Rodeado de su familia y de directivos de su campaña, el expresidente Donald Trump se declaró vencedor en las elecciones presidenciales estadounidenses, comprometiéndose a "gobernar para todos" y a poner "a Estados Unidos en primer lugar". Trump ofreció su discurso en el centro de convenciones de Palm Beach, donde una multitud de simpatizantes lo recibió con entusiasmo.
"El éxito nos va a unir, y vamos a empezar poniendo a Estados Unidos en primer lugar. No los defraudaré", prometió el republicano en un discurso de aproximadamente 30 minutos, en el cual evitó hacer referencias directas a su rival, la vicepresidenta Kamala Harris, aunque contrastó su visión de liderazgo con el del gobierno actual.
Trump adoptó un tono conciliador y agradeció a los estadounidenses por lo que llamó un "extraordinario honor" al ser elegido para un segundo mandato.
Expresó su intención de trabajar en favor de todas las comunidades, incluyendo a hispanos, afroamericanos y asiáticos, enfatizando la importancia de "superar las divisiones de los últimos años".
El expresidente reafirmó sus promesas de campaña, incluyendo un control más estricto de la inmigración. Sin embargo, adoptó una postura más moderada en sus palabras: “Tenemos que dejarlos regresar (a los inmigrantes), pero lo van a tener que hacer de manera legal”, comentó, dejando ver una apertura para aquellos que sigan los procesos establecidos.
El presidente electo también celebró sus resultados en estados clave como Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania y Wisconsin, así como la recuperación de la mayoría en el Senado para los republicanos.
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