PUBLICIDAD
Rossy War: La tecnocumbia revitalizó la cumbia [ENTREVISTA]
La reina de la tecnocumbia vuelve por todo lo alto, con gira a Europa y EE.UU. Y como parte del Festival Selvámonos. Perú21 entrevistó a Rossy War.
Imagen
Fecha Actualización
Es lunes y hace dos horas Perú perdió ante Australia. Rossy War prende la cámara de Zoom y lo primero que hace es expresar su enfado por la frustrada clasificación al Mundial. Le pregunto si en la música hay derrotas. “Estás en un lugarcito del corazón de mucha gente y ahí siempre se gana”, me dice la cantante que en unas horas partirá a Estados Unidos para una gira de casi 20 días.
A su regreso, será parte del Festival Selvámonos en Oxapampa, respetada cita musical que se interrumpió por la pandemia y que vuelve con un cartel que incluye artistas de España, Chile, Ecuador, Argentina, Colombia y Perú, este 1 y 2 de julio en medio de la Amazonía. Las entradas ya están disponibles en Joinnus.
La siguiente parada de Rossy War será Europa, donde dará conciertos por casi 20 días. Un ritmo que es constante desde la década del 90, cuando junto a Tito Mauri, director musical y hoy esposo, revolucionó la cumbia peruana y conquistó el Perú desde el interior del país hasta la capital.
Rosa Guerra nació en una casa que se sostenía sobre palos de tres metros, en Madre de Dios, a cuatro metros del lago Valencia, donde su madre lavaba ropa y los cocodrilos se apareaban de noche. Alrededor del lago había unas tres casas y el cuartel de la Guardia Republicana. En sus aguas, Rosa también nadaba y jugaba sobre una canoa, cuando no sabía que sería la reina de la tecnocumbia.
-Tal vez muchos se han quedado con la Rossy War de los 90. Sin embargo, sigues en carrera. ¿A qué lo atribuyes?
Agradezco a Dios que sigo en los corazones de la gente. Y me sorprende ver a niñitas vestidas de Rossy War y cantando. Creo que sigo vigente más que nada por las canciones propias –la mayoría creadas por mi esposo– y por la forma cómo las canto.
-¿Es más importante crear canciones que hacer covers?
Definitivamente, porque con eso dejas huella. Si una canción tuya le gusta a la gente, creo que es más válido que un cover, y con esa creación te identifican. Creo que tiene más valor hacer canciones propias.
-Parte de la identidad que has generado tiene que ver con tu atuendo, que siempre me dejó la sensación de que tenía una reminiscencia rockera. ¿Es así?
Sí, tanto por Tito como por mí. Creo que nunca nadie me había dicho eso. Me encantan las rancheras y el rock. Tito antes de hacer tecnocumbia, hacía rock, tenía su agrupación de rock y con el tiempo se pasó a la cumbia. En esa época actuaba con Arturo Barrientos (Autocontrol). Aunque lo primero que aprendí a cantar fueron rancheras. Mi papá me llevaba a cantar a las peñas, a las radios, y ahí se cantaba valses, boleros, huaynitos. Pero no había dónde cantar rock. Recién cuando entré a una primera agrupación en mi tierra pude cantar de todo, hasta salsa. Y le he dicho a Tito que quiero hacer un rock en una de mis producciones.
-¿Por qué tu padre te llevaba a cantar a las peñas?
Mi papá en ese tiempo era el cantor del pueblo junto a sus hermanos. Cuando él ensayaba en la casa, yo le escuchaba y me iba aprendiendo las canciones. Uno de esos días le dije: “Papi, llévame a cantar contigo, yo también quiero cantar”. Y me dijo: “¿Estás segura, chola?”. Le dije que sí y me puse a cantar una ranchera. Así empezó todo, como jugando.
-¿A los 17 años migras a Lima para estudiar o ser cantante?
Para estudiar. Mi mamá me decía que si yo quería seguir cantando, tenía que estudiar algo. Me mandó para Lima con una tía y me puse a estudiar primero secretariado, aunque yo quería estudiar enfermería o ser militar.
-Bueno, tienes voz de mando.
La mayoría de mis tíos son policías, creo que tenía eso en los genes. Pero secretariado no lo terminé porque me ganó la música. Tuve que entrar a trabajar, necesitaba apoyar a mis padres; entré a una fábrica de La Victoria pegando cajas. Una amiguita me escuchó cantar y me decía que cantaba lindo. Con el tiempo, las dos decidimos buscar otro trabajo para ganar más. Y ella vino un día y me dijo: “Rossy, ya te encontré trabajo”. Me enseñó el periódico donde decía: “Se necesita vocalista femenina”. Le dije que estaba loca, cuántas cantantes mejor que yo habrá, no tengo chance. Yo tenía temor por eso, porque acá había Conservatorio, donde quise matricularme, pero me dijeron que yo tenía que saberme una obra musical. Cómo podía saberme una obra musical, si lo que quería era aprender; eso también me bajoneó. Pero mi amiguita fue muy insistente. Yo le ponía peros, y ella tenía solución para todo. Y fuimos. Era el grupo Bio Chips, donde era director musical Tito. Había una cola de unas 40 chicas y conforme iba avanzando me ponía más nerviosa (ríe). Tito me preguntó qué sabía cantar y canté una ranchera enterita. También canté cumbia. Apuntó algo en su cuadernito y me dijo que, cualquier cosa, me iban a llamar.
-¿A los cuántos días te llamaron?
A la semana. En el trabajo le pedimos por favor a la secretaria que nos pase la llamada. “Queremos decirle que usted ha sido seleccionada”, me dijeron. No podía creerlo. “Yo te dije”, me dijo mi amiga. Era el año 84. Tuve que renunciar al trabajo.
-¿En casa qué te dijeron?
A mi tía no le hizo gracia. Tuve que llamar a mis padres que estaban en Puerto Maldonado. Les dije que era mi oportunidad, que por favor le digan a mi tía que me dé permiso. Y mis papás encantados.
-¿Por qué dirías que conquistaste al público?
Yo creo que porque Tito estaba lanzando un nuevo estilo, como es la tecnocumbia. Él incluyó las tumbas electrónicas, la batería electrónica, los sintetizadores.
-¿Se inspiró en Selena?
Vimos a Selena en una premiación cantar “Como la flor”, pero no sabíamos más de ella. Antes de eso, él ya había hecho esta producción y estábamos casi en la segunda producción.
-¿Tito Mauri es tal vez el creador de la tecnocumbia?
En el Perú, sí. En otros países ya había. Él lo escuchó en los países que íbamos, como Chile, Bolivia y México, donde ya la hacían. Pero también está el estilo mío. Cuando empezamos a grabar, Tito quería que yo cante de una manera y siempre me ha gustado ser agresiva al cantar, tener punche, fuerza. Cuando me dijo para hacer la producción solista, me dijo: “Canta así, hazlo así...”. En los Bio Chips también me decía lo mismo, que cante como la Princesita Mily; y bueno, cantaba porque estaba en la agrupación. Pero ya en la producción solista dije: “¿Vamos a seguir con eso?”. Me rebelé, porque ya éramos pareja (risas). Le dije que no cantaría así. “Déjame cantar como yo quiero”, insistí. Se molestó, discutimos y al final me dijo: “Ya, canta como tú quieras”. Me soltó la pista y empecé.
-Y luego vino el éxito. Pero también llegó el momento de apoyar a Fujimori. ¿Te afectó eso?
Tanto como apoyar, no. Aunque sí me afectó, definitivamente. Los políticos cuando están en campaña tienden a jalar a los grupos que están de moda. Y eso pasó conmigo. Me contrataban para aquí, para allá, y yo iba porque vivo de la música. Pero eso generó que yo estaba “apoyando”. No niego que en algún momento, como muchas personas, admiras a alguien que ves que está haciendo cosas buenas por tu país. Hay muchas cosas que sí hizo bien, que las maleó con las malas que hizo. En esa época todos los políticos me querían jalar para aquí, para allá. Después que pasó todo eso, decidí no ir más con políticos, anulamos muchos contratos. Después de eso han venido hasta mi casa del partido opositor de él en ese tiempo, y que ahora está en otro país; vinieron para decirme que me ofrecían limpiar mi imagen.
-¿Te refieres a Toledo?
Me decían “vente con nosotros”. No queríamos tener nada que ver con política. Y después han venido muchos otros políticos de diferentes partidos, hasta para que yo sea congresista. Pero dijimos que no. En algún momento casi convencen a Tito, pero yo me cerré y dije: “Anda tú si quieres, yo no voy”.
-Incluso, en algún momento, en las noticias se publicó que Vladimiro Montesinos decía que te habían pagado algo...
Nosotros mismos salimos a hablar, porque el que no debe, no teme. Es más, yo decía que ojalá salga el video donde estamos ahí, porque llegamos a conversar, pero no quedamos en nada. Nos reunimos para que nos ofrezcan seguir trabajando por todo el Perú, hacer una producción con niños para incentivar el patriotismo.
-¿Eso les ofreció Montesinos?
Claro.
-¿En la sala del SIN?
Claro, eso lo dijimos en entrevistas en programas de televisión. Pero mi mánager ya sabía mi posición y le dijo: “Ella quiere que esto no tenga ninguna connotación política”. Se miraron y dijeron que nos iban a llamar. Y no nos volvieron a llamar.
-¿Qué logró la tecnocumbia?
Dio la oportunidad a que muchos jóvenes puedan salir y crear.
-¿La tecnocumbia revitalizó la cumbia?
Claro que sí. Y eso nos alegra.
-¿Y qué logró Rossy War?
Aportó mucho para que las mujeres nos decidamos también a hacer lo nuestro. Antes no le daban tanta validez para que una mujer esté en una agrupación como cantante líder, sobre todo de cumbia. Fue como un “vamos chicas, nosotras podemos”. Creo que contribuí con un granito de arena para que escuchen a las mujeres.
AUTOFICHA:
- “Soy Rosa Aurelia Guerra Morales. Tengo 56 años. Nací en Madre de Dios, en Puerto Maldonado, en la Comunidad del Lago Valencia, en una casa a cuatro metros del lago. Mi abuelo vivía ahí porque era guardia republicano y lo mandaron a trabajar en esa zona”.
- “Tenemos 17 producciones lanzadas al mercado. Y ya estamos terminando la número 18. Hemos estado lanzando singles, como se hace ahora, pero ya estamos completando la producción, que se terminará a fin de año. También se vienen conciertos en Argentina y Brasil”.
- “En Perú tenemos muchas fechas. Súper agradecida con Dios. Hay jóvenes talentos, como Milena Warthon, que también estará en Selvámonos. Y este 24 de junio lanzaré un tema nuevo con Desiré Mandrile. Quiero seguir trabajando con gente joven y al lado de mi familia”.
ESTE VIDEO TE PUEDE INTERESAR
TE PUEDE INTERESAR
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD