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Magaly Solier: “Hasta ahora no me siento actriz, tal vez en 70 años”
Vive en Huanta, pero vino a la capital para promocionar ‘Lina de Lima’, película que ya está en las salas de cine. La artista que pudo ser policía asegura que siempre se considerará campesina. Perú21 entrevistó a Magaly Solier.
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Magaly vendía comida con el objetivo de recaudar fondos para el viaje de promoción a Cusco. Claudia buscaba locaciones en Ayacucho para Madeinusa. La miró y le compró lo que vendía. Inesperadamente, le preguntó si quería ser actriz. Magaly le dijo sí para que se vaya rápido, pero aceptó darle el número telefónico de su colegio. Después de dos años, Claudia Llosa la llamó. “Tienes talento para el arte”, anunció. Esas palabras fueron la llave para que Magaly Solier le abra las puertas a la actuación y abandone la idea de ser policía.
La teta asustada, Sigo siendo, Magallanes, Retablo son algunas de las películas con las que la actriz ha ido afirmando su nombre en el firmamento incluso internacional. Bélgica, España, Chile, Italia son algunos de los países donde su trabajo ha tenido eco. Y ahora vuelve a escena con Lina de Lima, filme dirigido por María Paz González, una coproducción chilena, peruana y argentina que ya está en las salas de Cineplanet.
“Toca mi mano”, me dice y enseña las palmas. Son robustas, agrietadas, sólidas, ásperas, trabajan la tierra en Huanta, donde nació en 1986, uno de los años más difíciles por la violencia terrorista, una de las ciudades más afectadas por el terror; tiempo que tal vez la marcó desde el vientre. “Quizás influyó para ser una mujer sensible y a la vez fuerte”, me dice. Fue la primera de la familia que nació en un hospital. “Los demás nacieron en pellejos”, dice y ríe. “Soy afortunada”, agrega la artista que en dos semanas grabará otra película, una coproducción entre Perú y Francia, pero luego volverá a Huanta, su espacio de tranquilidad, “donde me tiro y me rasco la panza”, dice y reímos.
-Pensé que radicabas en Europa, que habías dejado el Perú.
No (ríe). ¿Por qué me tengo que ir? ¿Quién me está botando? Esta es mi casa.
-Hay la percepción de que te está yendo muy bien internacionalmente.
Sí, se va para trabajar, pero la casa es Huanta.
-¿A veces no se está mejor fuera del Perú?
No, solo cuando te pagan (risas).
-Porque hay actores que eligen radicar en países estratégicos para continuar su carrera.
Allá ellos, yo prefiero comer mi haba, mi papa, mi choclo.
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-¿No te han ofrecido quedarte en España, por ejemplo?
Uf, sí. Mis hermanos radican allá. Pero quiero disfrutar a mis padres, mis hijos, mi vida, mi juventud. Cuando ya no pueda trabajar en el campo, me voy.
-Decir que eres una mujer de campo puede ser una frase hecha, hasta marketera. Pero no. A juzgar por tus manos, es real. ¿Eso te hace especial?
No sé, mi cielo. Solo sé que a veces los maquillajes no sirven mucho en los rodajes, lo que sirve es lo que estás haciendo.
-¿Por qué trabajas en el campo si eres una de las actrices peruanas más reconocidas internacionalmente?
Porque es mi mundo. Tengo contratos, guiones, pero el campo es mi mundo, mi vida, mi pasión. El campo es trabajo de cuerpo; en cambio, la actuación es un trabajo de memorización, psicológico.
-¿Cuando actúas, sale la verdadera Magaly?
No. Jamás.
-Pero de Lina se dice que es una mujer fuerte, auténtica, solitaria, valiente, osada, fantástica. Me da la impresión de que te están describiendo.
¿Tú crees? Fantástica no soy. Valiente quizás. Ya quisiera ser como Lina, que es soñadora.
-¿Quién soñabas ser?
Policía.
-En aquel tiempo había menos mujeres policías.
Ni había. Debe ser por el carácter, el respeto. Hoy al policía hasta le pegan, en aquel año no.
-Pero en aquel año el terrorismo mataba policías y peor aún en Ayacucho.
Yo no iba a ser policía para estar en guerra, sino en otras ramas. En mi familia varios son policías.
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-¿Por qué crees que te va bien en la actuación?
Porque trabajo mucho y soy estudiosa. Porque no soy tan bonita, mi mamá me trajo tal como soy ahora.
-¿Pero ser actriz no te ha cambiado en algo?
No. Siempre me consideraré mujer campesina.
-¿En el extranjero se valora lo andino?
Nunca digo que soy del Ande. Cuando estoy en Lima, soy de Huanta. Cuando estoy afuera, soy de Perú. Lo ven en mi cara: “Tú eres peruana, ¿no?”.
-¿Y eso es bueno?
En Perú me ha costado carísimo, por el racismo, el machismo. Pero si ahora me dicen algo, “vamos para la chacra”, les diría (ríe).
-¿En qué momento te sentiste actriz?
Hasta ahora no me siento actriz, porque falta mucho para ser actriz.
-¿Qué debe pasar?
Unos 70 años de carrera, y diré no sé si soy actriz, pero lo disfruté tanto.
-¿Quién eres ahora?
Magaly Solier. Como actriz hay que tener un doctorado. Siempre digo que cuando tenga 40 años en mi rubro, veré si aún sigo aguantando esta chamba, porque te pide mucho.
-En Lina de Lima cantas. Deduzco que primero quisiste ser cantante.
Sí, pero fue mi plan D. Mi plan era policía, veterinaria, ingeniera agrónoma y cantante.
-¿Por qué?
Imposible para una mujer de la sierra, y siendo niña, decir: “Cuando sea grande, juntaré mi plata para ser cantante”.
-Eres pragmática.
Voy directo a la realidad, a ver cuántas posibilidades hay. Y hoy no me considero cantante. En Lina salió lo que salió.
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-Hoy existen varias voces que cantan en quechua, como Sylvia Falcón o Renata Flores.
Antes era imposible. Uno de mis retos fue por nuestro idioma quechua, se ha peleado, se ha luchado, donde he ido he hablado en quechua; puedo decir que gracias a mí ya no hay vergüenza por el quechua.
-Lina de Lima propone la frase “las penas se pasan cantando”. ¿Es cierto?
Depende de qué canción. Hay canciones que te llenan de más pena.
-¿Escuchas canciones para alegrarte?
Estoy aprendiendo a bailar flamenco y tango.
-¿Tienes penas que ahogar?
Las penas te consumen. Hay que concentrarse en qué es lo que quieres. Si te hundes en esa pena, se acaba la vida.
-Siempre he tenido la impresión de que hay un dolor en ti. Desde la primera vez que te vi en Madeinusa.
¿Por qué tendría que tener dolor?
-No lo sé. Capaz es tu mirada melancólica.
Estás viendo mal. Seguro te estás viendo a ti (risas). Así soy. Ahora hay más fuerza que melancolía.
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AUTOFICHA:
- “Soy Magaly Solier Romero. Tengo 35 años. Nací en Huanta, Ayacucho. Acabé el colegio y entré a estudiar para ser policía. En casa me metieron la idea de ser policía. Pero no empecé a estudiar porque me dediqué a la actuación”.
- “Luego ingresé a la Católica, a la San Marcos, ingresé no sé a dónde, pero siempre me aburrí de la silla y la mesa. Ni crean que soy tan burra, sé estudiar. Pero no tengo paciencia para estar escuchando al profe. No recuerdo cuántas películas hice, habría que revisar”.
- “Vayan a ver Lina de Lima, una historia diferente, sobre una mujer liberal y sobre todo se van a divertir. Una inmigrante que pasa de una manera diferente su tristeza, su fuerza, alegría y ganas de ser amada. Este año se vienen otras películas en Lima y fuera del Perú. Quiero grabar un disco que estoy componiendo”.
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