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‘Rápidos y furiosos 7’: Acción que se agota [Opinión]
Nueva cinta de la saga, protagonizada por Vin Diesel y Paul Walker, está lejos de sus entregas anteriores, y termina siendo un filme que se autoparodia.
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No soy un fanático de Rápidos y furiosos evité ver las primeras cintas. Siempre me gustó el cine de acción, pero aquí parecía ser un requisito amar las carreras de autos: preferí mirar a otro lado mientras Vin Diesel y Paul Walker conquistaban el mundo.
Cuando llegó la cuarta entrega, no podía ignorarla más. Lo que vi me agradó. No me costó trabajo seguir el hilo de la narración porque el argumento era sencillo y las motivaciones de los personajes estaban bien definidas.
Era una efectiva película de género con cierto aire retro, una buddy movie a toda velocidad donde los héroes permanecen al margen de la ley y luchan por su libertad.
El quinto episodio sería otra cosa: quería ser épico. Filmado con mayor despliegue de recursos, Rápidos y furiosos 5 (2011) significó una cumbre comercial y artística. Fue el punto de quiebre, donde los ases de volante se reinventaron.
De pronto, Vin Diesel y compañía eran los 'Ocean's Eleven' de los pobres. Y quizás formaban un mejor equipo, ya que la camaradería, la familiaridad, los códigos personales de honor y lealtad emergían sin esfuerzo. Y, claro, estaba la acción, capaz de dejarte sin aliento.
La belleza de Rápidos y furiosos no está en la destrucción de los sets y utilería: hay un sentido coreográfico en sus persecuciones, en sus saltos al vacío, auténticos desafíos a las leyes de la gravedad y del sentido común.
Esta entrega trae como novedad la dirección de James Wan, consagrado en el cine de terror gracias a La noche del demonio (2010) y El conjuro (2013).
Los que esperaban algo distinto saldrán decepcionados: todo funciona en piloto automático. Es más de lo mismo, pero con signos de agotamiento. Cierto, hay una espléndida secuencia, pura adrenalina, que empieza con los autos arrojándose en paracaídas y no se detiene ni ante un abismo.
Pero esto ocurre a la mitad de la historia y nada de lo que sigue lo iguala. Mención aparte para el capítulo en Abu Dabi, el punto más bajo, donde cae en la autoparodia. Ah, no se entiende la presencia de Jason Statham como villano. Rápidos y furiosos 7 será recordada como la despedida de Paul Walker, fallecido a mitad del rodaje. Su homenaje al final es lo mejor del filme.
DATO
- Por la muerte de Paul Walker, la cinta fue interrumpida cinco meses hasta hallar cómo rearmarla. El uso de dobles (incluidos los hermanos de Walker) permitió completarla.
Por: Claudio Cordero – Crítico de cine.
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