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Andrés Calamaro, el 'Salmón' que nada mejor en un mar sonoro que en uno acústico
El espectáculo del argentino fue bueno, pero el formato acústico limitó la mística con el público asistente en el auditorio del Pentagonito.
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Era la primera vez que iba a escuchar a Andrés Calamaro , me sé de memoria casi todas sus canciones. Mis expectativas eran altas y mi emoción rumbo al auditorio del Pentagonito era notoria. Se prometía un ambiente íntimo por la capacidad y cercanía del local. En efecto, desde la primera canción que tocó, 'El Cantante', se sintió esa conexión que uno vive al pie de las rejas que dividen a la barra de un equipo de fútbol con el gramado.
El 'Salmón' dividió en tres partes su segunda presentación, que se vio en obligación de realizar por la gran demanda de sus entradas del tour 'Licencia para Cantar'.
El inicio hizo que mi fanático interior floreciera. Sin embargo, noté que el público no reaccionaba a la par del evento. 'Andrelo' intentó sin mucho éxito que todos entonáramos las letras de las canciones presentadas. Por mi parte, entendí el motivo: la música acústica no tenía el mismo impacto que causaba su acostumbrada voz acompañada por los clásicos instrumentos sonoros de rock.
A pesar de todo, su presentación terminó por reivindicarse en la última etapa, donde cantó sus éxitos más conocidos como 'Estadio Azteca', 'Mi enfermedad', 'Paloma', entre otros. Esto generó que los presentes no pudieran contenerse y se pudo escuchar más la voz de aquellos valientes fanáticos, quienes perdieron la vergüenza al qué dirán.
Andrés Calamaro dividió su faena de manera que el espectáculo parecía estar organizado con intención de ir de menos a más. Otro gran detalle fue que el argentino no pudo ocultar su pasión taurina y la hizo notoria en el concierto. Los olés de los presentes, la música alusiva a la tauromaquia y el cantante toreando con una bandera peruana fue el cierre que eligió para su último noche en Lima.
Sin lugar a dudas, la gran mayoría de los fanáticos de 'Andrelo' se retiraron contentos de la presentación, pero a mi me quedó claro una cosa: el Salmón es un pez que nada mejor en un mar sonoro que en uno acústico.
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