Manuel González Prada, la voz que no ha perdido vigencia [AUDIO Y VIDEO]

Hoy se conmemoran 100 años del fallecimiento del pensador peruano cuyas críticas contra el sistema político del siglo XIX y XX siguen vivas hasta nuestra actualidad.

Carlos Viguria

Fecha Actualización

24/08/2019 - 11:35

“Congreso, Poder Judicial i Gobierno, todo fermenta i despide un enervante olor a mediocridad”, son líneas que representan certeramente el sentir de muchos peruanos. Sin embargo, estas palabras datan de 1888 y fueron escritas por Manuel González-Prada (1844-1918), un visionario que criticó a la clase dirigente del Perú del siglo XIX y XX. Hoy, que se conmemoran 100 años de su muerte, sus denuncias están vigentes.

UN INSTANTE DE LUCIDEZ
Partidos políticos corruptos, una Iglesia que abusaba de sus privilegios y la aristocracia que se hacía más rica a costa de los pobres son problemáticas que hoy afectan al país y que González Prada denunció en textos tras la guerra con Chile. Esa realidad le mostró que el país estaba hundido en una crisis económica y política. “El Perú es un organismo enfermo: donde se aplica el dedo brota pus”, escribió.

Según Jorge Huamán, historiador de la Biblioteca Nacional del Perú, el pensamiento de González Prada se plasmó por primera vez en un discurso de Fiestas Patrias de 1888, leído en el otrora Teatro Politeama (que se ubicaba en cuadra 11 del jirón Lampa, en el centro de Lima). En su texto aseveró que la “vieja clase política” no había hecho nada para mejorar la crisis tras la guerra. Además, denunció que no se respetaron los intereses del país en el Contrato Grace –por el que se que entregó la explotación de recursos naturales por 66 años a los acreedores británicos de bonos de la deuda externa– y los derechos del pueblo (“Si del indio hicimos un siervo, ¿qué patria defenderá?”, expresó).

En obras como 'Horas de Lucha' o 'Pájinas libres', Manuel González Prada fue innovador por plantear la participación de indígenas y mujeres en el destino del país. Este pensamiento influyó en figuras como José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre.

Cabe mencionar que se cuestionó que Manuel González Prada tan solo planteaba críticas contra el sistema y no sugirió un programa político para solucionarlo. Precisamente José Carlos Mariátegui señaló que "González Prada no fue acción sino verbo". Pese a ello, Mariátegui consideró que el escritor de 'Pájinas libres' representó "el primer instante lúcido de la conciencia del Perú”, según consta en '7 ensayos de interpretación de la realidad peruana'.

Huamán explica que pese a que González Prada no tuvo un programa político, otorgó una reflexión necesaria para que la generación del Centenario de la Independencia (a la que pertenecía Mariátegui) comenzara a actuar. Por ello, muchos intelectuales de esa época lo reconocieron como un "maestro".

Asimismo, González Prada dejó un legado literario trascendente, influyendo en escritores como Abraham Valdelomar y César Vallejo. Este último le dedicó “Los Dados Eternos”, en su obra cumbre Los heraldos negros.

Huamán explicó a Perú21 que la prosa de González Prada era muy refinada y romántica. "Muchos lo recuerdan como un crítico de la sociedad peruana pero antes de ello, en su juventud fue un cultor de las Ciencias y el Humanismo y ello se nota en su producción poética", expresó el historiador de la Biblioteca Nacional del Perú.

A 100 años de su muerte, Manuel González Prada es una voz vigente y que desde hace dos siglos hasta hoy exige, como todos nosotros, lo mejor por el bien del Perú.

Datos:
- Manuel González Prada tuvo una destacada labor como director de la Biblioteca Nacional del Perú entre 1912-1914 y 1916-1918.

- Sucedió en el cargo al escritor Ricardo Palma.

- González Prada criticó a la gestión anterior, a cargo de Palma, por la sustracción de libros de la biblioteca y porque el escritor de 'Tradiciones peruanas' hacía anotaciones en las obras, entre otras causas. El hecho causó un enfrentamiento entre los intelectuales que respaldaban a Palma y a Manuel González Prada.

- Según Jorge Huamán, la gestión de González Prada fue "exitosa y renovadora" porque nutrió a la biblioteca de un conjunto de libros franceses, trató de mejorar la infraestructura del local, abrió un libro de registro de libros para mejorar el control, etc.

- “Amar sin ser querido”, “La sombra de Huáscar” y “Orígen del
Rímac” son poemas escritos por Manuel González Prada.

Fragmentos del discurso leído en el Teatro Politeama
(Fiestas Patrias de 1888)

Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoi para dar una lección a los que se acercan a las puertas del sepulcro.
Los viejos deben temblar ante los niños, porque la jeneración que se levanta es siempre acusadora i juez de la jeneración que desciende.
(...)
Niños, sed hombres, madrugad a la vida, porque ninguna jeneración recibió herencia más triste, porque ninguna tuvo deberes más sagrados que cumplir, errores más graves que remediar ni venganzas más justas que satisfacer.

II
Sin especialistas, o más bien dicho, con aficionados que presumían de omniscientes, vivimos de ensayo en ensayo: ensayos de aficionados en Diplomacia, ensayos de aficionados en Economía Política, ensayos de aficionados en Lejislación i hasta ensayos de aficionados en Tácticas i Estratejias. El Perú fué cuerpo vivo, expuesto sobre el mármol de un anfiteatro, para sufrir las amputaciones de cirujanos que tenían ojos con cataratas seniles i manos con temblores de paralítico.

IV
(...) A vosotros, maestros de escuela, toca galvanizar una raza que se adormece bajo la tiranía del juez de paz, del gobernador i del cura, esa trinidad embrutecedora del indio.
(...)
En esta obra de reconstitución i venganza no contemos con los hombres del pasado: los troncos añosos i carcomidos produjeron ya sus flores de aroma deletéreo i sus frutas de sabor amargo. ¡Que vengan árboles nuevos a dar flores nuevas i frutas nuevas! ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!

"Amar sin ser querido" - poema de Manuel González Prada

Un dolor jamás dormido,
una gloria nunca cierta,
una llaga siempre abierta,
es amar sin ser querido.

A la puerta del olvido
llama en vano el pecho herido:
Muda y sorda está la puerta;
que una llaga siempre abierta
es amar sin ser querido.

Corazón que siempre fuiste
bendecido y adorado,
tú no sabes, ¡ay!, lo triste
de querer no siendo amado.