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Recicladores arriesgan su vida a diario en el ‘buceo’: ¿en qué consiste esta práctica? (VIDEO)
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Son las 8 de la noche y el frío en Villa María del Triunfo se siente intenso. Érika Saavedra y su esposo Gerardo se alistan presurosos para salir a trabajar. Ambos son ‘buceros’ y desde hace más de 20 años se dedican a este oficio a diario y sin descanso.
¿Qué son los ‘buceros’? En el argot de la calle, son las personas que bucean entre la basura para detectar objetos de valor. No son recicladores comunes que buscan plásticos y metales. Los ‘buceros’ revisan minuciosamente y separan qué es lo que puede servir para revender o rescatar, como prendas de vestir en buen estado, juguetes, joyas, entre otras cosas.
En diálogo con Perú21, Érika comentó que a los 14 años empezó siendo recicladora porque su papá dejó a su familia y tenía que ayudar a mantener su hogar. Al ver a otras personas, aprendió rápidamente la técnica de bucear.
“Tenía necesidad de trabajar y llevar dinero a mi casa y, al ver a otros vecinos vender cositas de valor que encontraban en la basura, empecé a hacer lo mismo”, sostuvo.
A pesar de lo difícil de su trabajo, Érika no pierde la sonrisa, el buen ánimo y las ganas de ayudar a quienes se encuentran en desventaja. De todo lo que recolecta, le da una parte a los niños y ancianos de la zona en la que vive y que necesitan alimentos, abrigo o juguetes.
Con entusiasmo, Érika nos contó que entre las cosas más raras que ha hallado está una pequeña calavera y que todavía la guarda. Entre otras cosas de más valor, se encontró relojes y chaquiras.
Esta labor la realizan entre las 8:00 de la noche y las 2:00 de la mañana. “El trabajo es muy duro, pero con la ayuda de Dios, todo se puede”, afirmó.
“Mayormente recojo zapatillas, ropa, frazadas, chompas, todo lo que veo en buen estado, lo lavo y a veces lo regalo si veo que alguien lo necesita más que yo, a veces, una chompita, un gorrito, incluso agua o pan”, expresó.
La basura de unos es el tesoro de otros
Señaló que aunque para muchos meter las manos en la basura puede ser algo desagradable, ella lo ve como una oportunidad para ayudar a su esposo a mantener su hogar y recalcó que no se deja vencer por la adversidad ni el qué dirán.
A él lo conoció en el colegio y 27 años después, el destino los volvió a unir. Ella tiene seis hijos, su esposo, una niña, y deben ingeniárselas para sobrevivir.
“Tengo mi esposo que trabaja de chofer, pero él tiene que comprar las medicinas de mi suegra, de su hija y el resto del dinero no alcanza. Por eso salgo a ‘bucear’. a veces botan hasta víveres y eso nos sirve. Yo me acomodo. Busco soluciones con mi esposo y no contiendas. Una mujer sabia edifica su casa, las necias le reclaman al marido. Todo se puede con la ayuda de Dios”, indicó.
Cada noche, sin feriados ni días libres, ambos recorren su distrito en busca de artículos útiles. En la basura de algunos, está el tesoro de otro, dicen.
“A veces, invierto un poquito en arreglar algo y ya lo vendo a otro precio. A veces hay mucha competencia y debo trabajar más horas”, detalló.
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La importancia del reciclaje
Así como esta pareja, hay miles de recicladores y ‘buceros’ intentando sobrevivir en este país. Por eso, es importante que todos los ciudadanos desarrollemos la cultura del reciclaje.
“Me encantaría que separen en bolsas de diferente color lo que botan y puede servir, así como lo que está contaminado o ya no sirve. Por ejemplo, ropa en bolsas celestes, tal vez, comida o verduras en bolsas verdes para poder distinguir”, dijo.
Además, remarcó lo peligroso de esta labor: “Hace unos días me corté recogiendo antimonio. Sería de gran ayuda que las personas envuelvan en cartón las cosas rotas, peligrosas o artículos punzocortantes, de igual forma, me gustaría que el vidrio u otros objetos parecidos también se boten con cuidado para evitar que nosotros nos cortemos. Les agradecería en nombre de todos los que trabajamos en esto, además, ya no habrían bolsas rotas ni basuras desparramadas”.
A pesar de lo importante que es el reciclaje y lo mucho que ayudan estos trabajadores a segregar los desperdicios, su labor es poco valorada y son discriminados.
“He sufrido violencia verbal. Me insultaron, me han dicho ‘muerta de hambre’. Incluso me han hecho propuestas indecentes. Me ofrecieron dinero a cambio de sexo, pero yo jamás acepté eso”, enfatizó indignada.
¿Cómo ayudarlos?
En caso de que usted o alguna organización desee apoyar a Érika y a su comunidad, puede hacerlo a través del Yape 992730003. También estarán agradecidos de recibir alimentos, ropa, calzado, juguetes o artículos en desuso.
”Toda la ayuda está sustentada con videos y fotos de lo que entrego”, sostuvo Érika.
Además, ella y su pareja se dedican a la limpieza de cocheras y recolectan electrodomésticos malogrados.
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