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María Rosa Arrarte: “Tenemos que ser el cambio que queremos ver; si no, la indolencia gana”
Lidera la organización Turismo Cuida, que agrupa a empresas comprometidas con el medioambiente. Perú21 entrevistó a María Rosa Arrarte.
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De la ventana del copiloto volaban desperdicios. En un auto habían decidido limpiar la guantera y que la pista sea el basurero. María Rosa frenó en seco en medio del tráfico de las 8 de la mañana en la Plaza San Martín. Puso sus luces intermitentes y bajó de su vehículo. Recogió la basura tirada en la pista, se acercó al auto y le dijo —aún serena — al copiloto: “Creo que esto se le ha caído”. A continuación, agregó —y levantó la voz—: “Porque no puedo pensar que usted está botando esto y quiere vivir en un chiquero; por favor, bótelo en su casa”.
Su padre era así. Siempre con una mirada comprometida. Visión con la que fundó en 1956 Lima Tours, de las primeras empresas de turismo en el Perú. Y hoy, la hija, María Rosa Arrarte, lidera Turismo Cuida, asociación sin fines de lucro conformada por empresas responsables y comprometidas con el territorio turístico en el que intervienen, con una mirada de sostenibilidad del medioambiente, a través de proyectos como ReCusco o el Plan Wallata en Ollantaytambo.
Los recuerdos de su primer viaje en el Perú están impresos en unas fotografías en blanco y negro. Tenía 8 años de edad y en una imagen sale con sus padres en el aeropuerto cusqueño; otras imágenes la retratan en el tren y en Machu Picchu. En el Cusco de 1969.
¿Turismo Cuida es como una cúspide después de lo trabajado desde el turismo y la gastronomía?
Yo tengo la inmensa suerte de haber nacido en una familia enamorada del Perú. Este gran enamoramiento, a nivel pasión, hizo que desde chica tuviera la suerte de hacer viajes por el Perú y conocerlo mucho siempre con cosas típicas. Es importante criar así porque te da un sentido de pertenencia e identidad.
Su padre tuvo una gran visión para fundar una empresa de turismo en la década del 50.
La verdad que sí. Pero fue su enamoramiento del Perú y, ojo, él no nació acá, sino en Guayaquil. Cuando conoce Lima se enamora y dice “acá me quedo”, a sus 18 años. Y su labor siempre fue de preservar. Habló con María Reiche y le dijo “¿qué necesita?”, “¿cómo la apoyamos para seguir cuidando las Líneas de Nasca?”. Pasó lo mismo con el Señor de Sipán y Walter Alva. A Ruth Shady la creían loca cuando hablaba de los años que tenía Caral y nosotros le dimos oficina hasta que el gobierno le asignó un pequeño presupuesto. Siempre siendo conscientes de que se puede crear polución turística. Siempre insistimos que nuestro país no era el destino adecuado para tener turismo masivo. Había que venderse como un país sumamente interesante, uno de los más ricos del mundo, lo que hemos sostenido siempre.
¿Su padre tenía consciencia de eso desde el inicio?
Para él, Perú era uno de los más diversos del mundo y mientras más conocía otros países, más confirmaba esa idea. Siempre le apenó, sin embargo, que no se aquilatase lo suficiente la actividad turística. Hoy España es la mayor fuerza turística en el mundo, ya pasó a Francia e Italia.
¿Qué hacen ellos que no hacemos nosotros?
Olvídate. Siempre hemos sido vistos como la cenicienta. Es más, el turismo no es una política de Estado, la minería sí lo es. Y es una actividad transversal. Por ejemplo, en Turismo Cuida una de las cosas que hemos querido hacer desde el inicio es que se mejore la pista del Valle de Urubamba; sin ir muy lejos, mi hermano perdió la vida en un accidente en esa pista, justo él iba a hacer una presentación de Turismo Cuida, porque él fue el fundador y primer presidente y tuvo la idea de unir a empresas que normalmente son competidoras en función de un enfoque para lograr un bien común. Entonces, en Turismo Cuida nos juntamos operadoras, hoteles de la importancia de los Belmond, Aranwa y más. Todos con el objetivo común de ayudar a quienes más lo necesitan y desarrollar un turismo responsable. En los primeros años se logró 14 proyectos y nos dimos cuenta de que era importante ir más a fondo, hacer algo más estructural.
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¿Al usuario también le corresponde ser parte del turismo sostenible?
No existe consciencia del usuario. Una pata es el gobierno local, que te debe dar facilidad para que botes tu basura y separada; pero si eso no hay, debes tener tu propia bolsita. Tenemos que ser el cambio que queremos ver. Si no, imagínate, la indolencia es la que gana, el desorden gana y como el Gobierno no lo hace, yo tampoco lo hago. Somos privilegiados de haber nacido en un país que creemos que es quizás el más rico del mundo. Por eso en Turismo Cuida empezamos con ReCusco, porque no había un buen sistema de recojo de residuos en Cusco. Fue tan exitoso que ha ganado premios, entre ellos uno de Naciones Unidas. Es importante involucrar a las comunidades, de qué sirve el turismo si no va a significar una mejora para las comunidades, que están tan olvidadas, donde la brecha lamentable que existe es inmensa. Lo que buscamos es articular y encontrar donaciones en el extranjero para abarcar más proyectos. Hoy tenemos 11 miniproyectos desarrollados buscando donantes. Estamos trabajando con cinco comunidades y hemos logrado grandes cambios y mejoras. No maquillamos las cosas para que el turista lo vea mejor. Nos dedicamos a ver las necesidades.
¿El turismo sostenible hace más atractivos a los países como destinos turísticos?
Muchísimo más. En los países hay más consciencia. Pero nos falta ser más solidarios.
¿Cuál era el sueño de su padre?
Que el mundo supiera lo que era el Perú.
AUTOFICHA:
-“Soy María Rosa Arrarte Fiedler. Tengo 63 años. Nací en Lima. Me fascinaba trabajar, entonces mis vacaciones útiles desde los 15 años fueron trabajar. Trabajaba en la empresa de mi papá. Acabé el colegio y decidí trabajar en turismo y, como me dijo mi papá, aprender idiomas”.
-“Me fui a Inglaterra un año y saqué mi certificado de inglés. De ahí me fui a la Facultad de Letras en Grenoble y estudié francés y el primer año de la carrera de Traducción, y de ahí me fui a Italia e hice lo mismo. Aunque nunca ejercí como traductora”.
-“Fui socia fundadora de Apega. Soy fundadora y directora del portal El Trinche, que nació hace 10 años para difundir la gastronomía de nuestro país. Actualmente, quiero trabajar más en comunidades, conocer más de cerca las comunidades del país y ver si puedo apoyarlas en distintos temas”.
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