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Ribeyro dramaturgo
“El autor de 'La palabra del mudo' no tuvo problemas en admitir que sus piezas teatrales surgieron porque no lograron funcionar como narraciones”, escribe el columnista literario Jaime Cabrera.
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Si afirmamos que Julio Ramón Ribeyro es el mejor cuentista peruano de la segunda mitad del siglo XX, nadie —o casi nadie— se atreverá a decir lo contrario. Para algunos, sus diarios son lo más exquisito de su producción literaria. Sin embargo, sus incursiones en la novela y el teatro aún no han sido valoradas suficientemente por la crítica. A ello se suma la ausencia de nuevas ediciones de sus obras en dichos géneros. De allí la importancia de sellos independientes como Pesopluma, que reeditó 'Crónica de San Gabriel', y Revuelta Editores que ha publicado recientemente 'Teatro completo' y 'Cambio de guardia', estas bajo la coordinación editorial del periodista Jorge Coaguila.
AL PIE DEL ESCENARIO
Ribeyro siempre estuvo interesado en el teatro como espectador, pero su amigo el actor y dramaturgo Hernando Cortés lo alentó a escribirlo y, además, durante sus años en París y Berlín, vio muchas obras e incluso fungió como crítico teatral para la Agencia France-Presse. El autor de 'La palabra del mudo' no tuvo problemas en admitir que sus piezas teatrales surgieron porque no lograron funcionar como narraciones. Es más, el teatro le permitía recortar acontecimientos complejos y evitar profundizar en descripciones y en análisis psicológicos. “(En el teatro) he preferido presentar escuetamente los hechos y que estos hablen por sí mismos”, señalaba.
Ribeyro siempre estuvo interesado en el teatro como espectador, pero su amigo el actor y dramaturgo Hernando Cortés lo alentó a escribirlo y, además, durante sus años en París y Berlín, vio muchas obras e incluso fungió como crítico teatral para la Agencia France-Presse. El autor de 'La palabra del mudo' no tuvo problemas en admitir que sus piezas teatrales surgieron porque no lograron funcionar como narraciones. Es más, el teatro le permitía recortar acontecimientos complejos y evitar profundizar en descripciones y en análisis psicológicos. “(En el teatro) he preferido presentar escuetamente los hechos y que estos hablen por sí mismos”, señalaba.
Fue en 1975 que el entonces Instituto Nacional de Cultura (INC) publicó la producción teatral de Ribeyro. Sin embargo, en esta edición de Revuelta encontramos todas sus piezas teatrales e incluso una de ellas, Área peligrosa, que apareció en 1993 en la revista La Casa de Cartón. Así el lector encuentra en total 9 obras, siendo las cuatro últimas piezas de un solo acto.
ARRIBA EL TELÓN
De todas ellas destacan 'Santiago el pajarero' (1960) y 'Atusparia' (1981). Siendo aquella la que más representaciones ha tenido, incluso una recientemente dirigida por Nishme Súmar en el Teatro La Plaza. Dicha puesta se inspira en la tradición “Santiago el volador”, de Ricardo Palma, la cual nos presenta la historia de un aficionado a las aves, quien en un arrebato de romanticismo inventa un mecanismo para poder volar. Ambientada en época del virrey Amat, el proyecto es considerado descabellado y todos tildan a Santiago de loco. El final es ribeyrianamente trágico, mientras que los diálogos tienen musicalidad, incluso versos rimados.
De todas ellas destacan 'Santiago el pajarero' (1960) y 'Atusparia' (1981). Siendo aquella la que más representaciones ha tenido, incluso una recientemente dirigida por Nishme Súmar en el Teatro La Plaza. Dicha puesta se inspira en la tradición “Santiago el volador”, de Ricardo Palma, la cual nos presenta la historia de un aficionado a las aves, quien en un arrebato de romanticismo inventa un mecanismo para poder volar. Ambientada en época del virrey Amat, el proyecto es considerado descabellado y todos tildan a Santiago de loco. El final es ribeyrianamente trágico, mientras que los diálogos tienen musicalidad, incluso versos rimados.
'Atusparia' en realidad estaba planeada como una novela histórica, mas no logró convencer a su autor por la cantidad de datos por cotejar, así que decidió hacer una versión libre de la rebelión del cacique huaracino Pedro Pablo Atusparia, ocurrida en 1885. La lucha contra el trabajo obligatorio y el pago de nuevos impuestos subleva a los indígenas contra los terratenientes o “mistis”. Aquí destacan los diálogos de los personajes, que en el caso de los rebeldes, no resulta impostado al quechuizar su español. El autor dijo que no quería hacer un teatro político y, a pesar de la temática, lo logra. Es una obra para destacar la performance de los actores.
Al leer las piezas teatrales de Ribeyro, encontramos algunos puntos en común con su producción narrativa: personajes disparatados o ilusos, pero también enfrentamientos de corte social, incluso temas como el racismo, esto sobre todo en piezas como 'El sótano' (1959) y fundamentalmente en 'Fin de semana' (1961). Al tono dramático le agrega una dosis de humor y la ambigüedad como estrategia para generar suspenso. 'Los caracoles' (1975) era la pieza favorita de Ribeyro quizás por el humor negro que la envuelve.
Este rescate teatral hecho libro nos permite conocer otra dimensión de Ribeyro, que si bien no es tan destacable como su narrativa, forma parte de una estética a la que se mantuvo fiel.
'TEATRO COMPLETO'
Autor: Julio Ramón Ribeyro
Editorial: Revuelta Editores
Lima, 2017
457 pp.
Autor: Julio Ramón Ribeyro
Editorial: Revuelta Editores
Lima, 2017
457 pp.
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