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Perú es el país más económico de la región para comprar medicinas, según informe del BID
En el caso de los medicamentos denominados genéricos puros Perú y Chile "serían los más baratos", en medio del crecimiento de la espiral de precios.
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Latinoamérica es sinónimo de oportunidades para la industria farmacéutica, cuyo valor de mercado casi que se duplicó entre 2008 y 2016 hasta los US$62,800 millones, no obstante, esta expansión no se ha traducido en beneficios para la población que aún padece el espiral de precios de los medicamentos.
Vacíos en regulaciones locales, falta de articulación entre países y precarios sistemas de información que permitan realizar un mejor control, son algunas de las causas que explican los altos costos que aún pagan los ciudadanos y sus sistemas públicos de salud por las medicinas.
En la medida en la que han aumentado los precios de los medicamentos también se ha evidenciado un mayor gasto público en los mismos, según un informe publicado en el blog “Ideas que cuentan” del Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que participan tanto empleados de la entidad como autores externos.
Pese al referido contexto, el país más económico para comprar medicinas "a nivel agregado y en salida de farmacia" es Perú, seguido de México, Argentina, Chile, Colombia y por último Brasil, catalogado el más costoso.
En medicamentos innovadores, Argentina y luego Perú serían los países con menores precios. México y Argentina, a su vez, tienen los precios más asequibles de productos similares o genéricos de marca.
En el caso de los medicamentos denominados genéricos puros Perú y Chile "serían los más baratos".
Altos costos
"El gasto en medicamentos ha aumentado aproximadamente un 12% al año en la región de 2013 a 2017, es decir, cuatro veces más rápido que en América del Norte y seis veces más rápido que en Europa", señala el informe del BID.
El alto costo de las medicinas se ha convertido en un tema de discusión recurrente en los últimos años y de hecho en 2016 los Estados miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) marcaron un precedente al adoptar una resolución en la materia.
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Esta recoge "la preocupación con respecto al costo creciente de los medicamentos y el impacto que está teniendo en los países de la región", explicó a Efe la jefe de la unidad de Medicamentos y Tecnologías Sanitarias de la oficina de la OPS en Washington, la doctora Analía Porras.
Se estima que cerca de 2,000 millones de personas están excluidas de algunas innovaciones farmacéuticas por cuenta del sistema basado en patentes, en tanto que ni los pacientes ni los sistemas públicos logran pagarlas.
El también director del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe (Cods) considera que el modelo ha creado distorsiones en el mercado, lo que se manifiesta en "precios muy altos y poco transparentes" de estos medicamentos como consecuencia de que "no hay información veraz sobre cuánto cuesta efectivamente innovar".
"La forma como hemos solucionado las fallas del mercado con propiedad intelectual en medicina está teniendo problemas y tiene atorada esta máquina de innovación", expuso Gaviria.
Y aunque es "difícil saber si hay brechas en los precios" de los diferentes tipos de medicamentos, según lo afirma a EFE el investigador del departamento de Economía de la Universidad de Chile Aldo González, calcula que "en promedio, y dependiendo del país, los (medicamentos) similares deben tener un precio alrededor de un 30 o 40% más baratos que los innovadores, puede que haya casos en que sea más o menos (...)".
A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, en donde más del 80% del mercado de medicamentos medido por unidades lo componen los genéricos, en Latinoamérica sigue habiendo una preponderancia muy alta de medicinas innovadoras, aquellas que poseen marca y una patente original.
Asimismo, predominan los productos similares, que básicamente son copias de algún medicamento que originalmente tenía la patente y que se comercializan por cuestiones de mercadeo bajo una marca.
Mientras que las medicinas genéricas, que no tienen marca y se comercializan por denominación común internacional, están relegadas por culpa de la desinformación, que ha derivado en desconfianza, y la falta de incentivos para promocionar su adopción por parte de los Estados.
En Latinoamérica, tal y como lo explica la experta de la OPS, se sigue asociando la calidad de los productos a una marca, lo cual es relativo ya que los medicamentos innovadores tampoco "están exentos" de presentar "desviaciones de calidad".
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La desconexión, la falta de mecanismos de cooperación y la heterogeneidad en las políticas de control de precios han generado un corto circuito regional en la regulación de precios.
Gaviria sostiene que hay que "aprender de las lecciones de países como México, que tuvo una política de compras centralizadas que fue eficaz por mucho tiempo", o de Brasil y Argentina que "se distinguen por tener una industria farmacéutica nacional grande que actúa como regulador".
Fuente: EFE
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