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Leila Guerriero: "El periodismo debe luchar contra el cliché"
“No hay ningún texto que se sostenga si es que no haces una investigación, si no reporteas”, dice una de las cronistas y editoras latinoamericanas más reputadas del mundo. Llegó al Hay Festival la semana pasada y conversamos sobre periodismo.
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Leila Guerriero puede pasar mucho tiempo concentrada en escribir y editar, pero también se engancha a documentales y series de Netflix, y disfruta hacer el supermercado. Le gusta cocinar, buscar los ingredientes para preparar sus comidas. Practica gimnasia, lee, va a ferias y regresa a escribir. Esos escapes son parte de la cotidianidad porque la cronista argentina sabe y siente que a veces es necesario parar, meter combustible, sacar la cabeza y regresar a lo suyo, que es el periodismo, las historias, y primero, sobre todo, el reporteo.
Cuando dicen que Leila es una rockstar del periodismo, ella cree que exageran. No se la cree. Es una mujer serena, a veces tímida, y capaz de perpetrar frases que no en broma dijeron en Twitter que están para tatuarse.
La autora de 'Los suicidas del fin del mundo' y 'Una historia sencilla' sabe que una legión de jóvenes periodistas o estudiantes de la región la siguen con interés porque encuentran que en cada palabra hay una lección y que en sus libros puede estar la mejor clase. Leila firma las primeras páginas de sus libros de crónicas con una letra medio enredada y la frase cortita de ‘con cariño’. Los chicos y chicas le cuentan cosas como cuando hablan con una profesora entrañable. Los no tan chicos, que saben de su trayectoria, no dejan de sentir admiración y también están con el libro aguardando una firma.
Leila da charlas brillantes que si eres reportero, te remecen y te llenan de ilusión. Porque no todo está perdido, como dicen por allí. Y ella es la más optimista, a pesar de estar seria y silenciosa. En el Hay Festival de Arequipa, Leila demostró que, además de todo lo anterior, es una buena moderadora, capaz de lograr que Mario Vargas Llosa y Salman Rushdie sigan la mecánica de la conversación que impuso elegantemente para sacar el lado más íntimo de ambos célebres autores.
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¿Cómo se está narrando América Latina?
Creo que no hay una sola manera de narrar América Latina. La respuesta debería abarcar varias lenguas. Se narra también en inglés, en francés, desde España y desde la propia Latinoamérica. Latinoamérica importa, en tanto y en cuanto, es un lugar de conflicto, de problemas, de migración. Se repite mucho el cliché de pobreza, y violencia. Me refiero, sobre todo, a los medios tradicionales.
Creo que no hay una sola manera de narrar América Latina. La respuesta debería abarcar varias lenguas. Se narra también en inglés, en francés, desde España y desde la propia Latinoamérica. Latinoamérica importa, en tanto y en cuanto, es un lugar de conflicto, de problemas, de migración. Se repite mucho el cliché de pobreza, y violencia. Me refiero, sobre todo, a los medios tradicionales.
Hay temas pendientes… el poder, por ejemplo.
¿Dónde están las grandes crónicas sobre el poder? No encontramos crónicas de los más poderosos de nuestros países.
¿Dónde están las grandes crónicas sobre el poder? No encontramos crónicas de los más poderosos de nuestros países.
En 'Un mundo lleno de futuro', donde recopilas diez crónicas sobre innovación, educación, ciencia y tecnología en la región, nos demuestras que las buenas noticias también son buenas historias.
La idea era contar historias que no rimaran con violencia y conflicto, pero tampoco queríamos la tonta historia de superación, lo cual es una bobada. Esas publicaciones son pequeños chispazos que se encuentran, yo sí creo que hay historias que valen la pena contar en la ciencia, la cultura, la vida cotidiana. Es una manera de contrarrestar el cliché. El periodismo debe luchar contra el lugar común, y el cliché.
La idea era contar historias que no rimaran con violencia y conflicto, pero tampoco queríamos la tonta historia de superación, lo cual es una bobada. Esas publicaciones son pequeños chispazos que se encuentran, yo sí creo que hay historias que valen la pena contar en la ciencia, la cultura, la vida cotidiana. Es una manera de contrarrestar el cliché. El periodismo debe luchar contra el lugar común, y el cliché.
Y que siempre se asocie a Colombia o México con el narco.
Así es. Siempre somos sospechosos de algo.
Así es. Siempre somos sospechosos de algo.
¿Cómo eliges los temas de tu columna en El País de España?
Me gusta pasar por dos ejes, están las columnas de las cosas que te pasan cuando estás vivo, como la pena, la melancolía, los duelos, la pérdida, la separación. Que va por un lado íntimo, que tiene que ver con la existencia humana. Y está la coyuntura. El País se lee mucho en América Latina, pero es un medio español y me interesa tocar temas trascendentales como Bolsonaro. A veces la realidad manda y hay que hablar de eso. El tema de género me interesa mucho, así como asuntos políticos, sociales y económicos, en base también a lo que veo en mis viajes, viajo mucho por Latinoamérica.
Me gusta pasar por dos ejes, están las columnas de las cosas que te pasan cuando estás vivo, como la pena, la melancolía, los duelos, la pérdida, la separación. Que va por un lado íntimo, que tiene que ver con la existencia humana. Y está la coyuntura. El País se lee mucho en América Latina, pero es un medio español y me interesa tocar temas trascendentales como Bolsonaro. A veces la realidad manda y hay que hablar de eso. El tema de género me interesa mucho, así como asuntos políticos, sociales y económicos, en base también a lo que veo en mis viajes, viajo mucho por Latinoamérica.
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Y sigues lejos de las redes sociales. Nada de Twitter o Facebook.
Ni WhatsApp.
Ni WhatsApp.
Demasiado ruido.
Sí. Si alguien me escribe algo, yo no puedo hacerme la indiferente, y no podría dar respuestas todo el tiempo, respuestas además con contenido y que sean interesantes. Ese ruido permanente no me gusta.
Sí. Si alguien me escribe algo, yo no puedo hacerme la indiferente, y no podría dar respuestas todo el tiempo, respuestas además con contenido y que sean interesantes. Ese ruido permanente no me gusta.
Hoy se hacen portadas hasta de un tuit.
Siempre que esté recontra chequeado, bien, es una fuente más. El problema es que los diarios publican como si fuera verdad cualquier cosa, como cuando se filtraron los audios de Maradona durante el Mundial. Maradona estuvo muerto durante una hora en casi todos los medios del mundo y era falso. Mandaron audios falsos por WhatsApp en coincidencia con el tiempo que justo Maradona estaba ausente porque estaba volando. Y la justificación de los colegas fue absurda. Me dijeron que quien lo hizo fue astuto porque realmente lo soltó en el momento en que Maradona iba a estar inubicable, que era casi una hora. Eso quiere decir que nuestro tiempo de tolerancia a la demora de chequear información es una hora. Eso es nada. Antes de publicar una información, como la muerte de una persona o algo trascendental, solíamos tomarnos más tiempo.
Siempre que esté recontra chequeado, bien, es una fuente más. El problema es que los diarios publican como si fuera verdad cualquier cosa, como cuando se filtraron los audios de Maradona durante el Mundial. Maradona estuvo muerto durante una hora en casi todos los medios del mundo y era falso. Mandaron audios falsos por WhatsApp en coincidencia con el tiempo que justo Maradona estaba ausente porque estaba volando. Y la justificación de los colegas fue absurda. Me dijeron que quien lo hizo fue astuto porque realmente lo soltó en el momento en que Maradona iba a estar inubicable, que era casi una hora. Eso quiere decir que nuestro tiempo de tolerancia a la demora de chequear información es una hora. Eso es nada. Antes de publicar una información, como la muerte de una persona o algo trascendental, solíamos tomarnos más tiempo.
¿Por qué está pasando esto en los medios?
Hay un problema. Y creo que la receta es tan fácil como volver a hacer periodismo con las armas del periodismo. Chequear la información, no replicar hasta el infinito lo que no se conoce. No somos una máquina de replicar rumores. En este afán de urgencia se han distorsionado muchas cosas.
Hay un problema. Y creo que la receta es tan fácil como volver a hacer periodismo con las armas del periodismo. Chequear la información, no replicar hasta el infinito lo que no se conoce. No somos una máquina de replicar rumores. En este afán de urgencia se han distorsionado muchas cosas.
¿Tú has enfrentado esta urgencia del tiempo real? Porque quizá como cronista no has afrontado el frenesí de un cierre o de una publicación de último minuto.
No, pero he dicho que no a cosas que eran muy difíciles de contar en una situación volátil. He preferido decir no.
No, pero he dicho que no a cosas que eran muy difíciles de contar en una situación volátil. He preferido decir no.
Autoficha:
- “Si quiero hacer una crónica y nadie me da bolilla, igual la hago, la trabajo. Confío en publicarla luego, siempre habrá un espacio, un editor. No me rindo. Si no hay reporteo, no hay tema, y eso lo debemos tener claro todos los que estamos en el oficio”.
- “Si quiero hacer una crónica y nadie me da bolilla, igual la hago, la trabajo. Confío en publicarla luego, siempre habrá un espacio, un editor. No me rindo. Si no hay reporteo, no hay tema, y eso lo debemos tener claro todos los que estamos en el oficio”.
- “No soy pesimista. Y no estoy dispuesta a levantar el dedo y decir que el periodismo es patético. Hay emprendimientos nuevos, en diversos lugares, formatos y nichos. Hay investigación, en web como impreso. Debemos ver qué queda. En general soy bastante optimista”.
- “Todos los periodistas tenemos ego y hay que saber dominarlo, no significa que lo domine. Es alimentado por manifestaciones de los lectores, por reseñas de los diarios, por entrevistas. Uno debe estar muy atento porque te puedes transformar en alguien peligrosamente demagógico”.
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