Stephen Blackwell comenzó a enviarle mensajes a una niña de 10 años en TikTok. Al principio le dijo que era un chico de 17 años que vivía en Londres, antes de admitir que había mentido sobre su edad. Le envió fotos y videos en repetidas ocasiones y le pidió que le enviara imágenes a cambio.
El asunto salió a la luz después de que la madre de la niña encontró los mensajes en su teléfono y contactó a la policía. Blackwell fue arrestado en relación con este incidente pero liberado bajo fianza mientras continuaban las investigaciones.
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Sin embargo, mientras estaba en libertad bajo fianza, empezó a enviar mensajes a cuentas que creía que pertenecían a niñas de 14 años, sin imaginar que todas eran en realidad cuentas falsas administradas por un grupo de activistas infantiles en línea.
Blackwell envió numerosos videos que lo mostraban realizando actos sexuales sobre sí mismo, y también pidió a las niñas que realizaran actos sobre sí mismas.
Finalmente, el hombre de 46 años, fue arrestado y posteriormente acusado de tener comunicación sexual con un menor, hacer que una niña menor de 13 años participara en una actividad sexual, intentar tener comunicación sexual con un menor, hacer que un menor de 13 años observara una imagen de actividad sexual e intentar hacer que un niño de entre 13 y 15 años observara una imagen de actividad sexual.
Él negó los delitos, pero fue declarado culpable tras un juicio en el Tribunal de la Corona de Derby y condenado a 11 años y tres meses de prisión. También le dieron una orden de prevención de daños sexuales y fue incluido en el registro de delincuentes sexuales.
"El comportamiento de Blackwell al buscar persistentemente la gratificación sexual de los niños y el hecho de que continuó delinquiendo a pesar de estar en libertad bajo fianza muestra qué individuo peligroso es", refirieron la detective temporal Samantha Bramley y la detective Sarah North, quienes dirigieron la investigación.
“No ha mostrado ningún respeto por la ley y al negar estos delitos también ha demostrado que no tiene una comprensión real de que lo que estaba haciendo estaba mal. No hay duda de que habría seguido cometiendo delitos si no hubiera sido enviado a prisión. Es grato, por tanto, que ahora esté tras las rejas y que el juez haya reconocido la amenaza que representa al imponerle una pena de prisión más prolongada”, sentenciaron.