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Diego Elías: El campeón de squash continúa buscando rivales [Perfil]
Es el primer peruano en entrar al TOP 20 del mundo en squash y la principal carta de Perú en los Panamericanos 2019. ¿Cómo se forma un campeón?
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En agosto de 2016, la Asociación Profesional de Squash (PSA) publicó una lista de las jóvenes promesas en ese deporte. La lista mundial la encabezaba Diego Elías, quien por ese entonces tenía 19 años. En un halagador artículo, la organización resaltó los triunfos obtenidos por el peruano y se atrevió a lanzar un pronóstico: "Diego Elías entrará en los próximos 10 meses al Top 30 del mundo".
Exactamente 10 meses después sabemos que aquella predicción no pudo estar más errada. Diego Elías no se ubica en el Top 30. Sobrepasó cualquier expectativa y es el 19 mejor jugador del mundo. Lo logró con tan solo 20 años.
Una realidad
El squash es un deporte que se derivó de la necesidad del hombre por golpear una pelota. A diferencia del tenis, en Inglaterra del siglo XIX ensayaron tirando una pelotita contra la pared. La evolución fue rápida y en 1920 ya se jugaba el Primer Campeonato Mundial de Squash. El deporte llegó a América por el norte y se popularizo en Canadá y Estados Unidos, pero siempre los europeos y egipcios han sido los monarcas.
Diego Elías acaba de salir de su entrenamiento y no parece estar cansado. Hasta hace unos minutos corría sin parar por la cancha de squash del Club Las Terrazas golpeando la pequeña pelota con su raqueta. En este deporte uno tiene que agacharse y levantarse en cuestión de segundos y a pesar de que mide un metro ochenta y ocho, Diego lo hace con la destreza de un gimnasta.
Su rutina se divide en cinco horas de entrenamiento diarios. Con ello le alcanza el tiempo para ver 'Walking Dead' y las series de televisión que aún le faltan terminar. Pero su día cambia totalmente si un torneo se avecina, allí los entrenamientos se redoblan.
Por lo pronto, el deportista acaba de llegar de Guatemala, donde obtuvo el sexto puesto en el X Torneo Internacional PSA. Esta semana también ha recibido una gran noticia: fue elegido jugador juvenil de la temporada 2016 -2017 y por si fuese poco se mantiene por segundo mes consecutivo como el 19 mejor jugador de todo el mundo.
Diego está acostumbrado a los triunfos. En un país donde solo hay 34 canchas de squash en todo el territorio y poco más de 8 campeonatos al año, este peruano ha logrado triunfos internacionales de gran envergadura. Si lo comparamos con el fútbol sería como si un club peruano alcanzara una Copa Libertadores o Sudamericana.
Sus números son envidiables. Medalla de plata en los Panamericanos de Toronto 2015, bicampeón mundial juvenil, ganador de 4 títulos del PSA World Tour y actualmente se encuentra en el puesto 19 del ránking PSA, la lista que reúne a los mejores jugadores del mundo. Para entender la magnitud de este último logro habría que tener tres datos: un segundo latino aparece recién en el puesto 25, para encontrar a otro menor de 20 años habría que descender cuarenta lugares y el último peruano que llegó más lejos en este ránking alcanzó apenas el puesto 183.
Es por eso que Elías es la principal carta de Perú para conseguir oro en los Panamericanos de Lima 2019. Por lo pronto, en diciembre, tendrá una nueva oportunidad para seguir escalando al participar el Mundial de Squash en Manchester.
Diego y José Manuel, su padre y entrenador. (Foto: Depor)
La decisión más importante
A diferencia del tenis, el squash se juega dentro de un cubo de 9 por 6 metros. Ambos jugadores se colocan frente a un muro principal y el objetivo es golpear la pelota hacia esa pared con la intención de que el otro no pueda alcanzar el rebote. El pequeño balón puede llegar a superar los 200 kilómetros por hora fácilmente mientras va de un lado a otro. Dentro del cubo todo es rapidez e intensidad, allí reside el principal encanto de este deporte.
A Diego nunca hubo la necesidad de que alguien le explique estas reglas. Las aprendió solo y no pudo tener un mejor maestro. José Manuel 'El Tigre' Elías, campeón nacional de squash por 20 años, es su padre. "Yo tuve la suerte de verlo competir profesionalmente, conocí a buenos jugadores y desde pequeño vi un gran nivel", comenta el hijo único.
Diego no recuerda cuando cogió una raqueta por primera vez, pero sí que comenzó a competir en torneos desde los 7 años. Se trataba de torneos junior, donde sus rivales también eran sus amigos del colegio. El squash en el Perú no es un deporte popular y se juega solo en clubes privados. Eso es algo que enoja al deportista. "Deben haber más canchas públicas", reniega.
Aún sin saber que su futuro estaría también en el deporte que más ama su padre, Diego pasó su niñez y adolescencia acompañandolo a todos los torneos. En Perú o Inglaterra, en Francia o Canadá, la dupla padre-hijo siempre estuvo de la mano. Veinte años después la historia se repite aunque con una pequeña variante: ahora es José Manuel quien sigue su hijo a cada torneo, es su entrenador.
"Es bastante exigente pero nos llevamos bastante bien. Sabemos separar el hecho que sea mi padre y entrenador, además es un amigo", cuenta Diego sobre esta relación. José Manuel se convirtió no solo en su modelo, fue su principal consejero cuando tuvo que decidir si seguir o no en este camino.
Por aquel entonces Diego tenía 16 años y se había quedado sin rivales en Perú. Es allí cuando decide convertirse en profesional. Dejó el colegio Carmelitas a solo meses de graduarse para tener más tiempo para viajar y entrenar. Poco importó que por ese entonces le llovieran las opciones para irse a estudiar en el exterior como deportista calificado. ¿Qué se hace cuando una carta de Harvard te invita a unirse a sus filas?
"Hubo mucha gente, primos, tíos, que me dijeron que mejor me vaya a estudiar para allá", recuerda Diego. No dice estas palabras con un sentimiento de arrepentimiento, al contrario, muestra un rostro de entera satisfacción.
"Siempre he estado muy seguro de lo que quiero ser y siempre he tenido el mismo sueño, cuando me decían otra cosa ni les escuchaba", remata.
Ser el número uno
"Tengo pensado acabar el 2017 entre los quince mejores del mundo". Diego Elías tiene pensado al milímetro su futuro o por lo menos cómo quiere vivirlo. Con la misma firmeza asegura que en diciembre del próximo año (cuando ya bordee los 22) ingresará al TOP 5 del mundo, un espacio que en la actualidad es dominado por un francés, un inglés y tres egipcios. Ser el número uno sería solo cuestión de tiempo.
No es difícil darse cuenta de que aparte de su metro ochenta y ocho, el punto más fuerte que mantiene este deportista peruano es su fortaleza mental. Esto también ha sido resaltado por los especialistas, sobre todo porque esta virtud puede ser determinante cuando se juegan puntos demasiado largos o se adquieren rachas negativas.
A cuatro años de convertirse en profesional, Diego Elías está más convencido aún que no tomó el camino equivocado. Dentro de poco viajará a República Checa a entrenar con el francés Gregory Gaultier, el actual número uno del mundo. La emoción invade al juvenil al contar cómo recibió la invitación. Fue el propio veterano deportista quien se ofreció a entrenar con el peruano, quizás oliendo –quien sabe– que tiene ahí a su sucesor.
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