PUBLICIDAD
Tati Alcántara: “He aprendido a ver lo positivo en todo; es más sano ver la vida así”
Su madre nació en Irlanda. Una enfermera que se enamoró de un ingeniero peruano en Londres. Pero una madre con virtudes de artista. La hija baila, canta, actúa y enseña. Y ahora será parte del musical ‘Mamá está más chiquita’. Perú21 entrevistó a Tati Alcántara.
Imagen
Fecha Actualización
El primer recuerdo que tiene con su madre fue cuando ella enseñaba música en el colegio. Las dos salían juntas por la mañana. Cantaban en el camino. Pero también la recuerda rigurosa. Como era la hija menor, debía ayudarla en todo, recibía órdenes y no le gustaba. Se rebelaba, contestaba. “Hubo una época que nos llevábamos muy mal”, me dice y ríe. Su madre, una enfermera irlandesa; y su padre, un ingeniero peruano. Ella, la hija, finalmente actriz, cantante, bailarina y profesora.
Marion Cristin Alcántara Pender, más conocida como Tati Alcántara, regresa a las tablas con el musical Mamá está más chiquita, del 10 de mayo al 3 de junio, bajo la dirección de Kathy Serrano. Los lunes, viernes y sábado, a las 8 p.m., y domingo, a las 7 p.m., en el Centro Cultural Ricardo Palma, de la avenida Larco 770, Miraflores.
Cuando sonríe es luminosa, un resplandor en la distancia. Pero cuando se pone seria, su mirada es severa. Dos extremos. “Tengo de todo un poco”, me dice y ríe. Asegura que posee el carácter para ser artista en el Perú. “Ser directora de una escuela por 15 años es fuerte”, señala. A la vez, está el buen humor, siempre ríe, le saca chispa a la vida. “Me gusta la gente feliz, me gusta que la persona que conversa conmigo también sonría”, agrega y sonreímos.
En esta obra teatral eres la madre. ¿En la vida real es una meta para ti?
Yo tenía mis planes de ser mamá hace unos años (ríe), pero las circunstancias de la vida… No lo tengo descartado. Se está volviendo a asomar en mi cabecita (ríe).
¿Lo estás intentando o has congelado óvulos?
Ya congelé. Es una tranquilidad. La edad avanza, sobre todo en las mujeres. Ya lo hice hace unos años. Y bueno, vamos a ver (ríe)…
Imagen
¿Qué tienes de tu madre?
Bastante creo. Toda la parte artística, por lo menos musical. Ella es graciosa, ocurrente, hace muecas. Es buena, es generosa. De mi mamá también tengo la valentía de enfrentar nuevos retos, la fortaleza de luchar por mis sueños y la capacidad de reírme de mí misma.
¿Qué madre eres en la obra teatral?
Una madre muy amorosa, luchadora, protectora, porque quien hace de mi hijo tiene una condición especial, vive en un mundo de fantasía. Ella lo cuida muchísimo. Lo protege de la realidad.
¿Hoy somos más inclusivos con las personas que tienen alguna condición especial?
Sí. Yo tengo una alumna que tiene síndrome de Down y es lo máximo. Tiene tantas capacidades, es superartística, su cuerpo tiene un entendimiento muy grande de los movimientos, tiene una muy buena memoria.
¿Pero incluimos más y mejor a las personas con condiciones diferentes?
Yo creo que sí. Incluso, hay obras con chicos con capacidades diferentes. Es notorio que la sociedad se está abriendo mucho más.
Imagen
Cambio de tema. ¿Es cierto que tu abuela fue sobrina de César Vallejo?
Sí. Mi papá es Carlos Alcántara Vallejo. Y yo, por ejemplo, hice una obra de César Vallejo y yo era la pareja, Georgette. Mi papá nos cuenta historias: una vez, cuando él estaba chiquito, llegó Georgette a la casa y mi abuelo la recibió con un desayuno. Llegó el café frío y ella se quejó. Dicen que ella tenía un carácter complicado.
¿Y escribes?
Sí… Tengo varias cositas, que me gustaría hacerlas canciones. De hecho, hice un single que se llama “No estás aquí” en 2021.
Recuerdo que en la universidad entrabas y salías de las clases, al parecer porque hacías mil cosas.
Siempre fui muy activa. En la universidad yo estaba en el taller de danza contemporánea. Siempre mi interés ha sido ser mejor en lo que hago. Y entonces, tomaba clases en otros lugares. Y me iba a Magdalena a tomar clases de contemporáneo, ballet. Siempre he estado entrenando. Vino la pandemia y el ritmo cambió. Y ahora, es más, ya no me gusta correr (ríe). He estado acostumbrada a correr. En la época de la universidad también trabajaba haciendo publicidad, hacía castings. Todo el tiempo estaba corriendo. Y me hacía sentir bien porque sentía que aprovechaba el tiempo.
¿Cómo se logra ser mejor?
Estudiando, actualizándose en todo lo que haces, tanto en lo que te dedicas como en tu parte interna, emocional. Uno tiene que crecer globalmente, crecer en sanar las heridas de infancia que todo el mundo tiene.
¿Qué heridas de infancia tienes?
Pucha, varias (risas). La herida del abandono, la herida del rechazo, la herida de la traición. Uno no sabe que las tiene hasta que empieza a investigar un poco sobre sí mismo, ir a terapia. De lo contrario, repites los patrones. La idea es ir sanando, ir encontrando la paz. La felicidad y la paz son lo más importante.
Imagen
¿Hoy qué te da paz y felicidad?
Cualquier proyecto artístico que tengo me da felicidad. También tener a mi familia bien.
En el mundo artístico, con los casting y demás, la frustración asoma. ¿Fue tu caso?
Me deprimía antes, mucho. Y no entendía y te sientes mal por eso. Esto no es como un trabajo estable. Pero como he trabajado un montón en mí, ya lo entiendo. Ya no lucho contra las circunstancias. Ya no me quejo de por qué no sucedió.
También recuerdo que en la universidad fuiste parte de Red Zafiro, que era un grupo de alumnos dirigidos por Pedro Suárez-Vértiz. E, incluso, lograron hacer popular la canción “Talk show”.
Pedro era lo máximo, tengo lindos recuerdos. Yo era su fan antes de conocerlo. Cuando me enteré del casting, con todos los nervios del mundo, me lancé. Era cantarle a Pedro. Canté “A fuego lento”. Y luego me llamaron porque me habían escogido. Pedro decía que yo tenía una onda que fluía naturalmente con el ritmo. Es más, había un dentista al costado de mi casa y él iba a atenderse. Y a veces Pedro aparecía en mi casa porque sabía que yo tenía un piano y mientras esperaba su turno, entraba y tocaba el piano, conoció a mis papás, superbuena gente.
¿Qué hacía diferente a Pedro?
Era súper cercano. Era como un amigo que te estaba guiando y dirigiendo.
¿Y qué te hace diferente a ti?
He aprendido a ver lo positivo en todo. La vida es un regalo y hay que sacarle el mayor provecho. Hay que ver el vaso medio lleno y no medio vacío.
Pero también es un riesgo, ¿no? Puedes caer en la ingenuidad.
No creo. En el pasado he sido un poco ingenua, pero con la experiencia de vida también ves todos los puntos. Analizo con tranquilidad y saco lo positivo, sobre todo para mi paz y mi tranquilidad. Es más sano ver la vida así.
Imagen
AUTOFICHA:
-“Soy Marion Cristin Alcántara Pender. Mi mamá se llama Marion. Y Cristin porque nací el 14 de abril, cerca a las pascuas. En casa siempre me han dicho Tati. Dicen que mis primeras palabras eran ‘titi’, ‘tata’, ‘tati’ (risas), y ahí quedé con Tati para siempre”.
-“Nací en Lima. Tengo 45 años. Estudié Comunicaciones en la Universidad de Lima. De chiquita mi primer escenario fue bailando folclore, a los 10 años más o menos. Todas las obras musicales han sido como un sueño hecho realidad”.
-“He hecho Grease, La bella y la bestia, Chicago, Cabaret, Amor sin barreras, Fiebre de sábado por la noche. Tomé clases de baile en Broadway, fue una hermosa experiencia. Tengo la escuela de baile Esceni-k, desde hace 15 años. También canto”.
Imagen
Perú21 ePaper, ingresa aquí y pruébalo gratis.
VIDEO RECOMENDADO:
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD