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José Carlos Yrigoyen:Pasos perdidos [Opinión]
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En Dejarás la tierra, su más reciente libro, Renato Cisneros invoca la figura de Gregorio Cartagena, sacerdote y político del siglo XIX quien, junto a Nicolasa Cisneros, fundó la estirpe a la que pertenece. Una estirpe “ilegítima” y “bastarda” que ha decidido desentrañar para confrontarse con sus secretos y mentiras, y de esa forma hallar su verdadera identidad. Estamos ante la declarada precuela de su estupenda novela anterior, La distancia que nos separa, en la que el autor narraba la vida de su padre, el Gaucho Cisneros, militar de derechas y uno de los más conocidos represores del último régimen militar.
Dejarás la tierra es un libro que no carece de méritos, pero también es cierto que está marcado por una evidente irregularidad. Los episodios que transcurren en el presente, caracterizados por las pesquisas que Cisneros emprende junto a su tío Gustavo, son lo mejor de la novela. Pienso especialmente en la larga conversación que mantienen en el capítulo 12, donde en ágil contrapunto se explican de forma trepidante y urgente las motivaciones y necesidades que han puesto en marcha esta indagación y los temores que amenazan desnaturalizarla o hacerla fracasar.
La historia paralela, que transcurre en el pasado, genera una impresión menos entusiasta. No significa que carezca de algunos momentos estimables, como aquellos donde se detallan los desesperados intentos de Nicolasa por mantener a toda costa la mentira de su espectral marido o las aventuras juveniles del poeta Luis Benjamín Cisneros con la amante del presidente Castilla. Sin embargo, varios de estos hechos e incidentes no logran ser enlazados de manera convincente a la trama principal. Resultan a veces accesorios, en otras demasiado dilatados, plasmados de una manera tan impersonal que acaban siendo meros cromos animados cuyos personajes hablan, pelean, se enamoran y mueren como si estuvieran detrás de una distante pantalla.
Estas secciones sufren, asimismo, de no pocos anacronismos o errores, como cuando se afirma que los bares de Londres en 1860 tenían anuncios de neón en sus frontispicios o que el Combate del 2 de mayo de 1866 se libró contra Chile. Si bien descuidos como estos no afectan gravemente el rumbo de la novela, desconciertan al lector y por lo tanto ocasionan que lo contado pierda persuasión.
Esta disparidad también compromete la prosa con que Dejarás la tierra ha sido pergeñado. En los capítulos ubicados en la actualidad suele ser sobria, elegante; incluso posee pasajes enteros de destacable vigor expresivo, sobre todo en la segunda mitad. En los del pasado se vuelve con frecuencia ampulosa y afectada. Cisneros ha pretendido adaptar el lenguaje de la novela histórica clásica, pero el producto de ello es en general artificioso y, en el peor de los casos, impostado.
Con momentos de interés y otros de cuestionable resolución, Dejarás la tierra es un libro definitivamente más apreciable que los dos primeros de Cisneros –Nunca confíes en mí y Raro–, pero al mismo tiempo está lejos del nivel de La distancia que nos separa, hasta ahora sin duda la más lograda de sus novelas. Ojalá que su siguiente proyecto, que se ha anunciado como una ficción que recrea los días finales de la dictadura fujimorista, rescate el rigor y el brío de los que Renato Cisneros ha dado sobradas muestras.
VALORACIÓN
?* Dejarás la tierra.
* Planeta, 2017. 341 pp.
* Relación con el autor: amistad.
* Puntuación: 3 estrellas de 5 posibles.
?* Dejarás la tierra.
* Planeta, 2017. 341 pp.
* Relación con el autor: amistad.
* Puntuación: 3 estrellas de 5 posibles.
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