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Leslie Pierce: “Perú desperdicia 9 mllns. de toneladas de alimento” [CENTRAL]
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Su familia y el mar. Cuando Leslie Pierce habla sobre ambos, sonríe. También lo hace, pero con mayor seriedad, cuando menciona que la empatía es un elemento clave para que la sociedad y las empresas se complementen. Y un ejemplo de empatía podría ser su actividad como presidente del Banco de Alimentos del Perú (BAP), que busca evitar que las empresas desperdicien productos que pueden evitar el hambre en personas con pocos recursos. Una de sus últimas iniciativas es el Producto Solidario, lanzado con Don Vittorio, pero las acciones del banco son mayores. Pierce las explica.
¿Cuál es la realidad del Perú respecto al aprovechamiento de alimentos?
En el Perú hay mucho desperdicio, a todo nivel. Existen muchos productos de consumo que pierden su fecha de valor o que tienen que ser relanzados o recogidos del mercado, pero que están bien y siguen teniendo un importante valor nutritivo. Sin embargo, las empresas han estado acostumbradas a destruirlos. La legislación tributaria obligaba a que eso sucediese. Hoy esa legislación ha cambiado.
¿Cuántas toneladas se pierden en el Perú cada año?
En el Perú se desperdician nueve millones de toneladas de alimentos.
¿Y qué tipo de empresas se han sumado a esta iniciativa?
Hay muchas empresas de consumo masivo que están entendiendo el sistema y el rol que cumple el BAP. Los productos que son donados, el banco los distribuye prácticamente en el día. Por ejemplo, en Cencosud, cuando hay productos agrícolas disponibles en buen estado, el BAP los recoge y los redistribuye gratuitamente. Son productos perecibles, como papas, que tienen que cambiar porque luego necesitan otros con la frescura del caso. El BAP tiene voluntariado en el canal moderno (supermercados) y en el Mercado Mayorista.
¿Hay aportes de empresas que no vienen del rubro de alimentos?
La ayuda se da en todos los segmentos. Somos un vínculo entre el que tiene hambre y el que produce. Toda esta labor necesita crecer y escalar a nivel nacional. Hay formas de contribuir a nivel económico o con su tiempo, como voluntarios, y el Banco los recibe. Estamos trabajando con más de 200 instituciones de bienestar social que tienen a niños, población de edad mediana y ancianos que padecen de hambre.
¿A qué regiones han llegado?
Inicialmente no nos damos abasto para Lima, que es sumamente grande. Sin embargo, tenemos acciones hechas en Piura, Puno, Cusco, Abancay. Trabajamos con auspicios, organizaciones como iglesias, asilos, colegios, entre otros. Armamos algo así como lotes de productos que permiten crear raciones diarias en el desayuno, almuerzo y cena para más de 65 mil personas.
¿Cómo han cambiado las empresas locales en la adopción de buenas prácticas respecto a otras de Latinoamérica?
Hoy, las empresas que poseen más valor son las que tienen un propósito. Estas son entendidas por los consumidores como buenas empresas. Hoy existen empresas que están buscando operar con un concepto de sostenibilidad, siendo responsables con el medio ambiente y la sociedad, y no solamente con vender y lucrar.
¿Qué ha impulsado este capitalismo consciente?
Soy alguien que cree que hacerlo (involucrarse con la sociedad) es una responsabilidad de la empresa. No hacerlo significa desaparecer en el tiempo con el sistema. Además, al generar valor en la sociedad, el sistema se fortalece, crece y beneficia a la misma empresa. En Europa y EE.UU. esta actitud es algo del día a día. En el Perú nos estamos desarrollando, pero ya hay empresas como Alicorp y Cencosud que ya tienen estos conceptos interiorizados.
¿Cuál es el principal cambio en el sector empresarial peruano en los últimos 10 años?
Este es uno: el concepto de la responsabilidad. Yo salí del tiempo del primer gobierno de Alan García, que fue un desastre. Salíamos de un país desprotegido. Hoy existe libre mercado, libre competencia y el gran cambio en verdad se da cuando las empresas peruanas empiezan a dejar de mirar la producción y se orientan hacia el consumidor como concepto. Al mirar al consumidor, atienden a un ser humano que consume y compites dándole el mejor producto y precio.
¿Cuál es el principal reto del sector privado en el Perú?
Tenemos grandes empresas, pocas pero que producen un montón, y millones de pequeñas empresas. Estas últimas viven aprovechándose de un concepto, que es la mano de obra barata. Perú lo que necesita es tener muchísimas empresas medianas y estas pequeñas deberían convertirse en medianas porque van a terminar siendo formales y pagando mejores sueldos. Eso le conviene al país para que se consolide la clase media. Y ese es el problema del Perú: ha crecido, ha formado una clase media que no tenía hace 25 años, pero aún no está consolidada.
¿Ha permitido la informalidad que no se vean situaciones como la de Chile?
Ese es un caso distinto. Chile tiene un mercado chico, con empresas maduras que están en un mercado pequeño. Es muy difícil poder crecer en Chile, que es la mitad del mercado peruano. El Perú, por otro lado, tiene un mercado más grande y una clase media en formación; la de Chile ya está consolidada. El problema de Chile es de clase media. Es esta la que no puede llegar a fin de mes si no se endeuda. El ingreso per cápita en Chile es cercano a US$20 mil al año. Acá estamos en US$7,500, pero tenemos el bono demográfico. Son personas de entre 20 y 50 años, y aún tenemos ese bono para seguir hasta 2038 aproximadamente (…). Aquí, en el Perú tenemos ineficiencias, porque la informalidad te lleva a la ineficiencia. Si pudiéramos ser más eficientes, menos informales, y pagar mejores salarios, ese sería el camino a seguir.
AUTOFICHA
-“Soy economista, he crecido con una experiencia grande en el mundo corporativo. He sido gerente general de Alicorp, por 20 años, hasta 2011. Estoy vinculado al mundo corporativo por medio de directorios y soy muy preocupado por el bien social del país”.
?-“Me gusta el mar, me gusta correr tabla, me gusta jugar tenis y me gusta mi familia y la tranquilidad del hogar. Creo que la relación entre el que produce y el que consume es una relación de empatía y respeto. Nosotros producimos lo que el otro quiere”.
-“Una empresa que engaña, indicando en su etiqueta algo que no tiene, va a pagarlo en el tiempo. Cuando el consumidor se percate de ello, le pondrá la cruz y dejará de consumirla. Cuando una compañía tiene propósito y hace acciones de sostenibilidad, es aceptada y admirada por la sociedad”.
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