¡Mi hija, que me vuelvo a Caracas! ¡El mojonero de Maduro perdió! María Elena tenía los ojos brillosos y una risa escandalosa al conocer la noticia en la peluquería. Esa chispa de esperanza por volver a casa que albergó por seis años finalmente se convertía en la oportunidad para reencontrarse con los suyos, con su identidad. Sus amigas, con las que integra parte de la diáspora venezolana, también desbordaban ese torrente de emociones, soñaban con ese primer abrazo de reencuentro con sus familiares, con sus hijos. Sentían que, con el final de Maduro, había llegado la luz al final del túnel.
Sin embargo, el cambio tarda. Maduro se resiste a la derrota y culpa al fascismo, cuando en realidad un fascista “es un matón con ejército”, como diría Madeleine Albright. Si se consolida el fraude electoral en Venezuela, entonces asoma un problema: ¿está el Perú preparado para una nueva ola migratoria venezolana?
No debemos evadir ni postergar la respuesta a esa interrogante porque podría venir una avalancha. Según consultoras venezolanas, el 44.6% de venezolanos que viven en su país tiene planes de irse y condiciona su decisión a la permanencia de Maduro en el poder; es decir, si se consuma el fraude, cerca de cinco millones de personas buscarán migrar y los destinos serían Perú, en primer lugar, Colombia, Chile, EE.UU. y España.
El Perú es el tercer país en el mundo que alberga mayor cantidad de venezolanos, con casi dos millones desde que empezara la crisis humanitaria. El 83% tiene status regular con carné de extranjería para trabajar y estudiar, y solo el 14% tiene pasaporte. Quiere decir que el venezolano vive más legal en Perú que en su propio país, según el “Estudio sobre las necesidades de la población venezolana en el Perú”. (octubre de 2023, consultora Crezco).
Si bien el gobierno de Dina Boluarte fue uno de los primeros en reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, ha olvidado anticipar cómo van a replantear la política migratoria y cuál sería el enfoque humanitario y diligente frente a un nuevo éxodo.
Es cierto que Perú exige visa a los venezolanos, pero el escaso control en las fronteras incentiva los ingresos ilegales y la llegada de otros males, como la trata de personas, delincuencia y prostitución.
El peligro de una nueva ola migratoria supone para el gobierno peruano un reto. Hay un 63% de venezolanos que echó raíces en Perú y buena parte de ellos buscará traer a su familia de Venezuela. ¿Qué piensa hacer el gobierno?, ¿qué mecanismo va a crear para enfrentar una nueva ola migratoria?, ¿puede el país acoger más migrantes? No podemos actuar con displicencia. Debemos adelantarnos al escenario de una nueva ola migratoria generada por el dictador Maduro que destruye la vida cotidiana de los venezolanos.
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