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De letras y pantallas
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En una entrevista al New York Times en 1988, Gabriel García Márquez -ya encumbrado como un Nobel- explicaba por qué hasta el momento nunca había aceptado llevar al cine su libro Cien años de soledad.
“Las cartas que encuentro más interesantes son de gente que me pregunta de dónde saqué tal tema o tal pasaje o aquel personaje –explicaba Gabo al reportero–. Porque ellos sienten que se trata de algo o alguien que conocen. Dicen ‘es igual a mi tío’. O ‘tengo un sobrino igual a él’. O ‘ese episodio ocurrió tal cual en mi pueblo. ¿Cómo llegó a sus oídos?’. Gente de toda Latinoamérica me escribió esas cosas, especialmente después de Cien años de soledad. Sentían que había sido parte de sus vidas”.
–¿Es por eso que rechazó que el libro sea filmado? ¿Porque esa identificación se perdería? –repregunta el periodista.
–Sería destruida. Una película no permite esa relación. La cara del actor, de Gregory Peck, se convierte en la del personaje. No puede ser tu tío, a menos que tu tío sea igual a Gregory Peck.
La sentencia de Gabo permanecería incólume hasta su muerte, ocurrida en 2014. Sin embargo, apenas han pasado 10 años de su partida y ya tenemos una adaptación. Netflix publicó el primer tráiler de la serie basada en Cien años de soledad hace unos días. Un minuto y medio nos devuelven la célebre primera oración del libro publicado en mayo de 1967. “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento…”.
La llegada de la producción, a estrenarse este año, vino a la par del lanzamiento de En agosto nos vemos, una novela que en vida Gabo jamás autorizó publicar, pero que sus hijos sí vieron conveniente imprimir. La polémica embargó pues a los que creían que se debía seguir la voluntad del literato y los que pensaban que no tenía nada de malo leer algo nuevo e inédito del Nobel. Nunca llegaron a un acuerdo.
Algo parecido promete Cien años de Soledad, la serie de Netflix a estrenarse este año, la cual contará con 16 capítulos y será producida por la colombiana Dynamo, que tuvo a su cargo años atrás a la también popular Narcos.
BUENAS Y MALAS
El temor por saber si la calidad de un libro se mantendrá al ser llevado a la pantalla grande o a la televisión no es nuevo. Ejemplos hay. Hablemos primero de La naranja mecánica. La cinta estrenada en 1971, producida y dirigida por Stanley Kubrick, fue una adaptación de la obra de Anthony Burgess, que una década antes había originado una polémica por su contenido, digamos, grotesco y satírico. ¿El resultado? Cuatro nominaciones al Óscar y un renacido interés por la cuarta sinfonía de Beethoven.
Continuando con las grandes adaptaciones, Mujercitas encontró en 2019 una respetable forma de actualizarse a casi 150 años de ser publicada. Dulzura y frescura, como lo que tuvo la versión cinematográfica de Anna Karenina realizada por Joe Wright en 2012. Ahora justamente Netflix prepara una serie, Anna K, sobre la obra de Tolstoi.
Orgullo y prejuicio de Jane Austen encontró su versión más romántica con una cinta dirigida por el mismo Wright en 2005. A pesar de que han aparecido otras versiones posteriores, aquella protagonizada por Keira Knightley se transformó un clásico. Lo mismo con El club de la pelea, que en 1999 se robó los aplausos de la crítica y el público. La adaptación de David Fincher a la novela de Chuck Palahniuk es ahora un ícono cultural de fines del milenio.
En el Perú, vale recordar La ciudad y los perros, de Lombardi, que hace una respetable película a partir de la novela de Vargas Llosa. Personajes cuidados, además de locaciones reales, dieron a esta cinta un carácter histórico. Algo parecido causó Un mundo para Julius, estrenada en 2021 bajo la dirección de Rossana Díaz Costa.
Pero la insatisfacción de los lectores también ha resonado en grandes producciones. Tenemos a las tan esperadas Crónicas de Narnia, aquella saga clásica de C.S. Lewis. A principios del milenio una primera entrega prometía un viaje inolvidable tanto para el público como para los lectores. Ni lo uno ni lo otro. Otro clásico llevado al cine fue El Gran Gatsby, que en 2013 trajo su sexta versión (ya parece lejana la protagonizada por Robert Redford y Mia Farrow, en 1974), que, con Leonardo Di Caprio en el protagónico, no contentó a todos los lectores de F. Scott Fitzgerald.
Por otro lado, dicen que El resplandor de 1980 hizo renegar al autor de la novela, Stephen King. Mientras tanto, los seguidores más fieles de Game of Thrones siempre recomiendan leer los libros de George R.R. Martin antes que la serie de HBO.
El recuento de decepciones puede ser aún más largo, pero vale recordar que la versión cinematográfica de otra novela de García Márquez, El amor en los tiempos del cólera, jamás terminó de convencer al público cuando fue lanzada en 2007. El director Mike Newell pasó varios años buscando convencer a Gabo de que lograría una adaptación digna. No lo logró. Ni con Javier Bardem en el elenco ni con la música de Shakira en su banda sonora. ¿Empezamos entonces a bajarle las expectativas a la serie de Cien años de soledad?
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