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El regalo que Camila recibió de Isabel II cuando se casó con su primer esposo
Andrew Parker Bowles, el exesposo de Camila, reveló recientemente el regalo que le hizo la reina Isabel II y cómo tomó su divorcio.
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El primer esposo de la ahora reina Camila del Reino Unido, Andrew Parker Bowles, mantuvo una muy buena relación con la difunta reina Isabel II del Reino Unido, a quien conocía desde muy pequeño por la amistad que tuvieron sus padres con la reina madre, Isabel Bowes-Lyon. Esta es la historia de la realeza.
Hace unos días, el primer marido de Camila le dedicó a la desaparecida soberana un emotivo texto en el que habla de su amor por los animales. Especialmente, por los corgis. Publicado en la revista The Spectator, el texto contiene también una anécdota sobre Isabel II y las consecuencias que tuvo en la vida de la soberana su divorcio con Camila en el año 1995.
El regalo que Isabel II hizo a Camila
De acuerdo a lo revelado recientemente por Parker Bowles, para la monarca lo peor del divorcio de Andrew y Camila fue que el exmatrimonio le devolviera a Danny. “Danny era un corgi que la reina nos había dado a Camila y a mí a principios de los noventa. Anteriormente nos había dado otro llamado Windsor Flame que era maravilloso, inteligente y valiente”, escribe Parker Bowles.
“Dany no tenía ninguna de estas cualidades. Era feo y su temperamento era tan corto como sus patas. Después del divorcio regresó a Windsor, donde pasó el resto de su vida muy feliz al cuidado de la señora Nancy Fenwick, que era quien oficiosamente se encargaba de cuidar a los perros de la reina”.
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Tras repasar la pasión de la reina Isabel II por sus corgis, Andrew Parker Bowles escribió también en su columna del amor que la monarca sentía por sus caballos. Sin embargo, el exesposo de Camila niega de que el amor de la soberana británica por estos animales superara al que sentía por la gente.
“El 20 de julio de 1982, aquel horrible día en que el IRA atentó contra el regimiento de la reina en Hyde Park, yo era comandante de la guardia real montada. Su Majestad me telefoneó esa tarde para compadecerse”, recuerda Parker Bowles. “Creo que hablé demasiado acerca de los siete caballos que murieron y no lo bastante de los cuatro soldados muertos. Y entonces la reina me dijo: ‘Recuerda que se pueden comprar más caballos, pero no puedes comprar soldados jóvenes’”.
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