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Con aroma de mujer: El mundo cafetero latino se reúne un par de días a quitar el sueño
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La responsable de los desvelos se llama Anggela Sara García, en su hoja de vida se presenta como cirujana, y vaya que lo es: cirujana dentista titulada, colegiada y con cartón. No bien estrenada en su profesión, se le cruzó otra que acabaría convirtiéndose en el motor de su vida: el café.
En realidad, esos dos mundos, el de la medicina y el cafetalero, siempre estuvieron presentes en su vida. Su mamá es obstetra y su papá empresario y productor de café. Nació en Villarrica y su entorno natural eran esos arbustos de granos verdes que se ponían rojos al madurar, despidiendo un intenso aroma. Al mismo tiempo, era una niña que adoraba ir al dentista, por lo que sentía que estaba destinada a pasar su vida adulta entre muelas y dientes.
Cuando le tocó hacer el Serum (no remunerado) se puso a trabajar en la fábrica de su papá, no como la hija del dueño, sino como una más del montón, haciendo labores administrativas. Y como la vida da vueltas, a quien ella apoyaba sacando las fotocopias, hoy es su secretaria.
En ese momento se reconectó con el café, asistió a un curso de Q Grader en 2011, no para certificarse como catadora, sino para conocer más ese mundo. Le cambió el chip.
Siempre fue la “chancona” de la clase, o sea que el estudio se le daba bien. Así empezó a conocer y aprender, con cada paso adelante se daba cuenta de que tenía que caminar mucho más. Estaba en su salsa. Le salía muy natural entender ese mundo que ella conocía por vivencias personales, no por los libros. De cursos pasó a talleres, luego a postgrados y no paró hasta terminar un PADE en ESAN sobre “gestión en cooperativas de café y cacao”. Finalmente, se convirtió en la primera y única jueza certificada en el país. Era feliz.
Empezó a ir a eventos, no solo a ferias donde toda la familia viajaba desde que Anggela tenía uso de razón. En uno de esos viajes tomó conciencia de que el café era “una cuestión masculina”. Ellos eran los que hablaban, exponían, recibían las distinciones, decidían las presentaciones. Y dónde están las mujeres, se preguntó.
Anggela había visto que su mamá trabajaba en el hospital, pero también llevaba las cuentas de la empresa, que las personas que trabajaban en el campo eran en su mayoría mujeres, que quienes recolectaban, lavaban y secaban los granos eran ellas. ¿Por qué no aparecían en los foros (ni en las fotos) ni en la comercialización?
No fue difícil encontrarse con otras mujeres latinas que se hacían la misma pregunta. En Ecuador, El Salvador, Puerto Rico, Colombia otras cafetaleras tenían la misma interrogante.
Así surgió el grupo Girlsplaining (evidente guiño al Mansplaining o por qué los hombres me explican cosas) que realizará su primer evento cafetero en Lima el 6 y 7 de junio en el auditorio Basadre de Promperú en San Isidro. Habrá catas, talleres, charlas, intercambio de experiencias, recorrido por circuitos cafeteros y sororidad al máximo. Sabemos que no hay mañana sin café.
DATO
Girlsplaining realizará su primer evento cafetero en Lima los días 6 y 7 de junio en el auditorio Basadre de Promperú.
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