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Columna Vertebral: Felicidad sí, pero no tanta [Opinión]
“El palacio de la felicidad está herido por la irregularidad, pero sus méritos nos invitan a creer que el autor tiene cómo superar nuestras objeciones”.
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El editor y promotor cultural Dante Trujillo (Lima, 1973) ha trabajado durante largo tiempo los cuentos que acaba de publicar bajo el nombre El palacio de la felicidad.
En la presentación de este libro, Trujillo afirmó que a él no le interesa elaborar historias sino delinear personajes; sin embargo, su lectura demuestra que le va mucho mejor construyendo relatos con una estructura narrativa clara que moldeando a los protagonistas de sus ficciones –usualmente femeninos–, a quienes somete al caos cotidiano y mental en el que se enmarca la mayoría de estos relatos.
De los seis cuentos que integran El palacio de la felicidad, dos destacan por su buena factura: el que abre el libro, Club de invierno; y el que lo cierra, de título homónimo.
Aunque sus argumentos son muy distintos entre sí, ambos tienen una mecánica similar: un hombre que es extraído de su rutina por una mujer enigmática y excéntrica, quien lo compele a una circunstancia en la que debe definir ante sí mismo y los demás su lugar en el mundo o sus deudas con el pasado. De los dos, el más logrado es el segundo, casi una pequeña novela forjada con precisión, acertado manejo de las situaciones y buen ritmo narrativo.
En cambio, los demás cuentos, aquellos que parten de la edificación de un personaje inmerso en una realidad entre absurda y degradada, son mucho menos interesantes. El problema central son las dificultades que manifiesta Trujillo al recrear la psicología de las mujeres, a quienes les confiere el protagonismo y la voz que guía sus narraciones. Nos hallamos frente a gruesos estereotipos del fracaso, la histeria y la locura que desbaratan todos los esfuerzos del autor por dotar a sus personajes de aristas, complejidad y alguna consistencia. No los sentimos ni medianamente creíbles.
Estos inconvenientes se agravan por dos motivos: en primer lugar, las historias en las que participan son apenas una mera sucesión de acontecimientos sin dirección, derivativos y arbitrarios, que su presencia debía enriquecer y justificar, cosa que no sucede nunca; por otra parte, los diálogos, retratos fotográficos de la forma de hablar de los limeños, refuerzan el carácter caricaturesco e irreal de las situaciones y sus actores.
Si partimos de esa norma no escrita de que bastan dos buenos cuentos para salvar un libro, Dante Trujillo puede darse por satisfecho. Y si apelamos a una evaluación general, diremos que El palacio de la felicidad está demasiado herido por la irregularidad, pero sus visibles méritos nos invitan a creer que el autor tiene cómo superar en futuras entregas las objeciones aquí descritas.
DATOS
- Dante Trujillo. El palacio de la felicidad (Planeta. 215 páginas).
- Puntuación del libro: 2.5 (de 5 puntos posibles).
- Relación del crítico con el autor del libro: Cordial
José Carlos Yrigoyen, crítico de libros
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