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Fernando Eguiluz, CEO BBVA Perú: “Fui cajero, me la creí y dije: ‘Yo tengo que seguir creciendo’”
Es el CEO del BBVA Perú y acaba de publicar ‘1 en un millón. Gestiona tu vida con éxito’ (Planeta). Advierte que no es un libro sobre la gloria empresarial ni la fórmula secreta para volverse rico; se trata de la confianza en uno mismo. Perú21 entrevistó a Fernando Eguiluz.
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Luce un saco oscuro, camisa blanca y una corbata celeste, que hace juego con el traje azul de motociclista que lleva de la cintura para abajo. Su mano derecha hace un puño y en la izquierda lleva un casco. Es Fernando Eguiluz en la portada del libro 1 en un millón. Gestiona tu vida con éxito (Planeta, 2023), del cual es autor. Mexicano, ingeniero industrial y, desde 2019, CEO del BBVA Perú. Pero también es aficionado al motociclismo, automovilismo, kartismo.
Advierte que no es un libro sobre el éxito empresarial ni la fórmula secreta para volverse rico. Se trata de la confianza en uno mismo partiendo de su viaje personal. El 100% de las regalías del libro va para el programa Leer es estar adelante de la Fundación BBVA. “Hemos ayudado a más de 150 mil niños, entre tercero y sexto de primaria, a trabajar en su comprensión lectora. Eso me motiva muchísimo”, dice.
Fernando Eguiluz se rompió dos veces un brazo y una pierna haciendo motocrós. También fracasó en su primer emprendimiento a los 18 años. ¿La actividad empresarial es como correr en una moto? En ambos hay riesgo, velocidad, acción y adrenalina; también hay evolución: instinto, adaptación, estilo y madurez; y a la vez reflexión, pensar en estrategias para, de ser necesario, ir más rápido.
-En el libro narra que es el mayor de 10 hermanos y que se llama como el abuelo y el padre. ¿Diría que casi nació con la misión de ser líder?
Es un honor llamarte como el abuelo y el padre. Es una manera de llevar emociones familiares importantes, que también representa grandes desafíos y oportunidades.
-En algún momento debe haber sido casi un segundo padre.
Con mi hermana la más chica –le llevo 18 años– me tocó la oportunidad de inclusive llevar a mi mamá cuando nació; y en algunos momentos de los primeros años de mi hermana venían estas confusiones de si yo era el papá. Yo ya trabajaba y me ponía saco y corbata.
-¿A los 18 años en qué trabajaba?
Estaba en la universidad y con algunos emprendimientos, y trabajos con mi papá. Estaba en un emprendimiento de agua purificada en botella, que en esos años no era común. Las experiencias van siendo oportunidades para ir construyendo el camino hacia el éxito.
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-¿El éxito es una meta?
El libro no solo se trata de una historia de éxito. Si fuera un libro de historias de éxito, seguro no aportaría prácticamente nada, y lo más seguro es que cualquier lector diría que eso no es cierto, porque hay altibajos, hay fracasos, hay pruebas y no todo es miel sobre hojuelas. El éxito es saber aprender de los fracasos, saber ver las oportunidades, saber construir sobre las oportunidades y trabajar para que esas cosas sucedan.
-¿En qué momento le ha tocado fracasar?
Uy, en muchísimos momentos. Uno que pongo de manifiesto en el libro es en los primeros emprendimientos, como el del agua: al final nos cerraron el negocio por no haber tenido todos los requerimientos de salubridad. Los aprendizajes de vida canalizados de manera positiva no hay que verlos como fracasos sino como una experiencia para no cometer el mismo error.
-¿Tal vez debemos usar menos las palabras fracaso y éxito?
Deberíamos utilizar mucho las palabras experiencia, aprendizaje y oportunidades.
-Porque me da la impresión de que vivir pensando en el éxito y el fracaso es vivir en una paranoia constante.
Hay que reconocer que las cosas no siempre pasan como deseamos. Por ello tenemos que ser fuertes, resilientes y tener una alta capacidad de control para convertir la frustración en oportunidad. Creo que también es muy importante tener siempre un plan b, que a lo mejor no lo vamos a usar, pero siempre tener un plan b te da la tranquilidad de saber que hemos pensado en más de una manera de llegar a los objetivos, y sobre todo poder estar preparados para las eventualidades que se nos presentan todos los días. Lo único que siempre será constante es el cambio. Pero lo más importante es no dejar de soñar y hay que ser optimistas siempre. Y hay que buscar tener un impacto significativo en la vida de las personas. Siempre plantearnos nuevas formas de hacer las cosas. Todos los días tenemos que aprender, por lo menos, una cosa.
-¿El empresario de hoy es diferente al empresario de ayer, cuando usted empezó?
Los colaboradores son el recurso y activo más importante de las organizaciones. Hay que estar cerca, cultivarlo, quererlo, ser empático, hay que mostrarnos como somos. Los líderes tenemos que entender a los jóvenes, entender qué les gusta, entender cómo interactuar, entender cómo motivarlos, y esto no es por decreto sino por estar trabajando de la mano con tus equipos y que te vean como eres.
-¿A alguien que empieza un negocio qué se le puede decir?
Hay que tener una idea de corto, mediano y largo plazo. Me encanta el Perú por el nivel de emprendimiento: el 85% quiere salir adelante, quiere poner un negocio. Esas ganas de triunfar que tiene el país hay que canalizarlas de manera positiva.
-En el libro usted dice que lo más importante es confiar en uno mismo. ¿Cómo lograrlo?
Creyéndotela.
-¿Pero cómo si soy nuevo?
Yo me la creí. Fui asesor de servicio, fui cajero, me la creí, y dije: “Yo tengo que seguir creciendo en estas organizaciones. Tengo que poder”. Y este sueño de un recién graduado, hoy es una de las máximas alegrías que tengo: ser el CEO de este gran banco, en este gran país. El otro día alguien me decía: “Yo quiero ser millonario”. Le dije que por más que se la crea, no lo va a ser; es diferente que me diga: “Tengo esta idea, quiero ponerla en práctica, porque como un colateral de mi plan de trabajo, me va a dar una remuneración o voy a obtener dinero que no hubiera pensado”. Hay que dar pasos de corto plazo.
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-Si empezó como cajero, se podría deducir que usted no provenía de una familia acaudalada, de ‘gran’ apellido. ¿O sí?
No. Familia trabajadora, emprendedora, luchona y con ganas de salir adelante.
-Se pensaría que al ser CEO ya lo logró casi todo.
Quiero seguir transformando el sistema financiero peruano. Quiero seguir aportando a la sociedad peruana. Quiero seguir ayudando a los empresarios, microempresarios, pymes. Quiero que cada día más colaboradores sigan cumpliendo sus sueños, sigan creciendo en la organización. Que al final, cuando me tenga que ir del país, me recuerden con alegría, como alguien que les dejó algo.
AUTOFICHA:
- “Soy Fernando Eguiluz Lozano. Tengo 51 años. Nací en la Ciudad de México, pero me crie en Monterrey toda mi vida. Estudié Ingeniería Industrial y de Sistemas en el Tecnológico de Monterrey. Y ahora me encantaría escribir otro libro”.
- “Espero en un futuro poder escribir otro libro, pero más que escribir por escribir, tengo que encontrar el propósito y buscar qué quisiera transmitir, para que verdaderamente la gente le encuentre el valor de lo que quiero transmitir”.
- “Quiero agradecer a Carlos Torres, el presidente de BBVA. Tuvo la gentileza de haber escrito el prólogo del libro; agradecerle su confianza. Invito a todos los lectores a que compren el libro, pero no por Fernando Eguiluz sino por los niños de la Fundación BBVA”.
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