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Pilar Collantes, Voces Ciudadanas: “Pedimos declaratoria de emergencia para el cáncer en el Perú”
“La primera patria es nuestro cuerpo, es nuestro primer territorio que debemos conocer, amar y respetar”, dice. Entrevistamos a Pilar Collantes, presidenta de Voces Ciudadanas.
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Su madre preparaba pan y les leía el libro El porqué de las cosas. Pilar Collantes sentía que su madre amasaba las palabras. Su madre fue la primera odontóloga mujer de las fuerzas policiales. Hoy Pilar es la síntesis de su pasado. Sus palabras alcanzan la melodía y la armonía cuando narra lo vivido o cuando recuerda a su madre. Pilar estudió Comunicación Social, una maestría en Salud Pública y fue becaria en Estocolmo para los derechos humanos.
Apretó su mano y le dijo: “Ayuda a mi pueblo”. Me cuenta esa escena y sobreviene el silencio. Se quiebra. Otra vez el silencio y se disculpa por la emoción. Pilar Collantes evoca así su encuentro con un maestro de los candoshi o shapra, etnia amazónica que comenzando el siglo vivía al borde del exterminio por la hepatitis B. El maestro volvió a su pueblo y falleció. Pero la activista de padres sanmarquinos continuó el camino y tiempo después logró una declaratoria de emergencia del gobierno de turno. Conquistas de la sociedad civil que sigue emprendiendo desde Voces Ciudadanas, desde donde, junto a otras organizaciones, ahora alza la voz por la desatención del Estado hacia los pacientes con cáncer.
“Mi cercanía con la salud pública viene desde el vientre de mi madre”, me dice. Ella falleció de cáncer de cuello uterino antes de que empiece el siglo. Son cuatro hermanos, pero uno murió a corta edad y el mayor partió hace dos años. Cuando ser activista de la salud es una forma de revivir a los nuestros, pero sobre todo una forma de seguir creyendo en la vida, sosteniendo la esperanza y buscando la justicia.
-Usted proviene de una familia donde se ha hablado de la salud de manera cotidiana y deduzco que ello empodera en estos temas. Pero vivir de cerca varias pérdidas, algunas tempranas, también puede ser una suerte de frustración. ¿Cuál es su sentir sobre esa paradoja que nos deja la vida?
Inicialmente, es un dolor perder a tus padres tan jóvenes. Mi mamá murió antes de cumplir 50 años, era una mujer llena de vida. Pero uno transforma las experiencias de su vida en un propósito. Para mí, el mayor sentido es cómo trascendemos, cuál es nuestro sentido en la vida. Si bien es verdad que la muerte, por alguna razón, me ha tocado cercana, han sido experiencias intensas, pero al mismo tiempo creo que me han ayudado a poder entender al otro. Cuando transitas en el dolor, puedes elegir el camino: o te llenas de frustración o miras la luz. Desde ahí creo que he buscado colaborar para que nuestra sociedad pueda vivir más empoderada. Cuando hablo con los adolescentes, les pregunto cuál es su primera patria. Y les digo que nuestra primera patria es nuestro cuerpo, es nuestro primer territorio que debemos conocer, que debemos amar y respetar. Muchas veces comenzamos a conocer nuestro cuerpo desde una edad más avanzada, incluso en la adolescencia, cuando podríamos iniciar en una etapa más temprana. Cuando se habla de salud, se habla más de enfermedad que de vida.
-¿En el Perú existe una formación en salud a temprana edad?
No la hay. El viejo paradigma es que la salud solo le compete al Ministerio de Salud, que salud es un tema técnico y especializado. La salud tiene una dimensión social, política, tiene que ver con la educación y debería estar en la agenda del sector Educación, desde las canciones, las adivinanzas. No puede haber, por ejemplo, ese divorcio entre letras y ciencias. Tiene que haber un conocimiento integral de lo que nos rodea. Desde el preescolar se deben incluir estos temas de la salud y en distintas lenguas. Si así lo hiciéramos, tendríamos otras generaciones que podrán cambiar, incluso, las culturas institucionales de nuestros ministerios: muchos funcionarios y autoridades tienen el shock de la pandemia. Todos tenemos temor, pero no podemos tomar decisiones desde la loseta del miedo. Ya pasó más de un año y todavía están en un discurso de lamento; y hablo del sistema, no del personal de salud que es heroico. No hay un diálogo, no hemos construido canales de comunicación efectivos y asertivos desde el sector Salud con los diferentes niveles de organizaciones sociales.
-¿Cuál es el estado de los pacientes con cáncer en medio de esta pandemia?
Un ejemplo, el Ministerio de Salud publicó una resolución en 2020 y que sigue vigente, donde se habla de la priorización de pacientes para tratamiento sistémico; tiene una tabla del 1 al 6 y las mujeres con cáncer de mama están en el 5 y 6. En esa tabla han decidido quién vive y quién muere. Una mujer en el Perú y con cáncer, salvo que tenga un seguro privado, está condenada a morir.
-¿Particularmente en el caso de la mujer?
Hago énfasis en la mujer porque es la que más se enferma de cáncer. Por cáncer de mama mueren cada año 2 mil mujeres peruanas. Tenemos un Estado obsoleto. Hay que mirar el problema de manera integral, mirar qué hacen otros países. No hay liderazgo en el sector Salud. Quince organizaciones pedimos que haya una declaratoria de emergencia para el cáncer a nivel nacional. Antes de la pandemia ya estábamos en emergencia. En el último año más del 60% de mujeres con cáncer de mama son diagnosticadas en estado avanzado y la demora para la atención es más de ocho meses, y con un tratamiento de hace 20 años.
-¿Qué puede hacer el paciente ante esa realidad?
Existen organizaciones para pacientes. Lo primero es buscar una y plantear la problemática. Dentro de la organización le van a orientar sobre cómo debe navegar dentro del sistema.
-¿El fallecimiento de su madre marcó un antes y un después para usted?
Yo creo que sí. Yo era muy joven, tenía 18 años. Pero cuando miro atrás, me sorprende la fortaleza. La verdad que me llené de mucha fuerza. A los pocos años falleció mi papá. Una forma de honrar a mis padres fue vincularme al tema de la salud, fue un proceso natural. La mejor manera de honrarlos es viviendo, haciendo, soñando, creyendo y defendiendo la alegría. Siento que mi propósito es irme mejor de lo que vine.
AUTOFICHA:
- “Soy María del Pilar Collantes Torres. Nací en Lima, tengo 46 años. Elegí Comunicaciones porque me encanta contar historias. Tengo mellizos de 23 años. Mi hijo estudió Física y hace un posgrado en Física en el extranjero. Y mi hija estudia Ciencias Políticas en la Católica”.
- “Acabo de hacer un diplomado sobre tecnología en la Universidad de Piura. Queremos desarrollar una plataforma vinculada al tema de ciudadanía y participación. En 2020 hice otro diplomado con una universidad colombiana. Hoy lidero Voces Ciudadanas”.
- “Formo parte de una red que se llama Mujeres Líderes e impulso la red de Niñas, Niños y Adolescentes por el Derecho de la Salud. También apoyo a la Federación Internacional de Envejecimiento y tuve la oportunidad de estar en Naciones Unidas para visibilizar la problemática de los adultos mayores”.
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