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El motivo por el que Meghan no pudo sentarse al lado de Enrique en la boda de Pippa Middleton
En la boda de la hermana de Catalina de Cambridge una extraña norma impidió que Meghan se sentara junto a Enrique.
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Comprometidos oficilamente desde julio de 2016, Pippa Middleton y James Matthews están a punto de celebrar seis años de matrimonio. Se casaron en la iglesia de San Marcos, en Berkshire, en mayo de 2017. Y su ‘sí, quiero’ tuvo algunas anécdotas dignas de contar: una de ellas tuvo como protagonistas a dos de sus invitados.
Entre los 130 invitados estaban Enrique de Sussex con su entonces prometida Meghan de Sussex. Sin embargo, en el banquete nupcial, según el Mirror, una “extraña regla impidió que la ex actriz sesentara junto a su prometido”. La hermana menor de Catalina tuvo una idea inusual para la disposición de los asientos.
La regla por la que Meghan no pudo sentarse al lado de Enrique
Tras la ceremonia religiosa, los invitados se dirigieron a Bucklebury Village Hall, en la finca de los padres de la novia, Carole y Michael. Allí disfrutaron de una serie de juegos y de un espectáculo de luces antes de que se sirvieran aperitivos como carpaccio de venado y espárragos con salsa holandesa.
Cuando llegó la hora de sentarse a comer, los invitados se sorprendieron al descubrir que Pippa había impuesto una “extraña regla”: nadie debía sentarse junto a su “media naranja”. Una norma poco frecuente que permite a los invitados conocerse y que, en cualquier caso, la etiqueta no prohíbe.
“Corresponde al anfitrión, durante los eventos formales, decidir si los maridos y las esposas deben sentarse juntos o separados”, dice la guía Debrett, la biblia de la etiqueta. Y es que Meghan, que había viajado 5.000 kilómetros desde Canadá para asistir a la boda con Enrique, no podía sentarse a su lado.
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Esa no fue la única decepción para la exactriz. Según Finding Freedom, la futura duquesa estaba convencida de que Pippa la invitaría a la ceremonia religiosa, pero en ese momento Enrique y Meghan, recién comprometidos, eran el centro de atención de los medios. Pippa, temiendo que Meghan “eclipsara” su gran día, no la quería en la iglesia. El duque de Sussex asistió solo al intercambio de votos matrimoniales, mientras que Meghan tuvo que conformarse con acompañarle en el banquete.
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