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Turismo nacional bajo mayor riesgo con las nuevas restricciones tras la segunda ola
Especialistas del sector Francisco Basili y Carlos Canales hacen una balance de cómo vienen subsistiendo las empresas turísticas estos 10 meses de pandemia.
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Entre las restricciones que dictó hace pocos días el gobierno, quizá la que más afecta a las empresas es la relacionada a los domingos. Según el nivel de contagios de cada región, hay algunas que tienen orden de inmovilización total obligatoria, otras como Lima Metropolitana donde no se puede usar los autos, y otras donde sí se puede salir con normalidad.
A raíz de esto, las empresas de turismo vienen diseñando nuevas formas de hacer paquetes considerando el domingo como un comodín. Por ejemplo, hoteles que ofrecen paquetes de sábado a lunes, o de viernes a lunes, señaló Francisco Basili, presidente de la Asociación Peruana de Turismo de Aventura, Ecoturismo y Turismo Especializado (APTAE).
Sin embargo, precisó que esto se da solo en algunos destinos. “Un hotel con piscina te lo permite, porque es un lugar cómodo. Pero eso solo es un 30% de todos los hoteles, y el otro 70% son más bien tipo hospedajes, que son familias que han invertido en acondicionar su casa para pequeños hoteles. Y tampoco es que se van a quedar 24 horas encerrados en un hotel que no tiene piscina”.
Acotó que en estos momentos, los empresarios turísticos están viendo todas las formas creativas de seguir respirando con el turismo interno que se viene dando por goteo. Aunque no ocultó su preocupación por el impacto de la segunda ola en la industria. Dijo que lo primero es la salud, y saludó que no haya habido una cuarentena total, que hubiese sido fatal.
Sin embargo, subrayó que con las restricciones de los domingos sufren lugares como Lunahuaná o Paracas, donde no se puede salir, y van a tener un retroceso de todo lo que se había avanzado. A diferencia de otras regiones que pueden seguir recibiendo turistas de forma organizada como Machu Picchu.
Básicamente, la costa es la más afectada, y sus playas. Basili confía que se pueda establecer lo que anunció la ministra de Turismo Claudia Cornejo, de trabajar los aforos para que a partir del 31 de enero se pueda ver turismo de playa, ya que todas las playas del norte han empezado a tener cancelaciones, porque los turistas no pueden ni pisar la arena.
“El turismo tiene 13 protocolos publicados de hoteles, restaurantes, transportes acuático, terrestre y aéreo, así como en atención en casinos. Su cumplimiento garantiza el distanciamiento social, la higiene de manos, el uso de mascarillas, o de protectores faciales como corresponde”, señaló el experto. Pero es consciente que no podrá aguantar mucho más, al estar en una economía de supervivencia.
Pero así como se le exige al turismo, pidió que otras actividades como el comercio en mercados también sea controlado. Pidió que en lugar de poner a las Fuerzas Armadas y la Policía controlando las playas, debieran fiscalizar los lugares que no tengan protocolos.
Apuntó que si vamos a exigir debe ser para todos lo mismo. “Que se salga a trabajar contra la informalidad, porque es la que genera caos y aumenta los contagios. La formalidad es lo que nos está dando seguridad de proteger a la población en general”, afirmó.
Resaltó al turismo interno como el soporte vital que tienen las empresas de turismo actualmente, “los peruanos empiezan a conocer otras experiencias turísticas que había en el Perú, de aventura y naturaleza, y eso es bueno, porque ayuda a conectar al turismo nacional con esta industria turística formal sostenible que promovemos en Aptae”, precisó.
SEGUNDA OLA MORTAL
Por su lado, Carlos Canales, presidente de la Cámara de Turismo Nacional (Canatur) refirió que después de 10 meses de cero o mínimos ingresos, esta segunda ola es mortal para la actividad turística. Señaló que esto se debe por un lado a la irresponsabilidad individual de los ciudadanos de no cumplir los protocolos sanitarios, y el error del gobierno de ignorar los focos infecciosos como transporte público, mercados, que no son donde se practica el turismo.
“La única forma de ayudar a sobrevivir a los pocos negocios turísticos que todavía están abiertos y luchando en actividad es que el gobierno busque controlar la pandemia, y que consiga la vacuna lo antes posible, además de ofrecer un rescate financiero a las pocas empresas que siguen abiertas”, argumentó.
Canales propuso medidas extremas por parte del MEF para evitar el cierre de cientos de empresas turísticas. Una de ellas es ampliar de 24 a 36 meses el plazo de gracia de los créditos de Reactiva, porque muchos a partir de abril y mayo van a tener que pagar y no se han reactivado.
Lo segundo, añadió el especialista, es pensar en un Reactiva 3 para inyectar de recursos al sector. Asimismo, pidió impulsar las medidas que ayuden a que el turismo interno pueda activarse de aquí a tres a cuatro meses, porque es posible que hayan medidas de confinamiento más rígidas.
Manifestó que se deben buscar las medidas para flexibilizar la llegada de la vacuna a nuestro país, “y si puede manejarse a través laboratorios privados que puedan poner a disposición de las personas la vacuna eso, ayudará a reducir de forma importante las cifras de contagio”, indicó.
Finalizó apuntando que es posible que el turismo interno se reactive desde el segundo semestre del 2021, siempre cumpliendo los protocolos y la distancia física.
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