El anuncio de fusión de ministerios del mensaje de 28 de julio parece bien intencionado, pero puede terminar siendo un gran error. Sí, urge una simplificación del Estado, reducir su tamaño y hacerlo más eficiente, pero ello requiere una estrategia –técnica y política–, lo cual parece no ser el caso.
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Un Ministerio de Infraestructura tiene sentido para ordenar los organismos de obras públicas que se encuentran en diferentes ministerios. Pero no puede ser solo la unificación de estas entidades, sino que se requiere simplificación y reingeniería de procesos. Los problemas de hoy requieren mejor planificación, gestión y ejecución. No es un tema de dinero, sino de invertirlo eficientemente en obras para la población. ¿La creación del ministerio hará una diferencia? Esta reforma, además, implicaría retraso o paralización en la ejecución de obras y hoy no podemos parar la máquina.
Peor aún, lo que sí es un anuncio improvisado sin discusión técnica alguna es lo que sería la fusión del Ministerio de Producción y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
La creación del Mincetur en 2002 implicó tener una visión país en la integración del Perú al mundo y posicionar al turismo como política de Estado. Tanto el Plan Estratégico Nacional Exportador (Penx) como el Plan Estratégico Nacional de Turismo (Pentur) han sido instrumentos exitosos que deben servir de ejemplo en el sector público.
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En comercio exterior, Mincetur ha liderado los 20 acuerdos de libre comercio que hoy tenemos con 58 países. Entre 2002 y 2023, las exportaciones se multiplicaron por 8, pasando de US$7,665 millones a US$64,355 millones, y en 2024 tendremos un récord histórico. Mincetur, además, es un ejemplo de tecnocracia, meritocracia y trabajo articulado con el sector privado.
En turismo, entre los años 2002 y 2019, la llegada de turistas internacionales pasó de 1.1 millones a 4.4 millones. El turismo genera divisas y empleo, y se ha convertido en un motor de desarrollo descentralizado. Hoy sector público y privado trabajan en la recuperación del turismo con una activa campaña de promoción liderada por Promperú. Es el peor momento para hacer cambios.
En suma, el Mincetur ha sido un punto de inflexión para el impulso del libre comercio, el desarrollo exportador y para convertir al turismo en un catalizador de desarrollo en las regiones. ¿Por qué destruir una institución que a todas luces solo ha traído éxitos al país?
Señora presidenta, están cometiendo un tremendo error. Esperemos se dé marcha atrás.
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