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Stephany Orúe: “En pandemia es una batalla encontrar el equilibrio”
Stephany Orúe es una de las conductoras de ‘La voz cantante’, el nuevo programa de TV Perú. “A mis 34 años quiero estudiar Psicología”, dice. La entrevistamos.
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Cuando ella nació, su padre le compuso una canción. Hablaba del momento en que le avisaban que su esposa ya estaba en el hospital y que Stephany llegaba a este mundo. Y siguieron cantando. Sonaba “Strawberry Fields Forever” de The Beatles en vinilo, casete o en la radio. Frente a los parlantes estaban Stephany y su padre, Jaime o ‘Pacho’, una de las voces del recordado grupo PAX, calificado como la primera banda de hard rock en el Perú. Ella tenía unos 8 años. “Con mi papá empezamos en la música desde que yo era bebita”, me dice.
Stephany Orúe tiene 34 años. Es actriz, cantante y conductora de televisión. Posee el carácter fuerte de su madre y el impulso volcánico creativo de su padre. El año pasado tuvo un momento estelar al conducir el programa Aprendo en casa y ahora es una de las conductoras de La voz cantante, el nuevo programa de entretenimiento de TV Perú, que se estrenó esta semana y que va los lunes, miércoles y viernes, a las 3:00 p.m.
Contesta el teléfono y se escucha el paso de los vehículos, las bocinas. Acaba de salir de un tratamiento y camina rumbo a su casa. Dice que suele caminar bastante, sola o acompañada de Django, su perro. “Somos pata y mugre”, agrega y ríe.
-¿De alguna forma continúas el trabajo de tu padre?
Para mí esto es un guiño del universo, que me llegue un programa así (La voz cantante). Es un programa de desafíos musicales, donde se invita a tres participantes para una gran ruleta, es un vacilón. Y hay otro segmento para encaminar a jóvenes que están en el género del freestyle, en el que se hará una competencia, donde el ganador irá a la competencia nacional.
-¿En tu casa la música qué función cumplía, era algo solemne o era más lúdico?
La música siempre fue importante en mi casa. Y también jugaba con la música, soñaba con la música, dormía con la música, almorzaba con la música. Rock o reuniones en las que toda la familia cantaba. Mi madre se despertaba con música criolla, los fines de semana sonaban los valses a todo volumen.
-Entonces, ¿dirías que primero fuiste cantante antes que actriz?
Sí, porque ese siempre ha sido mi sueño de muy niña, decir a través de la música. Ya de grande me profesionalicé y me he ido preparando.
-¿Cuando acabaste el colegio, qué elegiste estudiar?
Teatro. También quería actuar. Así decido postular al TUC, sin conocer mucho del teatro; y me enamoré del teatro.
-¿Ha sido difícil el camino?
Mi carrera me regala, día a día, emociones muy bonitas, situaciones de las que aprendo, los personajes que llegan a mí, las canciones. Pero no es una carrera fácil, a veces es un albur, hay épocas con muchos proyectos y hay épocas en que de pronto se cerraron los lugares donde trabajamos, como el año pasado. Pero uno como artista debe arriesgar.
-¿Y qué pasa cuando ocurren episodios complejos, como cuando salió Aprendo en casa y lograste fama, pero a la vez críticas?
Me empodero, me convenzo de que estoy haciendo lo correcto. No soy la misma después de Aprendo en casa.
-¿Y no hay espacio para pensar que tal vez lo estás haciendo mal?
Uno tiene que saber entender el subtexto de las palabras, de las críticas. Uno no solo puede dejarse llevar por las emociones. Además, cuando tomo una decisión, lo hago estando segura porque hay antenitas dentro de mí.
-¿Qué te dicen las antenitas?
Me dicen cuándo no tengo que pensarla mucho y me tengo que lanzar. Las antenitas, de pronto, se prenden cuando tengo que procesar algo.
-¿Cuándo no hay que pensar mucho las cosas?
Cuando sientes fuego adentro, en el vientre. Cuando tu corazón te late mucho y hay una voz interna que te dice “dale, dale”. Hay una voz interna que cada uno tiene, pero no la escuchamos siempre o no estamos con los sentidos agudos para saber entenderla.
-¿Se entrena esa voz?
Sí, entrenas el autoconocimiento, siempre es bueno regalarse momentos de reflexión, de autoanálisis donde te preguntes muchas cosas. Muchas de las respuestas están dentro de ti.
-¿Cuándo sí debemos pensar más las cosas y dudar un poco?
Cuando hay eco, cuando algo hace que te repreguntes, cuando esa voz te dice “espera”, “para”. En mi caso, cuando tengo una emoción muy desbordada.
-¿Para ser actriz la voz interna te dijo “hazlo ya” o lo dudaste?
Mi voz la he venido a concientizar de grande. De niña era libre. Todo el tiempo actuaba, cantaba e imitaba. Era natural en mí. Recién me he puesto a pensar que debo estudiar otra carrera de grande. A mis 34 años quiero estudiar Psicología.
-¿Qué te dice esa voz ahora?
Que me encanta la Psicología porque para ser actriz también hay bastante de psicoanalista para acoger a los personajes y hacerlos sin juzgarlos. Cuando hice Aprendo en casa, pensé que a mí me gusta enseñar, compartir. Desde el año pasado mi voz me viene diciendo que nunca es tarde para iniciar nuevos caminos. Siempre me meto a talleres, ahorita estoy en un taller de narrativa, antes estaba en un taller de dramaturgia, composición. Constantemente me gusta estar en la posición de alumna, de aprendiz, me encanta.
-Naciste y creciste en el Callao. ¿Qué te enseñó la calle, el barrio?
A pechar, a ser valiente; es como una filosofía de vida.
-¿A qué o a quién has tenido que pechar?
La injusticia en la calle no la tolero. No me quedo callada cuando veo que a alguien están humillando, no puedo seguir de largo así me gane un problema. Una vez me metí para defender a una señora que estaba siendo violentada y toda la basura que el hombre vomitaba se dirigió a mí, me lanzó toda su negatividad, pero de eso saqué una canción que estoy por publicar, será contra la violencia de género.
-Tuviste COVID. ¿Qué te deja este tiempo?
En tiempos de pandemia es una batalla encontrar el equilibrio. Debe ser una búsqueda que no debe terminar. Para mí, ahorita el equilibrio es estar más cerca de mi familia, valorar mis vínculos y las oportunidades que surgen. El poder está en cada uno, cada uno tiene la capacidad para transformar cualquier situación.
(La entrevista se interrumpe. Stephany ha llegado a la bodega de su casa, donde saluda a algunos amigos, luego de caminar por casi 40 minutos, pero sola, sin su perro Django).
-Dicen que las mascotas se parecen a sus dueños.
Django es deportista, noble, engreído y protector. Es pitbull y da miedo si no lo conoces, pero luego te enamoras.
-Si de niña escuchabas “Strawberry Fields Forever”, ¿hoy qué escuchas?
“Mujer” de Amparo Ochoa. En mi casa somos tres mujeres, tres voces cantantes.
AUTOFICHA:
- “Soy Stephany Karina Orúe Rodríguez. Tengo 34 años. Nací en el Callao. Estudié Teatro en el Teatro de la Universidad Católica. He estado en más de 15 novelas. Sobre las obras de teatro ya perdí la cuenta. En cine debo haber hecho ocho películas”.
- “Extraño tanto el teatro, me reafirmo en el hecho de que quiero morir sobre un escenario. Una obra que me movió mucho fue Vota x ti, Vota x todas. Además de estudiar otra carrera, me mueve mucho tener un negocio propio, pues la cultura no es primordial en el Perú”.
- “Pero tampoco quiero dejar de hacer cultura en mi país, porque es lo que más necesitamos. Trabajo dos canciones, una contra la violencia infantil y otra contra la violencia de género. Todavía no sé cuál saldrá primero. Estoy escribiendo mucha música. Quiero sacar mi disco y producir mis videos, y seguir contando historias”.
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