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Cuando una crisis se toma como una oportunidad: Rubén Sánchez, el CEO de Pastelería San Antonio cuenta el secreto de la reinvención [ENTREVISTA]
El gerente de la empresa contó a Perú21 cómo se hizo para no optar por los despidos, bajar los sueldos y dejarse atrapar por la angustia. Hoy son un mini market, y esto apenas comienza.
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Pastelería San Antonio se convirtió en minimarket. (Foto: Facebook)
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¡Adaptarse o morir! Pastelería San Antonio sorprende con su cambio de rubro para sobrevivir a la crisis del coronavirus. (Twitter)
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¡Adaptarse o morir! Pastelería San Antonio sorprende con su cambio de rubro para sobrevivir a la crisis del coronavirus. (Twitter)
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¡Adaptarse o morir! Pastelería San Antonio sorprende con su cambio de rubro para sobrevivir a la crisis del coronavirus. (Twitter)
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¡Adaptarse o morir! Pastelería San Antonio sorprende con su cambio de rubro para sobrevivir a la crisis del coronavirus. (Twitter)
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Pastelería San Antonio se convirtió en minimarket. (Foto: Facebook)
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Pastelería San Antonio se convirtió en minimarket. (Foto: Facebook)
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Pastelería San Antonio se convirtió en minimarket. (Foto: Facebook)
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CEO de la Pastelería San Antonio, Rubén Sánchez.
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Rubén Sánchez tuvo miedo, pero no se dejó vencer. A los 42 años, el administrador de empresas -que ha pasado por empresas como Backus y otras de bebidas de consumo- se enfrentó al tremendo reto de mantener a flote y por encima a San Antonio en medio de la crisis generada por el coronavirus. Lejos de paralizarse y de adoptar medidas radicales contra sus 700 colaboradores, la salida fue reinventarse. Y lo ha logrado. En la era de redes sociales, San Antonio nunca había sido tendencia en redes sociales. La noche del jueves y hoy viernes, está en trending topics y los comentarios son positivos, algo que una marca difícilmente consigue.
El CEO de San Antonio está feliz con los resultados del mini market que hoy son y del impacto más que favorable. Lo resume en esta palabras: “Estoy alucinado. El poder de la marca San Antonio es brutal. La gente lo extraña, extraña el sentimiento San Antonio". Para Rubén -que este viernes, Día del Trabajo, estuvo en el local de Angamos-, cuenta que no pierde la esperanza de ver los locales nuevamente como cafeterías. Sabe que llegará el día. Sus dos hijos, que son menores, son lo más contentos de ver a papá en los medios contando su experiencia.
Es el segundo gerente general que no es de la familia. Lleva dos años en San Antonio, y está plenamente identificado con la marca. Conversar con Rubén Sánchez es recibir una dosis de optimismo, en días complicados para el Perú.
¿Cómo se hizo este proceso de reinvención?
-En realidad el proceso de la reinvención no fue difícil, nosotros de alguna manera hemos sido bodegas desde el inicio. San Antonio se remonta a la llegada de la familia materna (hace 100 años) de los fundadores de San Antonio, que fundaron una bodega en Ica y cuando los hijos se casan y forman una familia, se llama Panadería San Antonio… Nosotros de alguna manera empezamos con bodegas también en Lima y es por ello que tenemos la autorización para el rubro. Ya después fuimos incorporando panadería, pastelería y otros elementos. Nuestra política de ser una empresa es bastante conservadora, tenemos una posición de caja sólida y de alguna manera hemos pasado varias crisis que no nos han agarrado mal. Sin embargo, el hecho de estar cerrados tantos días es un proceso insostenible. Ni la mejor empresa del mundo lo puede hacer. Entonces, ya de un tiempo a estar parte, en los últimos 30 días, los accionistas han estado inyectando mucho capital para poder sostener no solo el pago de trabajadores sino también el pago a los proveedores.
¿En ningún momento se afectó el pago a los trabajadores?
-Cero, en ningún momento.
¿No se les bajó el sueldo, por ejemplo?
-No, en absoluto. San Antonio se debe a su servicio, tenemos empleados, pasteleros, horneros, mozos y más, que tienen entre 30 y hasta 40 años trabajando con nosotros. Imagínate perder a esa gente. Es perder nuestra ventaja competitiva, es perder familia. Ellos prácticamente han fundado el negocio. Entonces no fue una decisión difícil, fue muy fácil para los accionistas apostar todo para que sus empleados sigan recibiendo su sueldo. Tenemos 700 trabajadores.
LOS CLIENTES HAN RECIBIDO CON ENTUSIASMO LA PROPUESTA
Pero, ¿cómo manejaron el efecto de la baja de ingresos? ¿Hubo miedo por el negocio?
-En un principio, como todos, estábamos nerviosos, asustados pero eso claramente fue cambiando conforme pasaron los días. Esos nervios por el contagio se convirtieron en nervios porque la empresa fracase, se quede sin dinero. Automáticamente ellos (los accionistas) nos autorizaron a pedir que evaluemos nuevas alternativas para que el negocio siga generando. Tú sabes que siempre nos hemos comunicado con mucha confianza, con mucha horizontalidad con ellos, entonces venían sabiendo cómo iba la empresa. Cuando les propusimos este nuevo modelo de negocio o regresar a modelo de negocio inicial, no hubo ningún problema. Automáticamente se declararon voluntarios y separamos al grupo de riesgo para que no se exponga.
¿No han abierto todos los locales?
-Solamente implementamos el de Angamos como módulo de prueba. En algunas semanas estaríamos abriendo las nuevas tiendas.
¿Regresará el modelo anterior en algún momento?
-Por supuesto (regresar al modelo anterior) De hecho no hemos dejado de vender productos relacionados a la pastelería, lo que pasa es que nosotros aplicamos verticalmente nuestro proceso productivo. Entonces controlar la producción pero sobretodo las medidas sanitarias se hace más fácil. Produces y al toque se vacía ... No hay más manipulación que exponga a los alimentos a la contaminación. Y hay una gran confianza de que no estamos exponiendo a nuestros clientes. Regresar al modelo anterior al corto plazo dudo mucho que suceda. Lamento ser pesimista, pero yo creo que esta situación nos va acompañar con estas características de servicio por lo menos hasta fin de año. En el peor escenario yo creo que nos va acompañar hasta mediados del próximo año.
Los clientes los han recibido muy bien.
-No solamente nos han recibido bien y con ilusión. Además están aceptando mucho esta situación en la que se debe hacer colas y seguir un proceso para ingresar a la tienda que son por decirlo menos, tedioso, pero es un problema genérico.
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San Antonio no tiene una gran exposición en medios, y menos en redes sociales. ¿Cómo se tomaron esta respuesta?
-Somos una empresa familiar y somos sumamente tímidos con nuestra exposición en los medios, claramente esto ha zamaqueado las bases del negocio pero nos ha dado una lección, así como la lección fue transformarnos rápidamente para que el negocio no caiga, hemos aprendido que hoy si no comunicas o no te expones a una comunicación tan masiva posiblemente la gente ya no se acuerde de ti. Nos ha caído como un baldazo de agua fría pero nos ha gustado.
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¿Qué recomendación daría a las empresas que en estos momentos están pensando en cerrar, en despedir personal o tomar drásticas medidas con los trabajadores?
-Yo creo que lo mejor que puedo recomendar es que se comuniquen con mucha transparencia con sus equipos de trabajo. Los colaboradores hoy están muy informados, y eso es bueno. Claramente siempre han sido muy inteligentes y tienen un nivel de inteligencia o de conocimiento como los financieros, y pueden ser totalmente empáticos si uno los haces participar en las finanzas de la compañía. En este momento hay que compartir no solamente las perspectivas incluso si son negativas o positivas. Y, por supuesto, hay que hacerlos participar en la empresa … Al tener un equipo tan grande se puede lograr muchas cosas que el dueño solo no podría.
Hay una sensación de depresión y angustia en los peruanos. ¿Qué hacer?
-Aprovechar este tiempo para estar en familia y juntos trazar el futuro. Es un tiempo muy rico para planificar el futuro juntos.
Sabía que...
En octubre de 1959, don José Vila y don Emilio Fernández, dos amigos españoles, junto a un equipo de maestros artesanos peruanos abrieron las puertas de la Pastelería San Antonio.El primer local se inauguró en Magdalena del Mar, en la calle Rocca de Vergallo 201.
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