Se hizo famoso con sus terapias para ‘curar’ la homosexualidad, ahora se declaró gay y se encuentra arrepentido

Fecha Actualización

07/09/2019 - 19:48

McKrae Game, quien se hizo famoso por ser el fundador de una terapia para ‘curar’ la homosexualidad en Estados Unidos, ahora se declaró gay a sus 51 años.

A través de la organización ‘Hope for Wholenss’ (Esperanza e Integridad), Game ofreció tratamiento psicológico y religioso contra la homosexualidad durante dos décadas. Pero aquella etapa llegó a su fin hace poco.

“Era un fanático religioso que hería a la gente. Hay algunos que intentaron suicidarse por mí y por las cosas que dije. Gente que conozco está en terapia ahora por mí”, recordó Game de su vida pasada.

Para él, la homosexualidad era una “artimaña” de cual uno podía “liberarse a través de Cristo”. Él creía que lo que hacía, estaba bien. Sin embargo, todo cambió para él tras reconocerse como homosexual.

Cabe resaltar que McKrae Game está casado. En 1996, contrajo matrimonio con Julie Game, con quien tienen dos niños.

“Nunca viví una doble vida. Era 100 por ciento auténtico todo el tiempo. Todavía estoy en casa con mi familia, y mi esposa está siendo ridículamente amable y dulce", señaló en Facebook.

“Le dije a mi esposa: mis atracciones están peor de lo que nunca estuvieron. Luché mucho más tratando de negarlas que tratando de aceptarlas, y (ahora) solo digo: ¿saben?, soy gay. Soy solo yo siendo honesto”, explicó.

“APRENDE A AMARTE A TI MISMO”

“Todavía hay quienes creen que hay algo malo con ellos y con la gente que decide vivir su vida honestamente como gay, lesbiana, trans”, expresó Game en su post en Facebook en torno a la homosexualidad y agregó que "aprende a amar. Aprende a amarte a ti mismo y a los demás”.

Confesó que se dio cuenta que gustaba de los chicos a los 11 años, pero que decidió guardar el secreto hasta los 18. Él intentó descartar la atracción hacía personas de su mismo sexo con lecciones y adoctrinamientos durante 26 años.

En Facebook, Game pidió perdón por lo que hizo durante todos esos años, con las falsas terapias de conversión. “Ciertamente me arrepiento de haber causado daño. Sé que crear una organización, que aún vive, fue en gran medida lo que causó el daño”, indicó.