Por Leonardo López, segundo vicepresidente de la Cámara de Comercio de Lima
Como señala Omar Narrea, investigador del Centro de Estudios sobre China y Asia Pacífico de la Universidad del Pacífico, la inminente puesta en marcha del puerto de Chancay, que hará del Perú un hub portuario en el ámbito del tráfico de mercancías entre Asia y América del Sur, no solo debe implicar ello, sino que, como ha ocurrido con otros países asiáticos (Malasia, Tailandia y la misma China), debe ser el impulsor del desarrollo productivo e industrial del país.
Empero, para que ese anhelado desarrollo industrial sea realmente posible de cara a la próxima inauguración del Puerto de Chancay, es necesario que el Congreso de la República concluya con el debate y aprobación de dos proyectos de ley absolutamente estratégicos para el efecto; nos referimos al proyecto de Ley de Zonas Económicas Especiales (N.o 293/2021-CR presentado por el congresista Salhuana, actual presidente del Congreso) y al proyecto de ley sobre el Régimen de Elaboración, Manufactura, Maquila y Almacenamiento -REMA- (N.o. 7065/2023-CR presentado por el congresista Carlos Anderson).
Ambos proyectos de ley buscan crear las condiciones para que el Perú, aprovechando su ubicación geográfica así como la infraestructura logística que viene implementando, se torne en un centro de desarrollo y encadenamiento industrial en América del Sur.
El proyecto sobre zonas económicas especiales recoge las mejores experiencias de los países que vienen explotando con éxito estas zonas de tratamiento aduanero y tributario especial con el propósito de atraer la inversión extranjera en sectores con alta demanda laboral, como es el caso de Costa Rica, Uruguay o República Dominicana; el proyecto propone un esquema moderno de zonas francas en las que estas se constituyen en verdaderos desarrollos inmobiliarios industriales privados, que ofrecen a los usuarios que adquieren títulos en tales espacios, la posibilidad de llevar a cabo una nueva actividad industrial o de servicio, gozando de un espacio liberado de aranceles y de un régimen tributario promotor, a cambio de la inversión en capital y en la generación de puestos de trabajo.
El segundo proyecto (el REMA) replica el sistema mexicano que ha hecho posible el gran desarrollo industrial de dicho país sobre todo en la industria automotriz. En ese sentido, el proyecto del REMA plantea hacer del Perú una plataforma de exportación de servicios de manufactura, maquila y elaboración por encargo, permitiendo que empresas del exterior encarguen la elaboración de sus productos a empresas peruanas de servicios. Para tal efecto, el proyecto recoge en un solo régimen, mecanismos ya existentes, como es el caso de la admisión temporal de los insumos y materias primas necesarias para producir los bienes, dispone también la posibilidad de abastecerse localmente de tales mercancías así como el almacenamiento en el Perú de los bienes producidos para la colocación por sus propietarios (las empresas del exterior que encargan la fabricación o maquila) en los mercados del mundo, sin que ello implique para el citado titular de dichos bienes, la generación de un establecimiento permanente en el Perú ni la generación de rentas de fuente peruana, tal como lo precisa un informe de la propia Sunat.
De cara a la próxima cita de la APEC donde se encontrarán en nuestro país los líderes de las economías más importantes del mundo así como los CEO de empresas trasnacionales, esperemos que ambos proyectos hayan sido ya aprobados para poder mostrar las oportunidades de inversión que ofrece el Perú; esperemos que los congresistas no dejen de correr la ola y dejen de pasar esta gran oportunidad para el país.