PUBLICIDAD
Histórica cumbre sobre la pederastia en el Vaticano llega a su punto final
Pese a que no se ha previsto un documento final, es posible que el papa fije una serie de medidas.
Imagen
Fecha Actualización
El papa Francisco clausura este domingo con un discurso muy esperado la histórica cumbre contra la pederastia de los curas, un fenómeno que se ha extendido en el mundo y que la Iglesia católica ha encubierto por décadas.
El pontífice argentino instó el jueves al abrir los tres días de debates con la jerarquía de la Iglesia a tomar "medidas concretas y eficaces" contra esa "plaga" que ha desacreditado la milenaria institución.
Los 114 presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, además de los patriarcas, secretarios de congregaciones, obispos y cardenales (un total de 190 prelados) entonaron un verdadero mea culpa.
Pese a que no se ha previsto un documento final, es posible que el papa fije una serie de medidas. Ha propuesto una hoja de ruta con puntos específicos para erradicar la pederastia dentro de la Iglesia con justicia, verdad y reparación.
Durante las labores, buena parte de ellas retransmitidas en directo por video, la mayoría de los obispos que intervinieron reconocieron que es necesario establecer un código de conducta obligatorio, que incluya informar a la justicia civil de cada país.
Igualmente admitieron que es necesario elevar el nivel de formación, capacitación y selección de los seminaristas, así como el acceso a personal especializado, inclusive laico, como psicólogos y asistentes sociales, para detectar los abusos.
Horror y dolor
La cumbre, la primera sobre ese tema que se celebra en la historia de la Iglesia, estuvo marcada por las historias de horror y dolor narradas cada día por algunas víctimas de abusos ante los líderes de la Iglesia reunidos en la Sala del Sínodo del Vaticano.
Relatos dramáticos que sacudieron las conciencias de los obispos.
"He aprendido a convivir con dos vidas. Yo puedo y debo estar aquí. Esto me da valor", confesó la víspera con la voz entrecortada un joven violinista chileno que reside en Kuwait, al cerrar los labores tocando una pieza de Bach.
"Quedó grabado en mis ojos, oídos, nariz, cuerpo y alma todas las veces que me inmovilizó de niño, con una fuerza sobrehumana", contó otra víctima, quien fue violada repetidamente por un sacerdote cuando tenía 11 años.
"Dejé de sentir, contuve el aliento, salí de mi propio cuerpo, busqué desesperadamente una ventana para mirar afuera, esperando que todo terminara. Pensé: 'Si no me muevo, tal vez no gane y no sienta nada. Y si no respiro, tal vez podría morir'", relató.
El influyente cardenal alemán Reinhard Marx, uno de los purpurados más cercanos al papa, admitió el sábado que se destruyeron archivos sobre los autores de abusos sexuales, o incluso no se crearon.
La sorprendente admisión pública provocó la inmediata reacción por parte de la asociación internacional contra la pederastia ECA (Ending Clerical Abuse), que consideró tal destrucción como "ilegal" y exigió una investigación.
El enemigo está dentro
Se trata del mayor reto que ha tenido que encarar Francisco, cuyos seis años de pontificado han estado marcados por los escándalos en Estados Unidos, Australia y, sobre todo, Chile, donde su visita se vio ensombrecida por esta cuestión.
"Tenemos que reconocer que el enemigo está dentro" de la Iglesia, confesó el cardenal colombiano Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam) en una intervención fuerte y clara.
"El daño causado es tan profundo, el dolor infligido es tan profundo, las consecuencias de los abusos que han tenido lugar en la Iglesia son tan inmensos que nunca podremos decir que hemos hecho todo lo posible", dijo.
Consciente de las elevadas expectativas que iba a generar la cumbre, el papa argentino advirtió que "el problema del abuso continuará" y que la batalla apenas comienza ahora, tomando conciencia del fenómeno, para luego fijar protocolos y seguir la lucha.
"En tres días no vamos a resolver el problema, pero ya que se celebre la cumbre es una buena cosa", explicó monseñor Charles Scicluna, entre los organizadores, quien considera que esos crímenes son sobre todo civiles y que sólo con la justicia se pueden reparar.
Paralelamente una contracumbre con decenas de víctimas de todos los continentes celebró conferencias, encuentros y una marcha en el corazón de Roma para exigir el castigo tanto de los abusadores como de los que han encubierto, y recordar a todos los pontífices "sordos" que se negaron a escucharlos.
Agencia AFP
Agencia AFP
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD