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Benedicto XVI permanecerá “oculto del mundo” tras su renuncia
Sumo Pontífice se despidió hoy de los sacerdotes romanos y urgió una “renovación” de la Iglesia. Pidió que se lleven a cabo las reformas acordadas en el Concilio Vaticano II.
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El papa Benedicto XVI se despidió hoy de los sacerdotes romanos, a los que agradeció su apoyo y a los que prometió permanecer cerca aunque permanezca "oculto al mundo" tras dejar su pontificado el 28 de febrero.
"Aunque me retire ahora, siempre estaré cerca de todos ustedes en mis plegarias, y ustedes estarán cerca de mí incluso aunque yo permanezca oculto al mundo", dijo el pontífice durante una audiencia con sacerdotes de la diócesis de Roma.
Al igual que en la audiencia general del miércoles, el religioso fue recibido en medio de aplausos y vítores de "¡Viva el Papa!". "Les agradezco su afecto, su gran amor por el Papa", dijo quien es también el obispo de Roma.
Hasta el final de su pontificado el 28 de febrero, Benedicto XVI cumple con las actividades previstas en su agenda. En los próximos días tendrá encuentros con el primer ministro italiano, Mario Monti, el presidente de Guatemala, Otto Pérez, y el presidente rumano, Traian Basescu.
Hoy se anunció que el secretario privado del pontífice, el arzobispo Georg Gänswein, permanecerá junto al Papa en su retiro.
"Él lo seguirá tras su renuncia, estará con él en (la residencia de verano de) Castel Gandolfo y en la nueva residencia" a la que Joseph Ratzinger se retirará, en un convento, dijo hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
PIDE REFORMADurante su despedida, Benedicto XVI urgió a una "renovación" de la Iglesia, tras haber denunciado en la víspera, con tono profético, la hipocresía y las rivalidades que amenazan a la milenaria institución.
"Tenemos que trabajar para que se realice verdaderamente el Concilio Vaticano II y se renueve la Iglesia", dijo a los religiosos en la Sala Pablo VI del Vaticano.
Agotado, con ojeras y la voz ronca, el Papa, vestido con su tradicional sotana blanca, habló ante el clero de Roma de su pasado como teólogo y contó anécdotas relacionadas con el Concilio Vaticano II, en la década de los 60, en el que participó activamente, un evento considerado clave para la modernización de la Iglesia del siglo XX.
Para el Papa dimisionario, las reformas aprobadas entonces, su apertura al diálogo con el mundo, "no se han realizado".
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