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Dr. Luis Felipe Delgado-Aparicio, físico: “Para mí estar en la universidad era como estar en mi casa”
Dr. Luis Felipe Delgado-Aparicio: “Para mí estar en la universidad era como estar en mi casa”
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Mientras camina por los pabellones de la PUCP, el físico Luis Felipe Delgado – Aparicio Villarán atrae la atención no solo de alumnos. También profesores y otras autoridades se le acercan al reconocerlo, le hacen preguntas, incluso se toman fotografías. No todos los días un premiado especialista de la Universidad de Princeton (EE.UU.) regresa a su alma máter. No todos los días un físico peruano que ha participado de pruebas de fusión nuclear en búsqueda de energía casi ilimitada llega a Lima para dar una serie de conferencias.
Hace unas semanas, el Dr. Luis Felipe formó parte del equipo científico a cargo de un experimento que pretende, literalmente, cambiar el mundo. El reactor WEST ha logrado mantener un plasma estable durante 6 minutos. Lo hizo alcanzando una temperatura de 50 millones de grados, cinco veces la del sol. Un hito en la fusión nuclear.
-¿En qué momento ingresa la Física a su vida?
En mi tercer año en la PUCP. Yo había ingresado el año 1990 a la carrera de Ingeniería Electrónica. Era muy linda, pero no era la que a mí me apasionaba. Tomás Unger tenía una página los martes en el diario El Comercio donde hablaban de ciencia y tecnología. Allí leí una traducción de un artículo de la revista Scientific American sobre los reactores de fusión que había en Oxford y Princeton. Ahí me templé, me enamoré. Poco a poco empecé a leer sobre fusión, física y plasmas. Hasta que me armé de valor y le dije a mis padres.
-¿Fue arduo convencerlos?
En esa época mis padres no sabían nada de Física. Hoy el mundo moderno es más sencillo que en los noventa. Justamente hoy hay 180 estudiantes en la sección Física en la PUCP. Antiguamente, éramos solo cinco gatos (risas). Definitivamente no solo los estudiantes quieren estudiar Física ahora, sino que los padres de familia están mucho más abiertos a lo que es ciencia y tecnología. Entonces los estudiantes creo que ahora la tienen más fácil que nosotros, los viejos.
-¿Quiénes fueron sus primeros referentes?
Aquí en la PUCP no había muchos libros sobre plasmas y fusión nuclear así que estudiar eso era complicado. Entonces mi técnica pasó por salir de la PUCP y contactar al profesor Modesto Montoya. Él me llevó al Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), a la UNI y ahí fotocopiaba los libros. Luego la PUCP firmó un convenio con la Universidad Católica de Santiago y fui dos veranos. Regresé con una maleta llena de libros.
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-Contacta al profesor Montoya a través de las páginas blancas.
Cómo lo sabes (risas). Yo ubico el nombre y lo llamo. Y el doctor Montoya pensó que yo era mi padre (Luis Delgado Aparicio, ‘Saravá’), que en esa época era una persona conocida en el ambiente musical y político en Perú. Entonces le digo ‘no doctor Montoya, soy el hijo. Desearía habla conversar con usted para que me ayude a cambiarme a la carrera de Física’. Entonces me invitó a su casa en la Aurora, en Miraflores, luego a la UNI y al IPEN.
-De alguna manera hablaban el mismo lenguaje.
Sin duda, tener contacto con el Dr. Modesto fue bastante bueno. Me inspiró a seguir en la vida de científico. Otro referente que tuve era un estudiante que había estado en la PUCP, un físico brillante llamado Jesús Aymar, que había emigrado a EE.UU. a hacer una carrera en Altas Energías en Radiación. Décadas después lo llegué a conocer.
-¿Para un estudiante de Física, ir al exterior era el camino por seguir?
Primero mi anhelo era tener una buena educación aquí en el Perú. Mi segundo anhelo era tratar de construir un laboratorio. Yo me caracterizaba por ser experimentalista, es decir, me gustaba construir con las manos y me gustaba hacer experimentación.
¿Cómo era hablar de Física en casa?
No llevaba esas conversaciones a casa. Por ejemplo, sobre ecuaciones o historias sobre un proceso fisicoquímico. Más bien para mí estar en la universidad era como estar en casa. Llegaba muy temprano y me iba muy tarde. Inclusive recuerdo que había madrugadas enteras que yo me quedaba solo en la universidad para investigar, para hacer experimentos. Ya en casa me iba a descansar, le contaba a mi padre y a mi madre que me iba muy bien en un experimento y se acabó la historia. No entrábamos en detalles. Sin embargo, teníamos otros temas en común, como la música.
Comparte la misma afición que su padre.
De pequeño se me dio por los timbales y tuve la fortuna de conocer a mucha gente que mi padre traía del exterior para conciertos y presentaciones. Pude conocer a Celia Cruz, Tito Puente, Rubén Blades, Héctor Lavoe. A los genios de la Fania all Stars, a toda la legión antigua de la salsa histórica. Fue espectacular. Luego en el colegio, en el Santa María, pasé de tocar timbales a tocar batería. Usaba el pelo más largo.
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-Siempre con la percusión.
Era rítmico el asunto.
-¿Qué canciones recuerda?
Había una canción que era particularmente muy importante para la promoción 46 Sweet Child o Mine. Esa fue nuestra canción de promoción.
¿Con qué música se puede estudiar Física?
Cuando quiero hacer algo más experimental, cuando agarro el Excel o un código para plotear una curva pongo cualquier música. No cuando quiero leer un artículo o un libro. Si quiero subrayar o hacer matemáticas pongo música clásica o música de películas, soundtracks. Uno que me gusta mucho es de las películas de Batman. Son una especie de música clásica moderna.
¿Cómo nos explicaría los avances logrados en fusión nuclear?
Lo que se muestra en esta máquina (muestra la fotografía del reactor WEST) es lo diferente. Un reactor de fusión donde la materia pasa de estado gaseoso a estado de plasma (el estado fundamental del universo). Creamos un plasma, hacemos fusión nuclear. Calentamos a cien millones de grados y hay fusión nuclear. Queremos usar esa fusión nuclear para darle energía al mundo.
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-¿Qué tipo de energía?
De una fuente inagotable, segura, sin desechos radioactivos, sin CO2. La puedes usar en cualquier lugar, ya sea en la costa, sierra o selva. No es fácil, lo hemos intentado por mucho tiempo, pero hoy en día se están haciendo avances sustanciales. Con las paredes de tungsteno mantuvimos el plasma a 50 millones de grados por 6 minutos.
-¿Más que la temperatura del sol?
Entre la superficie y núcleo del sol hay una temperatura de 1 y 10 millones de grados. Nosotros obtuvimos una temperatura mucho mayor del centro del sol. Lo curioso es que los imanes alrededor de este reactor están a una temperatura de menos 270 °C. Están enfriados porque son imanes superconductores.
-¿Cuál es el siguiente paso?
Es calentar un par de grados más. Y de ahí es mantener la descarga por 1,000 segundos y hacer que viva mucho más tiempo para empezar a darle energía a un sistema interconectado nacional.
¿Qué está leyendo ahora doctor?
Estoy leyendo un libro que ha hecho una señora americana, no recuerdo el nombre (NE: Casta: el origen de lo que nos divide), pero trata sobre las castas. Siempre me ha gustado mucho entender las relaciones que hay entre varias razas. Mi hijo Mateo es una demostración perfecta de la interacción entre un hombre latino y una mujer afroamericana, ¿no? Y entender cómo funcionan las razas y la dinámica entre razas creo que es muy interesante. Y esta señora ha escrito un libro no identificando el problema de raza, sino el problema de castas. Te habla de la castas que hay en la India, de las que hay o que había antiguamente en Europa, en Alemania o las que hay inclusive hoy en día en los Estados Unidos.
DATO
Al mando del Laboratorio de Física de Plasma de Princeton (PPPL), el dr. Luis Felipe Delgado-Aparicio logró mantener un plasma de fusión a una temperatura récord de 50 millones de grados Celsius durante seis minutos en el reactor WEST, un hito sin precedentes en la búsqueda de una fuente de energía limpia y sostenible para el futuro.
“Mantener un ‘Sol’ en la Tierra a 50, 100, 200 millones de grados centígrados es un desafío tecnológico espectacular (…). Esta innovadora capacidad está ahora lista para ser exportada a muchas máquinas en EE.UU. y en todo el mundo”, remarca el científico peruano sobre este hito que aclara el camino hacia la generación de una fuente de energía limpia y sostenible para el futuro.
AUTOFICHA
“Soy Luis Felipe Delgado - Aparicio Villarán. Soy un padre muy orgulloso de mi hijo Mateo. Soy científico, ser humano, hermano y también hijo. Me gusta hacer deporte, ir al gimnasio. Con mi padre íbamos al sauna. Soy muy amiguero, tengo una personalidad muy extraña”.
-“Tengo la capacidad de sentarme a cranear, pero a la vez de ser extrovertido. Es la influencia paterna. Mi padre tenía un rostro no homogéneo y vivía un lado de abogado y el otro de salsero. Yo tengo mucho de eso. Me gusta estar solo y también estar entre amigos”.
-“Llevo veinte años investigando la fusión nuclear. Como físico PUCP y jefe del Departamento de Proyectos Avanzados del Laboratorio de Física de Plasma de Princeton (PPPL) estuve a cargo de diseñar la herramienta para realizar las mediciones de temperatura en el reactor de fusión revestido de tungsteno WEST”.
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