¿Qué logra una sonrisa? Es un brillo, ilumina. Abre puertas.
Si no estudiaba odontología, se formaba en teatro, actuación. Se especializó en rehabilitación oral y estética y, finalmente, llevó un curso de clown.
Así, la ciencia y el entretenimiento se unen para crear La Dentista Maravilla, el personaje que la doctora Tiffany Pinillos pone en escena a través de las redes sociales y busca establecer una relación amable y cercana entre el paciente y el profesional de la salud dental.
“La sonrisa es todo”, me dice sin dejar de sonreír.
No es tan común ver a profesionales de la salud como influencers.
Bueno, el nombre salió de la nada. Mi nombre real viene de La Pequeña Maravilla, por la actriz Tiffany Brissette. Entonces, mi equipo de producción me dijo que mi nombre como influencer debía ser un nombre llamativo, y a mí me encantaba La Mujer Maravilla. Y así nace La Dentista Maravilla.
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Me parece interesante que te reconoces como influencer.
Lo asumo. No te voy a negar que fue un poco difícil al principio.
¿Por qué?
Cambié el nombre y comencé a hacer contenido para que me conozcan. Yo quería cambiar un poco el miedo de ir al dentista. Y a mí me encanta crear contenido divertido. Cuando van a consulta yo soy supergraciosa. Entonces, quería darle ese toque diferente. Y comencé a hacer ese contenido. Tuve muy buena audiencia, a la gente le encantó. Pero también hubo un lado que no le gustó.
¿Qué te decían?
Me decían “no eres nada profesional”, “eres una ridícula”, “¿qué estás haciendo?”. Gracias al entorno que tuve y tengo, me decían que esas cosas no me tenían que afectar. En ese momento me preguntaba si estaba haciendo las cosas bien. En un momento me autosaboteaba, me ganaba el Síndrome del Impostor y decía: “Tiffany, para, ya no hagas esto”. Pero una vocecita en mi cabeza me decía: “Dale, sigue mostrando lo que tú eres, sigue trabajando”. Y realmente, llegó un momento que dejó de importarme. Actualmente, ya no me critican tanto como en ese momento.
Se nota que tienes chispa para ser La Dentista Maravilla, pero a la vez se nota que tienes un carácter fuerte.
Sí, también. Pero casi siempre paro alegre. Y considero que mi fortaleza ha hecho quien soy ahora, si no me hubiera quebrado y hubiera retrocedido. Me encanta ser carismática, hasta soy clown.
¿Y pasa que tus pacientes acuden con otra disposición a atenderse, tal vez sin miedo?
Sí. En mi equipo me dicen “quieren atenderse contigo”.
Tienes que convertir a todos tus odontólogos en influencers.
(Risas). Ya quisiera… Gran parte de la comunidad tiene vergüenza de estar frente a la cámara. Pero a mí desde niña me ha gustado la cámara.
¿Por qué no fuiste actriz?
Lo pensé. Y sí me gustaría aprender actuación.
Podrías montar un show hablando sobre tu experiencia.
Sí lo haría. Me encanta hacer reír a las personas. Cuando estoy en consulta me dicen: “Llegué a usted porque vi sus videos y me generó mucha confianza, y cuando llegué a usted, es la misma que se muestra en cámaras”.
¿Hace falta que más profesionales de la salud posean estas habilidades que tienes?
Cada ser es auténtico. Gracias a mi don, sí me ha ayudado. Pero he observado a diferentes colegas, y algunos son más educativos o combinan técnicas.
Es que uno como paciente se sentiría más cómodo con alguien que tiene…
Más paciencia, que es más carimástico, más empático. Esas habilidades me ayudan, porque llego a conectar con el paciente y él se siente en confianza. Termino siendo amiga de gran parte de mis pacientes. Atiendo hasta familias enteras. Vienen hasta del extranjero. Me visitan de provincias.
Yo sí creo que faltan más profesionales de la salud así.
Sí. Yo creo que lo que les da miedo es estar frente a la cámara y mostrar realmente quiénes son; a veces muestras, por ejemplo, una cara de que eres totalmente serio porque eres joven; pero cuando muestras cómo eres realmente, es mejor. Eso le falta a varios profesionales, romper ese miedo: “Tengo que estar formalito; si no, no van a confiar en mi trabajo”. No. Puedes mostrar que también tienes tu parte graciosa.
¿El dentista es uno de los profesionales más temidos?
Sí. Yo pregunto el porqué y me dicen: “Es que de niña tenía tal doctor supermalo, que no me tenía paciencia, me gritaba y me he quedado traumada”. Tengo pacientes de 40, 50 años que tienen aún ese trauma. Por eso, en 2018, cuando empecé en las redes sociales, yo dije: “No, quiero cambiar ese chip, no quiero que tengan miedo, voy a solucionar el problema que tienen, pero también de una manera divertida, sabiendo más del paciente, por qué tiene ese problema en boca, y ahí voy ayudando y guiando”.
Pero al inicio te costó mostrarte ante cámaras, usabas hasta filtros para salir en tus videos, tenías como vergüenza.
Exacto. Yo tuve un alter ego, que le llamaba La Doctora Muelas, hasta que dije “basta”. Eliminé el filtro y creé La Dentista Maravilla y siendo yo, con mi esencia. Me ayudó bastante hacer clown, me liberó. Yo siempre recomiendo: hagan algo para que se descubran. Ese curso de clown te hace conocerte, porque te hace trabajar las emociones.
Y los profesionales de la salud trabajan con las emociones.
Exacto. ¿Y cómo ayudar al paciente para que pierda el miedo y confíe en ti? Mis pacientes me traen a toda su familia. Y lo bonito es que mi equipo se va contagiando. Y esto que te hablo lo soñé: a los 19 años trabajaba para una clínica y yo veía a una doctora genio que trabajaba en el área de estética y tenía su equipo y eran muy amables. Entonces, en mi mente pensaba: algún día quiero tener mi clínica, mi equipo y que confíen en mí y en mi trabajo y todo. Lo logré.
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¿Cuáles son los poderes de La Dentista Maravilla?
Yo siempre digo que estas manos hacen maravillas (ríe). Mi poder es si tuviste un día malo, te lo voy a alegrar como sea. Esa autoestima que has perdido, te la devuelvo. Te motivo, te inspiro para que salgas a adelante.
¿Por qué tenemos que ir más seguido al dentista?
La salud bucal es la entrada a todo el organismo. A veces puedo ver en boca lo que realmente tienes adentro del organismo, puedo saber, por ejemplo, si sufres de gastritis. Muchas enfermedades de la boca están en relación con las enfermedades en general. Mi recomendación es que cada seis meses vayas al dentista.
Autoficha:
-“Soy Tiffany Andrea Pinillos Rengifo, tengo 33 años. Nací en Lima. Acabé el colegio y postulé a la San Martín para estudiar Odontología. En mi familia no hay ni un solo odontólogo. Pero yo no lo tenía miedo al dentista y me divertía, me acercaba”.
-“Me gustaba ver cómo la odontóloga resolvía y el paciente se iba feliz después de venir con dolor. Yo decía ‘esa dentista tiene superpoderes’ (ríe). Me especialicé en rehabilitación oral y estética. Y como influencer también trabajo para marcas”.
-“También he llevado cursos fuera del país, entre ellos de marketing para las redes sociales. Tengo la página Studio Dental Perú (en Instagram como studiodent_peru), y ahí pueden sacar una cita. Quisiera hacer un podcast sobre crecimiento personal”.
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