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¿Cómo manejar una separación y no dañar la estabilidad de los hijos?
Luis Mejía, psicólogo del Centro Psicovive, indicó que estas rupturas pueden afectar la personalidad del menor, causando inseguridad, rebeldía y miedo.
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Los divorcios continúan en aumento. Según la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp), en el Perú la cifra de matrimonios que terminan aumentó en el 2022. Entre enero y octubre del año pasado, se reportó un total de 8,520 divorcios por lo que en promedio fueron 858 por mes.
La mejor forma para lidiar con este dolor es aprender a trabajar las emociones y los pensamientos. Algunas personas gritan y eso les ayuda a liberar tensión, mientras que a otras les puede ayudar escribir, hacer ejercicio, etc.
En cuanto a las parejas con niños, según Luis Mejía, psicólogo del Centro Psicovive, estas rupturas pueden afectar la personalidad del menor, causando inseguridad por no contar con soporte emocional constante. También pueden presentar comportamientos de rebeldía por no ver firme la figura de autoridad y, en algunos casos, puede haber inestabilidad, por no saber qué modelo de conducta seguir. Cabe resaltar que estos posibles comportamientos ocurrirían solo cuando la ruptura entre los padres es conflictiva.
De no ser así, solo habría cambios en la dinámica familiar, ya que (en la mayoría de casos, y como se recomienda) los padres viven en diferentes lugares, haciendo que el soporte emocional dado por el padre o madre ausente físicamente de forma continua, se experimente como una carencia.
Es importante que cuando ocurra una separación, se haga una interacción con los hijos, donde la comunicación y la presencia física no sea ausente sino solo demorada. De esta manera, se trabajará para que exista un soporte emocional por parte de los padres.
Para el especialista de Psicovive, no es correcto que los menores presencien discusiones entre sus progenitores, ya que si una de las figuras de autoridad es inestable, generará también inestabilidad en su modelo de conducta. Esto sumado al miedo que puede tener el niño pues está viendo a las personas que más ama como enemigos entre sí.
Según Mejía, se puede hacer ciertas dinámicas familiares más sanas como:
Evitar que los desacuerdos o conflictos entre los padres sea delante de los hijos. Ambos padres deben comunicar la noticia de la separación. Evitar hablar agresivamente u ofendiendo al otro padre o madre. Evitar comunicar temas de dinero u otras obligaciones con los hijos. De forma eventual, pasar un tiempo en familia, delimitando que los padres ya no tienen una relación de pareja sino de amigos y compañeros en bien de la familia.En cuanto a la convivencia, es recomendable que se comience con la separación solo de cuerpo; es decir, las visitas o la estancia usual en casa no debería variar hasta dar la noticia a los hijos de forma directa. Ya que, si continuaran viviendo bajo el mismo techo, y al y no haber relación de pareja podría generar incomodidad o molestia.
Para el especialista, una correcta nueva convivencia tendría que empezar desde una comunicación directa, asertiva y en consenso entre los padres para las normas.
Respecto a los temas de tranquilidad y salud mental de los niños, el experto en psicología, sugiere que la comunicación de deberes, obligaciones, o desacuerdos sea entre los padres a puertas cerradas y que estos puedan regular sus emociones ante cualquier problema para que no repercuta en la comunicación con los menores.
Finalmente, el especialista sugiere que una consejería familiar es lo más recomendable, pues podrían presentarse desórdenes de adaptación, la psicoterapia individual hacia los menores solo sería necesaria si se ve un trastorno o una afectación emocional más intensa.
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