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Lo bueno, lo malo y lo feo de la Selección Peruana en este 2023 que ya se va
En un año que, futbolísticamente, empezó más o menos y terminó terriblemente mal, analizamos el 2023 de la blanquirroja en tres curiosos aspectos.
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Fecha Actualización
La Selección Peruana ha tenido un año que fue de normalito a terrible, terminando con un extenso (y costoso) trabajo para, prácticamente, deshacerse de Juan Reynoso debido a los pésimos resultados obtenidos en uno de los peores arranques de Perú en la Eliminatoria desde que se juega en el formato todos contra todos: con dos puntos apenas, estamos en el sótano de la tabla.
Aunque no todo está perdido, pues aún quedan 36 puntos por disputar y la FPF ya contrató a quien sería (esperamos) sea el que salve a la selección y la ponga en el Mundial 2026, para el cual Sudamérica tiene más cupos. Hablamos del uruguayo Jorge Fossati, pero vamos a detenernos ahí para analizar algo más interesante: Lo bueno, lo malo y lo feo del 2023 de la blanquirroja.
Lo Bueno
La Joven Sensación
Si algo podemos sacar de bueno de este año mayormente nefasto es que la selección tuvo buenos elementos jóvenes que refrescan el promedio de edad de un equipo que ha envejecido bastante desde la clasificación a Rusia 2018, de la mano de Ricardo Gareca. Juan Reynoso, si algo hizo de bueno (más por presión que por otra cosa) fue darle minutos a jóvenes talentos de la liga doméstica.
Jugadores como Bryan Reyna, Piero Quispe, Joao Grimaldo, Franco Zanelatto y Jesús Castillo tuvieron oportunidad de mostrar su fútbol durante las Eliminatorias. Reyna ya tenía partidos previos a este 2023, y era el gran descubrimiento de Reynoso en un primer momento, cuando las cosas con el técnico peruano no iban tan mal.
Piero Quispe, siendo el mejor jugador del 2023 en Universitario (campeón nacional por cierto) también tuvo participación, cargando el peso de reemplazar a un Christian Cueva que entre lesiones e indisciplinas pasó la temporada desapercibido. El volante crema demostró que la camiseta no le pesa y desempeñó su función de manera correcta, aunque los resultados no fueron los esperados, obviamente no por su responsabilidad.
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Y si Quispe dejó buenas sensaciones, Joao Grimaldo, por la banda derecha, fue otro que aprovechó su oportunidad y destacó como extremo en partidos ‘picantes’, como ante Brasil, donde logró desesperar a su lateral izquierdo por momentos. Si bien este Brasil es de los más bajitos de los últimos años, el extremo de Sporting Cristal le da la esperanza a los hinchas de dejar de depender de André Carrillo o del engreído de Reynoso (y aparentemente de Fossati), Andy Polo.
Por otro lado, Franco Zanelatto, joven aliancista que prefirió Perú por sobre Paraguay, también tuvo un despliegue interesante en su participación en la selección nacional, mostrándose a la altura físicamente, aunque no a la gran exigencia de un partido internacional en Sudamérica por los puntos. Hay muchas cosas que pulir en el extremo íntimo, que podrían llevarlo a ser un buen recambio por esa banda, que compartirá con Reyna, su compañero de equipo.
Por otro lado y en menor medida tal vez, tenemos a Jesús Castillo, quien no tuvo muchos minutos debido a una lesión. El exSporting Cristal, ahora en Portugal, es un buen recuperador de balones, además de destacar por sus pases seguros. Juega en la posición de Renato Tapia, aunque este último está apareciendo más como zaguero, podría darle una chance al buen Castillo, aunque adelante tiene a jugadores de la talla de Pedro Aquino o Wilder Cartagena. Veremos cómo le va en caso la formación pase a ser un 3-5-2.
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En otro sentido, con menos más suerte, Oliver Sonne, quien prefirió jugar por Perú a pesar de poder hacerlo por Dinamarca, su país natal, realizó su papeleo en tiempo express y llegó convocado a nuestra tierra. Sin embargo, Juan Reynoso prefirió a otros laterales, como Luis Advíncula, Aldo Corzo, incluso Nilson Loyola (suplente en Sporting Cristal, ver para creer). No ha jugado un solo minuto con la selección, así que puede arrepentirse aún, esperemos que no y Fossati, ahora sí, le de una chance al buen ‘Thor’.
Lo malo
Somos últimos y las estadísticas nos lapidan
Perú tuvo una penosa actuación en el arranque de las Eliminatorias. Tras un inicio con pocos cambios en la alineación, usando aún a un Paolo Guerrero, de 39 años, la selección de Reynoso sacó un empate que supo a mucho más en Ciudad del Este ante Paraguay, aguantando a pesar de jugar un tiempo entero con uno menos tras la expulsión de Luis Advíncula. Esto quizá le dio el beneficio de la duda al ‘Cabezón’.
En Lima ante Brasil, Perú le arrancaba un empate a la canarinha, pero el ingreso de Raúl Ruidíaz (un borrado de Gareca como muchos otros que revivió Reynoso), desconcentró por un segundo al equipo y anotó Marquinhos el gol de la victoria. Ante Chile en Santiago, una formación súper defensiva no sirvió en absoluto y la ‘Roja’, con grandes dudas en su equipo, terminó venciendo cómodamente por 2-0.
Ante la campeona del Mundo, la Argentina de Lionel Messi, la historia fue más de lo mismo, aunque los jóvenes tomaron la posta en algunas ocasiones, la derrota, a ritmo de entrenamiento, era el único final posible. Sin embargo, no era el hecho de hacer 1 punto de 12 posibles lo que hacía que muchos empezaran a cuestionar al ‘Cabezón’: Perú, en más de 360 minutos de partidos oficiales, no había pateado al arco.
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Los dos primeros remates llegaron ante Bolivia, en la altura de La Paz, donde caímos por 2-0. Perú era la única selección que no había marcado en 5 encuentros y no ganaba un solo y en la última fecha del año se enfrentaba a una Venezuela que había logrado sacarle un empate a Brasil en tierras cariocas y había goleado a Chile en casa.
Perú, al fin, logró anotarle a alguien en la Eliminatoria, fue ante la Vinotinto, mostrando unos 45 minutos, al fin, positivos para la era Reynoso. Sin embargo, Perú se desinfló y, tras un mal cierre de Marcos López (quien tampoco anda tan fino que digamos), Darwin Machís logró penetrar el área peruana y servir a Jefferson Savarino, quien colocó el empate.
Así, Perú llegó al final del primer tercio de la Eliminatoria en el puesto 10, con 2 puntos, sin victorias y solo un gol anotado tras apenas 7 remates al arco. Números de terror para cualquier técnico con dos dedos de frente, no para Reynoso, claro, quien siempre defendió su trabajo a pesar de que las estadísticas nos ponían como los peores de Sudamérica en las primeras 6 fechas. Esto terminó, a la postre, en el fin del ciclo Reynoso con la selección peruana, con un pésimo arranque y números fatalmente flojos.
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Ahora, tras la oficialización de Jorge Fossati, su tarea es cambiarle la cara a la selección. Desde la Videna, Agustín Lozano y Juan Carlos Oblitas esperan que el uruguayo sea la solución a este terrible revés que vive la selección nacional. Los hinchas esperan lo mismo, claramente.
Lo feo
Sin duda alguna: Juan Reynoso
El ahora exentrenador de la selección peruana no se fue por la puerta grande. La inconformidad con el trabajo Reynoso se trasladó de las tribunas a los directivos de la Federación Peruana de Fútbol y quien había dado la bendición para su contratación, Juan Carlos Oblitas, terminó por bajarle el dedo. Sin embargo, el largo tiempo que tardó la renuncia de Juan Reynoso se tradujo en desesperación para el hincha.
Y es que hasta que el ‘Cabezón’ no diera su paso al costado, la FPF no podía negociar a su reemplazo y el tiempo no jugaba a favor. Jorge Fossati, campeón con Universitario, tenía contrato con el club crema hasta el fin del 2024 y sería el técnico del centenario merengue, pero hasta que Reynoso no se fuera, no había planes de iniciar las negociaciones.
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Desde el 21 de noviembre, fecha en que el empate ante Venezuela hizo que se tomara la decisión de prescindir de los servicios del ‘Ajedrecista’, hasta el 13 de diciembre en que finalmente se hizo oficial la renuncia, muchas cosas se dijeron: desde que se aferraba al cargo por razones monetarias, hasta que quería, por lo menos, llegar a dirigir la Copa América 2024.
Se habló mucho del contrato y lo mal elaborado que estaría, o de la inexistencia de alguna cláusula de rescisión que permitiera a la FPF diluir este acuerdo de forma unilateral por malos resultados (muy malos en este caso), pero al final todo llegó a buen puerto, en lo que cabe. Según el representante de Reynoso, la demora era causada por una convicción del entrenador de que su trabajo, a largo plazo, daría sus frutos. Pero en la Videna paciencia no había.
La salida de Reynoso hizo que las aguas se calmen un poco, sin embargo, la tormenta volvió luego de ciertas declaraciones de una de sus hijas, que habló de muchos temas pero nada de fútbol, mucho menos un atisbo de autocrítica, algo similar a lo que hacía su padre en cada conferencia de prensa postpartido (muchas veces perdido).
Un año triste y truculento, sin duda, para la selección peruana, que buscará revertir lo poco que se avanzó (o se retrocedió) el próximo año con nuevos retos a cargo de Jorge Fossati. Con una Copa América en el futuro y más fechas de Eliminatoria para afrontar, la blanquirroja deberá resurgir de sus cenizas una vez más para no alargar varias décadas su ausencia en los mundiales. Obviamente, sabiendo lo mal que hicimos este año, podemos aprender y saber afrontar el siguiente, es así como se crece ¿verdad?
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