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Un 2021 poco alentador para los conciertos [INFORME]
Dos empresarios comentan el caso Armonía 10 y trazan lo que podría ser un panorama gris para el sector, marcado por cuarentenas para quienes ingresen a territorio nacional, protocolos y la llegada de la variante británica del coronavirus.
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El 2020 fue un año que no existió para los conciertos, dice Coqui Fernández, socio director de Move Concerts. Por enlace telefónico anota las consecuencias de lo que fue el año en el que la industria, repentinamente, entró en pausa y la música se bajó de los escenarios. “Me consta que de 20 empresarios que éramos, quedaremos unos seis solamente; los demás han tenido que dedicarse a otras cosas, despedir a personal, etc.”, dice.
Su productora lista cinco conciertos cancelados de artistas internacionales. Además, en la semana en que se dicta el confinamiento, iban a anunciar uno para noviembre de 2020. Un estimado de pérdidas y lo que se dejó de ganar por las cancelaciones: cerca de US$500 mil, sin contar los impuestos de IGV, Renta no Domiciliada que iban para el Estado y los derechos de Apdayc.
Inmortal Producciones, a su vez, postergó dos conciertos, el de Enrique Bunbury (aún sin nueva fecha confirmada) y el Vivo x el Rock, que ahora estima que sería en setiembre de 2021; además, planeaban concretar más acuerdos.
Johann Cervantes, su productor general, calcula que en gastos financieros sus pérdidas en 2020 fueron de alrededor de S/1.2 millones y se dejó de percibir S/2.2 millones. Y reprogramar genera una ecuación complicada. “Las bandas no te devuelven el dinero, las agencias tampoco, ni los locales, pero el público te pide que lo devuelvas”, dice.
Con un 2020 tan desolador, en el que algunos empresarios y artistas apostaron por el streaming para generar algún ingreso, ¿qué es lo que sigue?
Caso Armonía 10
La semana comenzaba con un anuncio sorprendente: la orquesta Armonía 10 ofrecerá un show en vivo el 10 de enero. El lugar sería un conocido restaurante campestre en Comas. La capacidad límite sería 600 personas y duraría cuatro horas. No se vendería alcohol y, se anunció en sus redes sociales, se cumpliría con los protocolos de bioseguridad autorizados por el gobierno.
No demoraron las críticas y, dos días después, el pronunciamiento de la Municipalidad de Comas, que denegó la autorización al local debido a que “no adjunta copia de resolución de la Evaluación de Condiciones de Seguridad en Edificaciones”. A la cumbia, uno de los géneros más populares del país, la bajaron del estrado.
“Muchas entidades te pueden bloquear un evento. Siento que en pandemia nadie quiere asumir riesgos. Nadie quiere poner la cara de hacer el primer evento”, comenta Cervantes. “Si los empresarios cumplen con estos requisitos, deberían extenderle los permisos. Sin embargo, veo presión mediática a los alcaldes que en la mayoría de casos no evalúan técnicamente, sino políticamente”, dice Fernández, quien considera que el municipio se ha valido de un tecnicismo para denegar el permiso, ya que dicho local ha alojado varios conciertos.
Para Fernández, incluso, no existe un trato equitativo entre sectores. “Muchos locales han visto que sus permisos han vencido y no han podido tramitar su renovación por la pandemia, pero las autoridades han sido flexibles con otras industrias, por ejemplo los restaurantes, y acá no”, dice.
Los protocolos aludidos por Armonía 10 son los publicados el 25 de diciembre en resolución del Ministerio de Cultura, que ha determinado asegurar el distanciamiento obligado, toma de temperatura y limpieza al ingreso, uso obligatorio de mascarillas y aforo máximo del 40% en recintos cerrados y 60% al aire libre.
Sin embargo, tales lineamientos no prohíben la venta de comida o bebida en los eventos, sino que su consumo deberá realizarse en espacios acondicionados especialmente que tengan los protocolos propios de un restaurante, acota Cervantes. Con ello se quiere evitar que el público, observando el show, se baje la mascarilla y coma o beba, y potencialmente esparza el virus.
Consultado sobre la rentabilidad que podrían permitir tales protocolos, Cervantes considera que se vería comprometida ya que generalmente las ganancias de un espectáculo provienen de la venta de comida y bebida.
Año de artistas locales
Con la cuarentena obligatoria de 14 días decretada por el gobierno para quienes ingresen al territorio nacional, los productores indican que en 2021 trabajarán con artistas locales.
Con Inmortal Management, que es una división que maneja la carrera de distintas bandas locales, Cervantes realizará un evento este mes tipo cena en restobar, para muy poco aforo. Con ello, evaluará este formato para dar movimiento a artistas locales. Lo mismo con Move. Les gustaría hacer conciertos con artistas nacionales respetando al detalle el protocolo. Por lo tanto, están en conversaciones con la empresa privada para minimizar riesgos y hacer algo hacia fines de febrero.
¿Por qué son necesarios los conciertos presenciales? Desarrollan la cultura y ofrecen entretenimiento, sobre todo en estos tiempos, dice Fernández y añade que el streaming no está siendo consumido al nivel que necesita la industria para sostenerse. “No hay manera de suplantar la emoción de un concierto presencial. Más allá de lo musical, uno va a un show para sociabilizar y compartir”, dice Cervantes.
Sin embargo, por encima de todo se alza la incertidumbre. El escenario que se teme sería que un empresario contrate a tres o cuatro artistas y a 10 días de su fecha se declara la suspensión de la fase 4.
Y es que la situación cambia día a día. De hecho, ayer se anunció la presencia de la variante de Europa en el país y ello suma más inestabilidad al sector. “Podría ser grave porque pueden cambiar las reglas del toque de queda y peor si hay cuarentena nuevamente”, acota Cervantes.
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