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Un programa Reactiva Perú para las familias
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Préstamos bancarios vencidos, tarjetas de crédito sobregiradas para salvar de la muerte por COVID-19 a un familiar, pensiones escolares y universitarias por pagar y hasta recibos de servicios básicos acumulados (luz, agua y teléfono) son los saldos que ha dejado la crisis sanitaria a miles de familias en el Perú.
Y, aunque para mitigar este impacto el Gobierno ha repartido diferentes bonos, facilidades para liberar parte de la CTS (que ahora es total) y fondos de las AFP, y creó el Programa de Garantías COVID-19, bajo el cual se establecen disposiciones para la reprogramación y el congelamiento de deudas de portafolios minoristas, estas iniciativas no han sido suficientes, refieren Jorge Carrillo, docente de la Universidad del Pacífico, y Juan José Marthans, economista y exjefe de la SBS.
Sobre este último programa (aún vigente), Carrillo comenta que ha sido ineficaz porque se han reprogramado cerca de 60,000 créditos, menos de S/200 millones colocados, cuando el fondo es de S/5,500 millones, es decir, ni el 10%.
El fracaso radica en que, desde los primeros 12 meses del crédito reprogramado, el Estado no cubría “ni un sol” y solo se activaba la garantía a partir del décimo tercer mes con una cobertura, dependiendo del monto del crédito, de hasta 60% y de 85% desde la cuota 25 a la 36. “Estas condiciones no eran atractivas para la banca, y al no ser obligatorio, tampoco se impulsó”, señala.
Pero, entonces, ¿qué medidas urgentes debe implementar el próximo Gobierno para aliviar y dar oxígeno a las familias endeudas en la pandemia? Carrillo y el economista César Peñaranda recomiendan crear una especie de Reactiva Perú para las familias, similar al programa Reactiva Perú para las empresas.
Este tendría que contemplar la garantía del Gobierno con una cobertura de por lo menos de 60% o 70% desde una fase inicial, para que sea atractivo también para el sistema, y otorgar un límite de dinero mayor al Programa de Garantías COVID-19, sobre todo para los créditos de consumo, a fin de que más gente acceda al mismo, detalla Carrillo.
Infraestructura
Pero nada de esto servirá, asegura Peñaranda, si el empleo adecuado no se reactiva. “La solución es ir a la médula del problema, es decir, generar empleo, lo cual significa mejorar progresivamente los ingresos para que las familias puedan cumplir con sus obligaciones, lo cual avala la reprogramación de deudas. Pero todo dependerá también de que mejoren las expectativas y caiga la incertidumbre”, asegura.
Juan José Marthans coincide con ello y sostiene que todo es un engranaje y que la clave es regenerar demanda y ventas porque en un proceso de reactivación natural y sostenido se pueden generar ingresos para repagar los créditos.
Tenga en cuenta
El número de deudores con créditos reprogramados pasó de 4.7 millones (junio de 2020) a 2.2 millones (marzo de 2021), según el informe de estabilidad del sistema financiero de la SBS. El Ejecutivo decidió prorrogar hasta el 31 de agosto de 2021, el plazo para el acogimiento a la reprogramación y congelamiento de deudas para personas naturales en el marco del Programa de Garantías COVID-19.
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