las canciones definitivas, importantes, canciones como “Tú por mí”, por ejemplo, sí que me di cuenta en el momento de hacerla que era una canción que era más grande que mi propia historia y que iba a trascender. Eso me ha pasado con no más de 15 canciones.
-¿Qué notaste en “Tú por mí”?
Son canciones que cuentan una historia universal. Y esas son las canciones que años después la gente ni siquiera sabe quién las escribió, pero la gente sigue aprendiendo a tocar la guitarra con esas canciones, y eso es muy bonito.
Imagen
-Y una vez que llegó el éxito con Que me parta un rayo, ¿te sentiste estrella de rock?
Define estrella de rock.
-Tal vez pasa cuando sientes que todo lo que tocas se convierte en oro; o como lo dices en tu libro Debut, mañana puedes comprarte un descapotable; o que evitas salir a la calle para no dar autógrafos. No sé...
(Risas). Lo del descapotable era un coche de tercera mano, en realidad; era un coche romántico, muy poco práctico, pero claro era un descapotable... Hay una parte que es muy bonita de este trabajo, que es cuando te das cuenta de que tiene algo de chamánico, sabes. Te das cuenta que la gente te ha elegido para representar una forma de ser, de estar o de pensar en el mundo, y no quiere decir que tú seas realmente merecedor de ese título, sino que la gente te ha elegido a ti para que lo seas; entonces, lo que hay que hacer es estar a la altura y comportarte sin decepcionar a la gente. Al mismo tiempo, no me siento distinta, creo que este es un trabajo como cualquier otro. Hay muchas maneras de estar en esta vida y tener un papel social importante.
-¿No te ha preocupado volver a ser la Christina de hace 30 años, repetir la fórmula?
Lo que me gusta es hacer música y me gusta tomar riesgos.
-¿Por qué Que me parta un rayo ha sobrevivido al tiempo?
Es un disco que cayó en un momento muy interesante. Era un momento en el que no había figuras femeninas en el mundo del rock que fueran potentes, no había mujeres con guitarra cantando en primera persona, yo creo que por eso llamé tanto la atención, y también porque el disco no eran canciones de amor, eran canciones que hablaban de independencia; en ese sentido, se estaba adelantando un poco al tiempo. Las mujeres se sintieron identificadas y sentí mucho apoyo del lado masculino porque había también muchas ganas de ver mujeres haciendo un papel distinto. También hablaba del deseo sexual en primera persona. Rompió con muchísimos clichés y tabúes.
-Antes de ese disco, ¿bebiste algo de fenómenos como la movida madrileña o incluso el rock radical vasco?
Sí que tenía en la memoria a grandes letristas como Vainica Doble y Cecilia. Luego es verdad que cuando empecé a salir iba a conciertos de rock, a ver a los Ramones, a los Clash, a Siouxsie and the Banshees. También había oído a Mercedes Sosa.
-Fuiste un poco independiente a todo.
Sí y lo he seguido siendo siempre. No pertenezco realmente a ninguna generación. Ni a la movida ni al mundo indie que vino después.
-Lo que te puede hacer más universal.
Si eres intergeneracional, como es mi caso, y no estás adscrito a un país en concreto, tampoco te mueres con ninguna generación. Los fenómenos generacionales duran cuatro o cinco años y se mueren.
-¿Por qué has sobrevivido?
Porque me gusta hacer música. Cada vez que meto la guitarra en la funda y me voy al local de ensayo, lo siento como una victoria sobre la vida. He conseguido hacer de mi sueño de adolescencia una profesión. Y aunque ha habido épocas muy duras, muy difíciles, donde no he vivido de la música, nunca he dejado de hacer música, es algo muy natural.
-Como escribes en Debut, “se puede ser artesano sin ser artista, pero no se puede ser artista sin ser artesano”.
Hay que ser capaz de hacer las cosas a distintos niveles. Ha habido giras que he hecho en mi propio coche, llevando mi ampli y mi guitarra. Yo podía encogerme hasta ir sola a un sitio y defender mi repertorio sola si no había dinero para hacer otra cosa. Nunca dejé de tocar.
Datos:
-Christina Rosenvinge tiene más de diez discos de estudio; de ellos, Un hombre rubio (2018) logró el Premio Nacional de las Músicas Actuales.
-El concierto de hoy, 8 p.m., es una nueva edición de Oxígeno Live Sessions de Radio Oxígeno. Abre la noche Trazar Diamantes.
ESTE VIDEO TE PUEDE INTERESAR
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD