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La historia completa de Alba, la mujer de 74 años que fue dada por muerta y luego despertó en hospital de Guayaquil
Mientras que la familia de Alba Maruri considera un milagro su recuperación, las autoridades de Ecuador califican el hecho de espeluznante. Esa fue la palabra exacta que usó el ministro de Salud de ese país para referirse al caso de la mujer hospitalizada en Guayaquil, epicentro de la pandemia de coronavirus, que fue dada por muerta en una confusión de identidad y que recuperó la conciencia.
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Mientras que la familia de Alba Maruri considera un milagro su recuperación, las autoridades de Ecuador califican el hecho de espeluznante. Esa fue la palabra exacta que usó el ministro de Salud de ese país para referirse al caso de la mujer hospitalizada en Guayaquil, epicentro de la pandemia de coronavirus, que fue dada por muerta en una confusión de identidad y que recuperó la conciencia.
Alba Maruri, de 74 años, ingresó en el hospital con fiebre y problemas respiratorios el 27 de marzo. Horas después fue declarada muerta, según la familia de la paciente.
De no creer. Alba Maruri, 74 años, paciente de Covid-19 fue dada por muerta el 27 de marzo en hospital del Suburbio y su familia recibió sus cenizas. Resulta que cremaron a otra persona y Alba estuvo inconsciente 3 semanas hasta ayer, que preguntó por su hermana. #Guayaquil pic.twitter.com/vuTvbrGpz8
— LaHistoria (@lahistoriaec) April 25, 2020
Sus familiares recibieron luego de una semana un cadáver, que fue cremado de inmediato en medio de la emergencia sanitaria por el coronavirus, que en Ecuador ha dejado 22.719 casos, incluidos 576 fallecidos.
La septuagenaria despertó el jueves y el personal del hospital informó a sus familiares al siguiente día de que estaba viva. Nadie lo podía creer en la casa de Alba.
Zevallos se refirió a lo ocurrido como "algo espeluznante", durante una rueda de prensa virtual, y dijo haber pedido un informe a las autoridades del sanatorio.
Maruri “había estado inconsciente durante tres semanas y por la locura del Covid confundieron los nombres y la dieron por muerta”, contó el viernes su sobrino Juan Carlos Ramírez en redes sociales.
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El cadáver fue entregado por el hospital Guayaquil a Jaime Morla, otro sobrino.
El hombre relató por teléfono el sábado a la AFP que acudió a la morgue y que a casi dos metros de distancia de varios cuerpos, por precaución para evitar el contagio del virus, señaló que uno de los que estaba de espalda correspondía al de su tía.
"Me dijeron: allá hay una señora con todas las características" descritas para poder identificarla, apuntó Morla, de 39 años, anotando que "la señora que yo ví allí muerta era exactamente a mi tía, igual, estaba de espaldas".
“Me dio miedo de verle la cara, pero por las características, de espaldas, yo la vi”, señaló.
Morla indicó que "el cuerpo estaba desnudo, sobre una bolsa negra, puesto un pañal" y que "luego se cerró la funda. Inmediatamente lo metieron en el ataúd y de allí a la carroza para llevarla a la Junta (de Beneficencia de Guayaquil, que dispone de tanatorio) a la cremación".
En el trayecto, Morla hizo una parada en la casa de Maruri, donde también vive su hermana menor Aura.
La hermana, quien contó a la AFP que mirando el auto fúnebre y llorando "le dije descansa en paz", conserva el cofre con las cenizas de una persona sin identificar.
“Lo tomé y lo llevé a su cuarto, le recé todos los días”, añadió.
DEL DOLOR A LA ALEGRÍA
En la familia de la paciente se pasó de la sorpresa a la alegría. “Por el toque de queda no la puede ir a ver hoy (viernes), pero mañana (sábado) temprano la voy a visitar. Los doctores me pasaron una foto de ella en una sala, recibiendo todas las atenciones, no se imagina la alegría que tengo en este momento. Ella volvió a vivir para nosotros”, expresó Aura a El Universo de Ecuador.
El jueves 23 de abril, Alba Maruri recuperó el conocimiento en el hospital, les dijo a los doctores su nombre y proporcionó el número de teléfono de su casa para que su hermana fuera a recogerla.
“Feliz con la noticia. Mi hermana ya está en una habitación, en espera del alta. ¡Es un milagro! Ya iba a cumplir un mes de muerta, se puede imaginar y yo he tenido las cenizas de otra persona”, dijo a El Comercio de Ecuador.
“Póngase que nosotros hubiéramos sufrido del corazón”, repite, una y otra vez.
La familia ahora busca que el hospital le reembolse 2.000 dólares que invirtieron en los servicios exequiales y cremación.
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