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Úrsula Vega, relacionista pública: “Se construye la confianza a través de acciones genuinas”
Úrsula Vega es autora del libro 'Todo lo que las relaciones públicas pueden hacer por ti... y no lo sabías'. La entrevistamos.
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Su padre le enseñó el arte de relacionarse con las personas. Empresario y exsenador, él iba construyendo relaciones y ella miraba, admirada. Recibía consejos y aprendía. No solo es su padre, es su mentor. “Lo he visto en escena, en la cancha”, recuerda sobre cómo trataba a las personas y las atendía. Ella tenía 8 años, pero sobre todo no tenía miedo.
Bill Gates dijo “si solo me quedara un dólar, lo invertiría en relaciones públicas”. Es una de las frases que Úrsula Vega Benavides atesora. Y ella invirtió sus sueños en forjarse como relacionista pública, especializada en el segmento corporativo. Experiencia que hoy plasma en el libro Todo lo que las relaciones públicas pueden hacer por ti... y no lo sabías (Paidós Empresa). Texto que será presentado hoy, a las 6:30 p.m., en la Feria del Libro Ricardo Palma en su edición virtual.
Y su madre le enseñó los detalles. Ella era paisajista y las flores tenían un lugar preferencial, con ellas se expresaba. Para Úrsula, los detalles marcan una relación, desde un saludo de cumpleaños o cuando nace un hijo, hasta compartir información relevante. “Me gusta descubrir a las personas”, revela.
-Hay una línea delgada entre cómo es la persona y cómo trata de ser ante los demás. ¿De qué forma lo manejamos?
Se construye la confianza a través de acciones genuinas. La ventaja que tengo de trabajar independientemente es que decido con quién trabajo. Hay que ser espontáneos.
-¿La autenticidad se construye o viene en el chip de cada uno?
En mi caso, viene en el chip. Toda la vida he sido así, depende de mi personalidad.
-¿Y cómo eres?
Soy extrovertida, sociable, auténtica.
-Si alguien te cae mal, ¿qué haces?
No sé disimular.
-Pero desde afuera se puede pensar que quien hace relaciones públicas se lleva bien con todos y les sonríe a todos.
Bueno, es que es así. Siempre saludar con una sonrisa genera un vínculo. Lo que pasa es que es raro que la gente no me caiga bien. Todas las personas tenemos cosas buenas y malas; hay que saber por dónde mirar. Eso aprendí de mi papi: siempre me decía que todos tenemos un lado bueno; entonces, me enfoco en ese lado, el lado positivo. Aunque mi principal defecto es que soy tan perfeccionista que me cuesta mucho delegar, se me acumula trabajo. Pero la paciencia y la tolerancia son importantes para llegar a establecer vínculos.
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-Todos, de alguna forma, generamos una marca personal. ¿Eso implica que todos, en buena medida, hacemos relaciones públicas de forma permanente?
Sí y uno no se da cuenta. Hay que portarse bien, la reputación es una herramienta vital, que se construye en el tiempo. Tenemos que definir cómo queremos posicionarnos sin perder nuestra esencia. Eso significa evitar exabruptos en Twitter, por ejemplo; cuidar las fotos que colguemos en las redes sociales; controlar nuestros impulsos; ser tolerantes.
-¿Hasta dónde marcar los límites?
No perdamos nuestra esencia y definamos el posicionamiento que queremos tener, para eso hay que armar un plan de vida. Por eso siempre digo: pórtate bien.
-¿Qué pueden hacer aquellos a los que les cuesta relacionarse o comunicar sus virtudes?
Hay una frase que nos decían nuestras mamás: “No hables con desconocidos”. Nos han criado con eso y en realidad debería ser al revés, porque si no hablamos con desconocidos, cómo conocemos gente. Cada uno debe crear conexiones según su ritmo. Si no sabemos cómo acercarnos, hagamos preguntas, pues generan conversaciones y las conversaciones, relaciones y las relaciones, oportunidades y las oportunidades, ventas. Primero hay que construir confianza y fidelizar para construir relaciones a largo plazo. Las transacciones son para el corto plazo. Si vas a ir a un lugar donde no conoces a nadie, llega primero para que se acerquen a ti.
-¿Es cierto que quien no comunica lo que hace no existe?
Dicen que si no estás, no eres. Pero no se trata solo de comunicar los logros, sino de compartir información valiosa, es estar presente en redes para tener mayor visibilidad.
-¿Cómo se reconfiguran las relaciones públicas en tiempos de digitalización?
En esta época de pandemia sobre todo. Esta situación nos obliga a todos a usar plataformas digitales para mantener los vínculos. Estamos obligados a hablarle a la pantalla. Ya que no tenemos el apretón de manos, hay que mirar la camarita; el nuevo contacto y saludo es la mirada. No contestemos chats mientras estamos en una videoconferencia.
-¿Qué responder a quienes acusan a las relaciones públicas de frívolas y que lo maquillan todo?
Que hay toda una estrategia detrás. Y es una parte por la cual yo quise escribir este libro. He querido desmitificar la frivolidad que se le atribuye a esta profesión. Por eso también he hecho entrevistas a gerentes generales, empresarios que nos demuestran cómo las relaciones públicas han generado valor en su carrera profesional. Esta actividad de verdad es esencial para ser un ejecutivo exitoso.
-Vivimos una época del hazlo tú mismo y hay artistas o pequeños empresarios que son gestores de sus relaciones públicas. ¿Por qué es necesaria la presencia de un relacionista público?
Hay algunos que saben lo que las relaciones públicas pueden lograr, pero no saben cómo hacerlo. Entonces, hay que tener una guía, una pauta. Hay que ver que todo funcione, porque todo tiene una lectura, el hecho de cómo te paras, cómo vistes, cómo hablas. Hoy las relaciones son cada vez más horizontales, el usted ha comenzado a desaparecer.
-¿Hoy la primera impresión cuenta o ya es una idea obsoleta?
Siempre cuenta. Es importante cómo uno se viste y habla, cómo uno se expresa de la otra persona. Nunca hay una segunda oportunidad para causar una buena impresión.
-¿También te decían no hables con desconocidos?
(Risas). Cuando mi mami nos compraba uniformes para el colegio, bajaba rápido del carro y nos decía: “No hablen con desconocidos, ahorita vengo”. Lo repetía en 10 segundos y hasta el día de hoy me acuerdo y me mato de la risa.
-¿Le hacías caso?
Siempre les he metido letra a los desconocidos (risas). Pero no cuando mi mami nos dejaba en el carro, porque también soy obediente. O era obediente. Pero me gusta conocer gente y se tiene que tener seguridad en uno mismo para lograr acercarse a las personas.
-¿Y por qué dices que las flores juegan un papel importante en tu trabajo?
Para mi madre lo primero era poner flores de su jardín en los cuartos, baños, sala, comedor, en todos lados. Siempre se acordarán de ella por las flores. Y en ellas tengo presente a mi madre.
AUTOFICHA:
- “¿Alguna vez miento? Sí, cuando me preguntan mi edad. Nací en Lima. Acabé el colegio y estudié Publicidad porque en mi época no había dónde estudiar relaciones públicas, pero elegí el área que tenía la relación cliente-agencia”.
- “Mi padre fue senador. Fundó Libertad con Mario Vargas Llosa. La política me gusta. Por eso me involucré mucho en la campaña del Fredemo, yo estaba en el colegio y ahí también me descubrí como una persona que sí podía trabajar en las relaciones públicas”.
- “Quiero seguir afianzando relaciones, seguir creciendo en mi carrera. Estoy sacándole el máximo provecho a todo lo que es el relacionamiento virtual; sin embargo, estoy convencida de que las reuniones cara a cara son imprescindibles y no van a desaparecer, porque ahí está la sonrisa, el apretón de manos, el mirarse a los ojos”.
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