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Hace falta un liderazgo conciliador
“Lamentablemente los dirigentes de Fuerabamba, como en la mayoría de las protestas, siguen un libreto determinado por agitadores profesionales que son reconocidos plenamente por las autoridades y que tienen éxito ante ausencia de liderazgos”, afirma Jaime Polar experto en minería.
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Jaime Polar Paredes, experto en minería
El incremento de los conflictos sociales en nuestro país, según la Defensoría del Pueblo, aumentó en un 7% desde que se inició el gobierno del presidente Pedro Castillo. Conflictos que cada vez son más violentos y que atentan directamente contra la propiedad e inversión privada de una actividad fundamental para la economía de nuestro país: la minería.
El foco de atención estuvo primero en Cuajone, donde se evidenciaron actos vandálicos contra el abastecimiento de agua para la población, y ahora es el turno de Las Bambas donde lamentablemente no se han podido lograr acuerdos con la comunidad. El desalojo realizado hace un día fue el detonante para que la situación escale hacia lo incontrolable. Es realmente inaceptable que los comuneros ingresen a la planta concentradora y causen daños irreparables a la propiedad privada - ya suman casi treinta - sin que los efectivos policiales puedan impedirlo.
Lamentablemente los dirigentes de Fuerabamba, como en la mayoría de las protestas, siguen un libreto determinado por agitadores profesionales que son reconocidos plenamente por las autoridades y que tienen éxito ante ausencia de liderazgos. Ante este complicado escenario es primordial reforzar con profesionales de primer nivel al Viceministerio de Gobernanza Territorial del Perú y a la Secretaría de Gestión Social y Diálogo de la PCM. Esta dependencia del Consejo de Ministros tiene una complicada tarea que exige estrategias de mediano y largo plazo, sin duda alguna, pero que no deben descuidar los conflictos activos en el sur andino.
Por otro lado, los funcionarios del Ministerio de Energía y Minas deben ejercer un liderazgo conciliador, basado en el diálogo y no en la confrontación. Lo inmediato es generar confianza a la hora de asumir nuevos compromisos y honrar los pasados.
El rol de la minería formal ha virado sus objetivos hacia el cambio climático, la transición hacia una economía verde, sostenibilidad ambiental y armonía social. Es una actividad auditada por los entes reguladores de nuestro país y que genera divisas importantes para la economía peruana. No hay lugar para incumplir lo establecido por las leyes peruanas. A diferencia de la minería ilegal, las empresas autorizadas por el Estado Peruana generan canon para las regiones y pagan altos impuestos. Mantener su vigencia es una tarea de todos.
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