Pedro estaba en sus 21 años y ya era Pedro Suárez-Vértiz, el de Arena Hash. Iba por Las Acacias, una calle miraflorina. El reloj marcaba alrededor de las 7 de la noche. Volvía de estudiar en la Universidad de Lima. Cynthia estaba, junto a sus amigas de los 16 años, en el balcón de un departamento de aquella calle. Se alistaban para salir. Las amigas vieron a Pedro y lo saludaron sin conocerlo. Respondió con un “bajen, bajen”. Cynthia sabía quién era. Las invitó a su casa, que justo estaba al lado de aquel departamento. Entraron, conversó con todas sin distinción. Y así se conocieron, sin imaginar su futuro en los próximos 33 años.
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Esta historia y otras son narradas en el libro Esposo mío. Mi historia íntima con Pedro (Planeta), escrito por Cynthia Martínez, texto donde revive recuerdos del tiempo que les tocó vivir juntos y revela escenas de su relación como esposos, incluso detalles que el mismo Pedro no habría contado.
Este jueves, a las 7 p.m., Cynthia firmará libros en la librería Crisol de Plaza San Miguel.
Me recibe en el departamento donde vivió con él, en otra calle miraflorina; en el hogar donde vive la memoria del autor de “Cuando pienses en volver”.
Pedro te decía “esposa mía”.
Sí, también ‘China wife’, ‘Pichón caliente’… No iba a llamar al libro ‘Pichón caliente’ (sonríe).
¿Tú cómo le decías?
‘Astroboy’, ‘Prince’, ‘Mowgli’ por El libro de la Selva.
Me dices que desde que viste a Pedro te encantó. ¿Por qué?
Era diferente, natural, sin poses, no le importaba destacar.
¿Cómo entablaron amistad?
A mi amiga –la vecina de él– le dije que me consiga su número de teléfono fijo. Lo consiguió, lo llamé y le dije “Pedro, hay que salir a vacilar”. Y él sacó a Patricio y otro amigo. Y de ahí nunca más nos separamos.
Estabas decidida.
Creo que me enamoré el día que salimos.
¿Y él?
Yo creo que él al principio no quería algo serio. Podía tener lo que quería. Formalizar no era una idea.
No estaba muy enganchado contigo.
Al principio creo que no. Él nunca me lo dijo, pero te das cuenta.
¿Cómo lo lograste?
Siendo yo misma. Pero hubo un quiebre, le dije: “Pedro, ¿todo o nada?”. Yo tenía 16 años. Ya éramos amigos cariñosos (risas).
¿Qué te respondió?
Estaba sorprendido… Pero yo tenía formas de conseguir lo que quería.
Tienes un temple particular.
He aprendido.
¿No eras así?
La vida te da esto.
Durante el tiempo de la enfermedad de Pedro, ¿en algún momento no dijiste: ‘¡no aguanto más!’?
Por supuesto, más de una vez. Pero si él lo aguantaba, yo era así (hace un gesto de pequeñez con sus dedos) comparado con él.
¿Y él en un afán de desprendimiento no te dijo “Cynthia, haz tu vida lejos de mí”?
Pedro no era celoso, pero era machista en cierto sentido. Yo creo que por eso nunca me dio la libertad. Y yo tampoco la planteé, ah.
Me parece saludable que digas y escribas que Pedro era machista.
Es que Pedro no era perfecto y mi matrimonio no era perfecto. Nadie es perfecto. Y era tan ser humano como todos, y él lo demostraba día por día.
¿Cómo lograste afrontar ese machismo?
Para mí no era la megaestrella, era el ser humano. Si voy a escribir de Pedro, escribiré del Pedro real: machista, egocentrista, maravilloso, lo que es.
¿Dónde se expresaba su machismo?
En las decisiones grandes.
¿Cuáles?
Qué colegio escoger, qué seguro escoger, qué casa comprar, qué auto comprar. Y yo no tenía problema que él escoja, porque finalmente eran buenas sus decisiones.
¿De dónde sacaste la fuerza?
De él.
¿Pero qué hay en ti?
No sé si la palabra sea resignación o resiliencia... Como él no se quejaba, cómo me iba a quejar. Y él lo hacía fácil. Me decía “mi amor, viaja dos meses”, “amor, anda con tus amigas”. No me ponía ningún límite, solo que no rehaga mi vida quizá.
No recuerdo que Pedro haya exhibido mucho la relación contigo.
Jamás, Pedro no quería. Cero. Todo cambió en octubre, noviembre de 2023. Me llamaron para hacer un TED y me llamaron para entrevistarme en los medios, y Pedro me dijo “anda a hacerlo”. Yo le dije que de ninguna manera. “Tienes que salir, si no nadie se va a enterar de tu TED”, me dijo. Pedro me lanzó al ruedo y ya estoy en el ruedo. Pedro siempre decía: “Para tener fama, debes tener obra, no puedes ser famoso sin obra”. Mi obra fue el TED, mi libro. Y ahora Tomás tiene esta carrera musical. Y sentimos que todo el tiempo Pedro está, de alguna manera, protegiéndonos.
¿Cuál es tu futuro?
A raíz de este libro, voy a escribir más. Pero ya no biografía, quiero escribir autoficción, enfocado al amor y la sensualidad. Siento que estoy empezando a realizarme, siento que estoy empezando a dedicarme a mí, después de tantos de años de dedicarme a Pedro.
¿Qué diría Pedro del libro?
Asu, no sé, “amor, mejor saca esto”, “amor, no cuentes tanto”. Pero como te digo, yo lo convenzo (risas).
Autoficha:
-“Soy Cynthia Martínez Turner, tengo 49 años, nací en Lima. Acabé el colegio y estudié Secretariado, de ahí entré a trabajar en un hotel y de ahí salí embarazada. Pedro daba clases de canto en casas de La Molina mientras yo estaba embarazada. Yo tenía 18 años en ese momento”.
-“Quiero escribir autoficción del amor. He vivido tanto y he visto tanto, que quiero meter un poco de eso a los libros; un poco de mí y un poco volar con la imaginación, cosas que no haría pero quisiera (risas). Quiero escribir supersensual y real al mismo tiempo”.
-“Pedro nunca se rindió, nunca se quejó… Yo busco cosas sencillas y fáciles en la vida, pero que me hagan feliz. La felicidad no es correr la gran maratón sino cruzar la meta con tu hijo y hacernos una foto... (Mi hija) María José tiene un talentazo, que ahorita no lo va a sacar, porque está dedicada a otra cosa”.
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