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Aeropuerto en alerta: aumentan a 153 burriers detenidos este año
El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez se ha convertido en la segunda terminal de pasajeros con más incautaciones de droga de Sudamérica, según la Policía. Los agentes de la Dirección Antidrogas (Dirandro) trabajan las 24 horas del día para cerrarles las puertas a decenas de burriers que han modernizado la forma de camuflar la droga.
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El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez se ha convertido en la segunda terminal de pasajeros con más incautaciones de droga de Sudamérica, según la Policía. Los agentes de la Dirección Antidrogas (Dirandro) trabajan las 24 horas del día para cerrarles las puertas a decenas de burriers que han modernizado la forma de camuflar la droga.
En los últimos diez meses, la cantidad de detenidos ha sido mayor a la de todo el año 2018. Desde enero hasta el 26 de octubre, hubo 133 detenidos en el aeropuerto de la capital, mientras que en el extranjero, tras la alerta de nuestros agentes, lograron cerrarles la frontera a 20 pasajeros que se embarcaron en el Jorge Chávez.
El año pasado, hubo 117 detenidos en la terminal aérea y seis en el exterior gracias a nuestras alertas.
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PELIGROSA MAFIA
El tráfico ilícito de drogas es un delito cuyo castigo puede variar entre ocho y 15 años de prisión. Pero el riesgo más grave de transportar drogas dentro del organismo es la muerte.
Ese fue el caso de Patricia Pereyra, quien fue hallada muerta el 28 de julio pasado en un hotel de Ate. Los peritos determinaron que su muerte se ocasionó por una cápsula de clorhidrato de cocaína que le reventó en el intestino. Ella había ingerido 50 cápsulas y estaba lista para salir al extranjero. Tras meses de investigación, la Policía logró detener a la mafia que la había captado. Ellos transportaban drogas a España y Brasil.
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Según detalló el coronel Walter Arapa, jefe de la División de Investigaciones de tráfico ilícito de drogas de la Dirandro, los burriers cobran alrededor de 5 mil dólares por cada viaje y el precio del kilo de cocaína en Europa fluctúa, según el país, entre 25 mil y 30 mil dólares.
De acuerdo a las estadísticas del Departamento Antidrogas del aeropuerto Jorge Chávez, los traficantes ingieren kilo y medio de cocaína en promedio; o sea, llevan cargamentos ilegales por hasta 44,400 dólares.
Otra modalidad de transporte de cocaína es el tipo momia, que consiste en adherirse los estupefacientes al cuerpo. Bajo esta forma, los traficantes transportan 2 kilos, en promedio.
ENVÍOS ILEGALES
La mayor cantidad de narcóticos que se incautan están escondidos en los equipajes. Entre las maletas de los pasajeros y los envíos de carga aérea, se han detectado un total de 644 kilos.
Arapa explica que hay varias formas en las que los narcotraficantes intentan pasar su ilegal mercancía. Por ejemplo, hubo 33 viajeros que acondicionaron los estupefacientes en productos comestibles y 28, en la estructura de su equipaje.
En esta última modalidad, se ha vuelto bastante común hallar ‘droga negra’. Este producto es resultado de someter la cocaína a un proceso químico que le da la textura y el color del caucho, así puede ocultarse en las láminas sintéticas que están en los fondos de los bolsos y maletas.
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Los narcotraficantes también acondicionan las drogas en prendas de vestir. “Detectamos que entre los cuellos de las camisas, donde suele haber tiras de cartulina, ponen, en su lugar, prensas sólidas de cocaína”, comenta el oficial de la Dirandro. Hubo 11 casos con esta modalidad.
El papel bond, rollos de papel industrial, cajas de cartón o plástico, libros, filtradores de agua, barras de aluminio, juguetes, productos de belleza, herramientas de carpintería, botellas y hasta biberones son los objetos en los que intentan camuflar las sustancias ilegales. Sin embargo, los agentes de la Policía y sus canes están entrenados para hallarlas.
“Es difícil identificar a las mafias del extranjero que comercializan la droga que sale del Perú. A quienes nosotros detenemos son a los burriers. Ellos no saben quiénes están más allá de la persona que los captó, por eso nosotros investigamos como el cangrejo: de atrás hacia adelante”, explica Arapa, “nadie tiene el mercado comprado. Cientos de personas pueden estar realizando esta actividad, con sus propias redes”.
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